El objetivo del cohete Vega-C, desarrollado por la ESA (Agencia Espacial Europea), construido por la empresa italiana Avio y manejado por Arianespace, era colocar dos satélites en órbita. Sin embargo, no pudo completarse debido a que se destruyó luego de su lanzamiento, sin explicación.

La primera etapa de la misión estuvo bien. El cohete de carga mediana despegó sin mayores complicaciones desde el puerto espacial Korou, ubicado en la Guayana Francesa, llevando en su interior dos satélites para captar imágenes en alta resolución de la Tierra: Neo 5 y Neo 6, construidos por Aribus.

Pero no lograron llegar a donde debían, porque en la segunda etapa de la misión llamada Zefiro 40, hubo una anomalía en la nave la cual hizo que se destrullera poco después de su lanzamiento.

 

 

Así lo confirmó la compañía Arianespace en un tuit: "Aproximadamente 2 minutos y 27 segundos después del despegue, se produjo una anomalía en Zerifo 40, lo que puso fin a la misión Vega C. Se están realizado análisis de datos para determinar las razones de esta falla". 

Por su parte, Stéphane Israel, presidente de Arianespace, comentó ante los medios de comunicación, sin mucha explicación, que "la misión está perdida". Lo que supone, también, una pérdida total tanto del Vega-C como de los satélites que iban a bordo.

De acuerdo a la información de Infobae, este evento programado como "el primer vuelo comercial del cohete", después de su primer lanzamiento en julio, estaba considerado para el pasado 24 de noviembre. No obstante, fue aplazado un mes por un desperfecto técnico. 

 

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