Por Christian Rendic y Lorena Ferraro

“Cheyre tiene un lugar en la historia y no es justo juzgar lo que hizo como teniente a los 25 años”. Lo dijo el ex Presidente Ricardo Lagos en El Informante, de TVN, cuando en agosto de 2013 fue invitado a hablar sobre la reconciliación.

Para el ex Mandatario no era un tema más. Once años antes, instalado en La Moneda como primera autoridad, fue él quien nombró a Juan Emilio Cheyre comandante en Jefe del Ejército.

El período de Cheyre al mando de la institución (2002 a 2006) estuvo marcado por un proceso de modernización interno y por la carta que publicó, en 2004, con su “nunca más”: el reconocimiento institucional por las violaciones a los DD.HH. durante el régimen de Pinochet.

Hoy, la detención del ex uniformado como presunto cómplice de 15 muertes investigadas en el marco del caso Caravana de la Muerte, abre un debate no solo respecto del intento de la rama castrense por cerrar el tema de los derechos humanos, sino que también podría convertirse en una amenaza política para Ricardo Lagos Escobar.

Conversación con Juan Guzmán

“Para su designación se estudiaron los antecedentes, los que había en ese momento”, dijo Lagos en la entrevista de 2013 ya citada.

El ex Mandatario agregó que le preguntó “exhaustivamente” a Cheyre por lo que ocurría en el Regimiento de La Serena (donde era teniente en la época de la Caravana) y que éste le dijo que “mejor le preguntara al juez Juan Guzmán”, quien había investigado esa causa. “Y el juez Guzmán declaró lo que todos sabemos: que él (Cheyre) no está involucrado”, remató.

Fuentes que siguieron de cerca el proceso que culminó con el nombramiento de Cheyre aseguran lo siguiente:

Existió una conversación privada entre el entonces Presidente y el juez Guzmán Tapia. A la luz de lo que se manejaba a la época de su designación (marzo de 2002), no habían antecedentes que lo vincularan a violaciones a los DD.HH.

Desde el 11 de marzo de 2000 (fecha en la que asume el gobierno), la administración Lagos tuvo prácticamente dos años para revisar los antecedentes de los posibles sucesores de Ricardo Izurieta Caffarena.

Las autoridades de la época apuntan, como garantía en la revisión de antecedentes, al rol que jugó en ese momento Gustavo Villalobos como director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI, que hasta el año 2002 se llamaba Dispi). Esto, porque Villalobos fue abogado de la Vicaría de la Solidaridad y conocía bien los temas de derechos humanos.

Crítica desde el PC

Más allá de los resguardos adoptados en esos momentos por la administración laguista, desde el PC hoy algunos apuntan con ojo crítico a la designación de Cheyre como jefe del Ejército.

“El ex Presidente Lagos nombró a Cheyre Comandante en Jefe del Ejército, y también contribuyó a crear el mito del 'general del Nunca Más', por lo que tiene que hacerse cargo de la criatura que creó y del engaño ciudadano de hacernos creer que con esa designación se estaba en presencia de un Ejército distinto al que estuvo involucrado en violaciones de derechos humanos", dijo a T13.cl el diputado comunista Hugo Gutiérrez, uno de los querellantes en la causa por la que hoy está procesado y detenido el ex comandante en jefe.

En las últimas semanas, algunas figuras del Partido Comunista -como la diputada Camila Vallejo- han redoblado las críticas al ex mandatario. La ex dirigente estudiantil ha cuestionado al ex Presidente a propósito de la decisión de su gobierno de impulsar la delación compensada en casos de colusión empresarial, eliminando las penas de cárcel, por ejemplo.

Además de ese tema, algunos PC tienen una visión crítica justamente acerca del manejo en temas de DD.HH.: la evaluación es que se buscó instalar una idea de “cierre” del tema con el “nunca más” realizado por Cheyre, pese a que aún restaba por avanzar en investigaciones judiciales. Otro punto que se mira con ojo crítico en el partido es la postura que asumió Lagos al promulgar la reforma a la Constitución en 2005, “dando la idea de que con eso el debate estaba cerrado”.

Ante este diagnóstico, desde el laguismo señalan que es difícil que los cuestionamientos que surgen ahora desde el PC por el caso de Cheyre compliquen la relación del ex mandatario con el partido. La razón: se trata de un vínculo de por sí difícil, al que este episodio sólo añade un elemento más.

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