El periodista y columnista Ascanio Cavallo cree lo mismo que dicen las encuestas. Que el ex presidente Sebastián Piñera  terminará cruzándose la banda presidencial después de los comicios que comienzan este domingo.

Pero lo hará, eventualmente, con un panorama político que cambiará “estructuralmente” dada la gran incertidumbre que existe en la elección parlamentaria. El próximo Presidente, dice, deberá enfrentar un Congreso “fragmentado” y con una centroizquierda en proceso de crisis profunda.

-¿Piñera tiene ganada la elección?

-No hay ningún antecedente que demuestre lo contrario. No hay encuestas de ningún tipo y de ninguna escala. Ahora, creo que las estimaciones que se han hecho públicas sobre la cantidad de votantes son extremadamente optimistas, a mi modo de ver. En las últimas elecciones municipales votaron menos de cinco millones de personas. Ese es el antecedente más cercano que tenemos. También es verdad que las elecciones presidenciales son algo más atractivas y bastante más importantes que las otras. Podría haber ahí un estímulo mayor. 

El de Piñera fue un gobierno que vivió asustado, todo el tiempo pensó que lo iban a botar, que iba a caer por la calle
Ascanio Cavallo

-Usted ha dicho que esta elección traerá un cambio estructural en la política chilena…

-Ya hay un cambio estructural. Lo hubo el 2010 con la elección de Piñera, pero no lo percibimos. Todos leímos, el propio Piñera, el propio gobierno actual pensó que era un paréntesis, el hecho de que después de 50 años alguien de derecha ganaba una elección. Este era un incidente excepcional. Era excepcional, sin duda, pero no tenía por qué ser el único. En ese sentido, no era un paréntesis. Podría más bien tomarse al revés: el verdadero paréntesis es el segundo gobierno de Bachelet. 

-¿Por qué ha estimado usted que Piñera podría iniciar un periodo de 12 años de la derecha en el poder?

-Es una estimación bien arbitraria, pero es como para decir que este proceso será largo. No es un fenómeno coyuntural. Todo puede ocurrir.

-Se pensaba lo mismo el 2009, que la derrota de la Concertación era muy dura y que le iba a costar ponerse de pie. En la centroderecha se imaginaban dos períodos...

-No lo pensaban. El de Piñera fue un gobierno que vivió asustado, todo el tiempo pensó que lo iban a botar, que iba a caer por la calle. Se le movieron 200 personas y botó el proyecto Barrancones. Es un gobierno que vivió asustado. 

-Pero en la entonces Concertación también había cierto temor…

-La Concertación pensaba que volvía Bachelet. Tenían su carta en Nueva York y no hicieron nada para que eso fuera distinto. 

-Aquello obnubiló cualquier proceso de reflexión en la crisis...

-Totalmente, porque no hubo análisis de la derrota. El mayor análisis fue decir: la culpa fue de Frei. Obviamente eso no es verdad. Algo más complicado pasó ahí. 

-Fue la expectativa de volver a La Moneda lo que volvió a unir a la centroizquierda…

-Claro. Pero tú no puedes decir que haces un gobierno socialista y lo entregas a la derecha y eso no es motivo de análisis. Que pase el gobierno de la DC a la derecha, lo consideraría un tránsito cercano, pero lo que ocurrió es muy importante como para no tomarte el tiempo y preguntarte ¿qué pasó aquí? 

-¿Por qué Piñera sería el único que sintoniza con esos "sectores medios" de los que hablan Harald Beyer y Carlos Peña?

-Piñera es una especie de democratacristiano de derecha. No es un hombre de la derecha dura. Lo más derechista que tiene es el hecho de ser muy rico, pero además no tiene el estilo de los ricos. No es el aristócrata. Está bastante cerca de lo que los ciudadanos de clase media, que son los que votan, piensan. Ojo con eso, la abstención siempre tiene un sesgo y ese sesgo es en contra de los más pobres. La clase media que vota identifica a Piñera como a un tipo más cercano de lo que la Nueva Mayoría lo cree. 

-¿Cómo sería un segundo gobierno de Piñera? Dicen y el mismo dice que ha aprendido la lección, que no cometerá los mismos errores…

-Este gobierno de Piñera va a tener mucho más seguridad en sí mismo. Para empezar ya no le tiene por qué tener tanto miedo a la calle, como el que tuvo el 2011. En segundo lugar, no tiene que rendirle tributo a la derecha dura. La derecha dura va a permanecer ahí y le va a servir para centrarse. Tampoco tiene que demostrarle al mundo de centroizquierda que es demócrata, eso ya está probado. 

-¿Podría Piñera conseguir conquistar a la DC?

-No ahora. Yo creo que es difícil. Siempre hay que acordarse que la DC nació contra la derecha, desde la derecha, pero contra la derecha. Esta insistencia de algunos de definirse de centroizquierda, le hace sentido a la mayor parte de ese partido. 

-Piñera va a insistir en buscar ese electorado...

-Siempre y hay algo que nunca sabremos y son los votos, pues, son secretos. Nunca vamos a saber si votaron por él o no.

-¿Qué rol jugará el Frente Amplio?

-Jugará un rol siempre y cuando salgan electos los tres diputados actuales. Porque pueden sacar diez, pero uno de esos tres que se pierda es un problema grave y deja de ser una victoria. 

-¿Cuánto espacio les roba a los partidos progresistas de la Nueva Mayoría?

-Hay tres partidos con problemas en esta elección. Tres partidos que van a tener que hacer serios análisis de lo que les pase: el PS, que puede tener muy buen resultado en diputados, pero muy mal resultado en senadores. La DC, que también depende mucho de sus resultados parlamentarios, y el PC, solo que del PC no lo vamos a saber. Como son tan poco transparentes y son disciplinados. 

-¿El PC cambiará su pragmatismo después de las elecciones?

-El PC se va a ver en una disyuntiva bien complicada. O permanece en la Nueva Mayoría, pero muy moderado, tratando de que la DC regrese por lo tanto aceptando condiciones o se mueve al Frente Amplio, pero es probable que ahí no los acepten. 

-Hay figuras en el PC que se podrían inclinar...

-Daniel Jadue, la Camila Vallejo, la Karol Cariola, todos los jóvenes que compartieron el movimiento estudiantil. Pero es difícil decirle eso a Teillier o incluso a Hugo Gutiérrez. 

-¿Qué le sucederá al PS después de esta elección?

-El PS va a pasar por esa definición. Ese es su parto. Si decide seguir manteniendo el eje con la DC, que definió a la Concertación, o volver al eje histórico PS-PC, que en el fondo es la UP. Esa es una definición principal y va a ser una definición muy difícil. 

-¿Lagos jugará un rol de articular la centroizquierda?

-No lo veo. Cumple 80 años el próximo año, no, es mucho. Además que el PS le infirió una puñalada inolvidable. 

-Como dijo antes, la centroizquierda no tendrá líderes el próximo periodo…¿Es tan así?

-No va a pasar por los líderes, hay problemas anteriores a los líderes. Lo pueden resolver ellos. El que resuelva problemas va a ser el que vaya ganando posiciones. El que logre reconquistar a la DC, el que negocie bien en el Congreso. De ahí pueden salir líderes que hoy nos resultan ligeramente invisibles. 

-Usted ha dicho que piensa que el próximo parlamento estará extremadamente fragmentado…

-La fragmentación favorece porque permite negociar por separado. Si estás obligado a pasar por un solo inspector de aduana, estás jodido Aquí va haber harto. 

-Usted da por hecho que Piñera será presidente… ¿Guillier no tiene opciones en segunda vuelta?

-Él dijo que va a seguir siendo senador.

-De verdad, ¿ninguna chance?

-Tendría que pasar algo extraordinario, eso es lo que dicen las encuestas, la distancia es muy fuerte. Más de diez puntos son bastante irremontables. Además, es casi imposible dadas las divisiones que han tenido. Muy difícil que la fuerza del centro y la izquierda se junte, que toda esa masa se alinee detrás de un solo candidato y aun así logre el 50%. 

Publicidad