La ira es una emoción básica y natural que todas las personas hemos experimentado en alguna ocasión, frente a situaciones percibidas como injustas, amenazantes o frustrantes. Se caracteriza por sentimientos intensos de molestia, enfado o furia, que pueden repercutir en nuestro cuerpo, con un aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular y elevación de la presión arterial.

Es importante gestionar la ira de manera saludable para evitar conflictos y daños emocionales. Sin embargo, a veces es muy complicado manejar nuestras emociones, lo que puede llevar a que estas se salgan de control y generen situaciones aún más incómodas y graves. 

Considerando lo anterior, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Nagoya, en Japón, y publicado en la revista "Scientific Reports", descubrió que existe una fórmula bastante simple para canalizar nuestra ira sin recurrir a los gritos y golpes. La fórmula consiste en escribir en un papel lo que estamos pensando y luego desecharlo en la basura.

La fórmula japonesa para disminuir la ira

Para llegar a esta conclusión, cerca de 50 estudiantes participaron en el estudio. Se les pidió que realizaran un ensayo sobre problemas sociales, el cual fue posteriormente revisado por un estudiante de doctorado, quien los evaluó de manera negativa, otorgando puntuaciones bajas y proporcionando comentarios desagradables para todos los participantes.

En tanto, el comentario que recibían los alumnos era el siguiente: "No puedo creer que una persona educada piense así. Espero que esta persona aprenda algo mientras esté en la universidad".

Después del mal rato, los científicos solicitaron a los estudiantes que escribieran en un papel sus emociones y reacciones sobre lo sucedido. Una vez terminado, se les dio un par de segundos para que revisaran lo que habían escrito. Luego, un grupo guardó el papel en una carpeta transparente, mientras que el otro lo arrugó y lo lanzó al tacho de la basura. Al finalizar esto, todos los participantes respondieron un cuestionario sobre sus emociones. 

Increíblemente, los resultaron indicaron que las personas que arrugaron el papel con sus emociones lograron volver a su estado inicial, sin ira. Por otro lado, quienes guardaron el papel en la carpeta solo presentaron una leve disminución en su enojo.

Nobuyuki Kawai, profesor de ciencias cognitivas en la Universidad de Nagoya y autor principal de la investigación, expresó: "Esperábamos que nuestro método suprimiera la ira hasta cierto punto. Sin embargo, nos sorprendió que la ira se eliminara casi por completo". 

En resumen, los investigadores japoneses creen que su fórmula podría servir para disminuir esta emoción en situaciones cotidianas o en terapias conductuales.

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