Hace algunos días el Gobierno francés había señalado que el tenista serbio y número 1 del ranking ATP, Novak Djokovic, podría participar en el torneo Roland Garros aunque no estuviera vacunado. 

Sin embargo, durante las últimas horas han rectificado y avisó que todos los participantes tendrán que tener el esquema completo, al igual que el público y profesionales implicados.

La información llegó de la mano de Roxana Maracineaunu, Ministra del Deporte de Francia, quién en la noche del domingo al lunes notificó que el Parlamento aprobó un proyecto de ley que obliga tener el certificado de vacunación al día para muchas actividades de la vida social, lo que incluye asistencia a espectáculos deportivos.

“Será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros”, dijo la ministra francesa.

Además, aprovechó para agradecer al movimiento deportivo su acción de “convicción de los últimos y pocos no vacunados” e insistió en que unos y otros tienen ahora intención de trabajar juntos para “preservar las competiciones” y promover el pasaporte de vacunación “a nivel internacional”.

El nuevo proyecto de ley sobre el certificado de vacunación entrará en vigor a finales de esta semana, todavía pendiente de revisión ante el Consejo Constitucional

¿Tres años sin pisar Australia?

El número 1 del ranking ATP abandonó Australia este domingo tras ser definitivamente deportado del país y negado de participar en el Australian Open, luego de que el Tribunal Federal australiano haya desestimado la apelación del deportista contra una segunda cancelación de su visado.

Por medio de la Ministra del Interior, Karen Andrews, el gobierno australiano confirmó que Novak Djokovik no podrá obtener un visado para ingresar a Australia durante los próximos tres años, por lo que habrá que esperar un tiempo para volver a ver al serbio, máximo ganador del torneo con nueve títulos, en acción.

Por otro lado, el primer ministro Scott Morrison ha matizado estas palabras y afirmó que “la sanción podría verse reducida si se dan las circunstancias correctas”.

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