Una extraña condición médica está haciendo que un hombre de 58 años vea caras distorsionadas de manera presencial. Esta rara enfermedad se llama prosopometamorfopsia (PMO) y que muy pocas personas conocen y padecen.

En este caso, que está dando vuelta al mundo, el paciente solo en persona ve las caras distorsionadas, inhumanas y con apariencia diabólica. Sin embargo, cuando ve un rostro en una fotografía, ya sea análoga o digital, no le pasa esto. 

Bajo ese contexto, un nuevo estudio publicado en The Lancet asegura que es un caso único dentro del mismo trastorno, porque le ocurre solo cuando está presencialmente cerca de otras personas. El paciente lleva 31 meses viendo caras distorsionadas, algo que para él ya se volvió costumbre.

"En otros estudios de la condición, los pacientes con PMO no pueden evaluar qué tan precisa es una visualización de sus distorsiones para lo que ven porque la visualización en sí también representa una cara, por lo que los pacientes también percibirán distorsiones en ella", dijo Antônio Mello, un investigador de Dartmouth College y autor principal del estudio, en un comunicado de prensa de la universidad. "A través del proceso, pudimos visualizar la percepción en tiempo real del paciente de las distorsiones faciales", agregó.

Según el informe, el paciente indica que en persona los rostros los ve de la siguiente manera: los ojos están estirados y angulares, las fosas nasales se abren y los labios se estiran hacia afuera para abarcar toda la anchura de la cara. Surcos aparecen en la frente, y las orejas se deforman en una forma élfica, terminando en puntos afilados.

Asimismo, Gizmodo menciona que en casos más leves, las características faciales simplemente caen, aparecen fuera de posición, o son más pequeñas o más grandes de lo que son en la vida real.

¿Qué hay detrás de las caras distorsionadas? 

El autor principal del estudio e investigador del Laboratorio de Percepción Social de Dartmouth, Brad Duchaine, aseguró que, por lo general, las personas que sufren de prosopometamorfopsia (PMO) son diagnosticadas con otros trastornos, como esquizofrenia, y se les recetan antipsicóticos.

"No es raro que las personas que tienen PMO no cuenten a otros sobre su problema con la percepción facial porque temen que otros piensen que las distorsiones sean un signo de un trastorno psiquiátrico. Es un problema que a menudo no se comprende", explicó.

En este caso, el paciente tenía antecedentes de trastorno afectivo bipolar, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y una lesión en la cabeza de hace 15 años, que se reflejó en una pequeña lesión redonda en su hipocampo izquierdo, que el equipo concluyó que era un quiste. 

Para poder identificar las distorsiones del afectado, el equipo de investigación hizo el experimento de mostrarle fotografías de personas que después vio en vivo, para hacer una comparación de cómo percibía sus facciones. Así pudieron dibujar las diferencias. 

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