Los períodos de cuarentena han sido la oportunidad perfecta para aprender algo nuevo... ¿qué tal un idioma?

Si estás pensando en estirar tus músculos lingüísticos y dominar el mandarín, incursionar en italiano o volver a intentar hablar francés, quizás puedes beneficiarte de la experiencia del escritor Alex Rawlings.

Rawlings nació en Londres, en el seno de una familia en parte griega, vive en Barcelona y tiene una licenciatura en alemán y ruso. En resumen, "yo aprendí 15 idiomas diferentes, y uso entre 6 y 8 regularmente", le dijo al programa "Word of Mouth" de la BBC.

¿Qué le diría a alguien que esté considerando aprender otro idioma?

1. No te desanimes antes de empezar

Despejemos lo negativo del camino: hay quienes se desaniman por la investigación que indica que perdemos nuestra capacidad para desarrollar fluidez en un idioma después de cierta edad.

Algunos lingüistas apoyan la idea de que hay una "ventana crítica", y que nuestra capacidad para aprender nuevos idiomas con fluidez se cierra después de cierta edad. Un estudio reciente señala que esto sucede alrededor de 17 años.

Sin embargo, este estudio solo analizó la capacidad de los participantes para comprender la gramática de otro idioma de manera competente. Pero, ¿cuántos de nosotros podemos decir que tenemos una comprensión perfecta de la gramática de nuestra lengua materna?

Quizás a veces cometas algunos errores gramaticales pero tu edad no es una barrera para aprender vocabulario en otro idioma a un nivel realmente alto.

2. Puedes aprender a aprender

"Es un poco incómodo cuando la gente dice que tienes algún tipo de 'don' lingüístico o que eres una especie de genio del lenguaje", dice Rawlings.

"No es como me veo a mí mismo. Durante mucho tiempo no hablé esos idiomas, y tuve que esforzarme mucho para aprenderlos".

De modo que incluso los lingüistas consumados se ven a sí mismos como un "trabajo en proceso".

Aprender un idioma tal vez es más fácil para unos que para otros, pero no es una habilidad que solo ciertas personas tienen, es producto de la curiosidad y el esfuerzo. Y para millones de personas en todo el mundo es una necesidad.

"Piensa en Sudáfrica, por ejemplo. No se trata de tener un 'don' para ser multilingüe. Si vives en Johannesburgo, básicamente necesitas cinco idiomas para sobrevivir, y todos los hablan", señala Rawlings.

3. ¿Por dónde empezar?

Al escritor le encanta el proceso de aprender nuevas palabras y le resulta "estimulante" pasar de ver una palabra extranjera en una página a agregarla a su vocabulario.

"Lo primero que hago es tratar de aprender algunas palabras y saludos básicos para adiestrar a mi lengua y mis oídos, y acostumbrarme al sonido y al ritmo del idioma".

Luego sigue un libro o curso diseñado para estudiantes en solitario. Muchas personas también encuentran útiles las aplicaciones de aprendizaje de idiomas para adquirir vocabulario.

Su consejo es hacer un mapa mental de vocabulario.

"Tomo un tema como ir a la tienda y en una hoja de papel escribo cada frase que me imagino podría necesitar en ese lugar. Luego trato de encontrar esas frases en internet o traducirlas y memorizarlas. Así, cuando estoy en esa situación, tengo todo el vocabulario que necesito a mano.

"Puedes repetir eso en tantas situaciones como quieras".

4. Rodéate del idioma

No es necesario que regreses al aula para llevar tu aprendizaje de idiomas más allá de los mapas mentales y las aplicaciones.

Hay todo tipo de opciones disponibles que pueden adaptarse mejor a nuestro estilo de aprendizaje que a un entorno escolar.

"Para mí, la mejor forma de aprender un idioma es cuando sientes que no estás aprendiendo en absoluto".

¿Cómo? Leyendo o viendo películas en el idioma que quieres dominar.

Los lingüistas indican que las pistas visuales al ver películas y series de televisión en diferentes idiomas pueden ser realmente útiles.

El tono de voz, las expresiones faciales y el lenguaje corporal que acompañan a determinadas frases pueden ayudar a transmitir su significado, por ejemplo.

Además te exponen a una pronunciación precisa, diferentes acentos y dialectos, y las formas matizadas en las que los hablantes nativos usan el lenguaje en la conversación, en lugar de ejemplos perfectos de libros de texto.

Para Rawlings, aprender para aprobar un examen, como solemos hacer en la escuela, no es un gran incentivo, mientras que hacerlo para se nos abran las puertas de una cultura nueva puede ser realmente motivador.

"Ojalá las clases de idiomas tuvieran menos que ver con aprender el idioma y más con explorar el mundo".

5. Practica poco y con frecuencia

Con una vida laboral ocupada, encontrar el tiempo para comprometerse con un nuevo idioma puede ser un desafío en sí mismo.

Pero los expertos coinciden en que es más que probable lograr un progreso significativo dedicando solo una hora al día.

Practicar poco y con frecuencia es una forma de aprendizaje más productiva que en períodos más largos, pero más esporádicos.

6. Cuanto más, mejor

Hablar más de un idioma tiene beneficios que van más allá de la alegría de poder comunicarse con más gente.

Las investigaciones han demostrado que los hablantes bilingües aprenden nuevos idiomas más rápidamente que los monolingües.

No solo eso, sino que los pacientes con accidente cerebrovascular que hablan más de un idioma tienen más probabilidades de recuperar sus funciones cognitivas que aquellos que hablan solo uno.

El estudio de 600 pacientes encontró que el 40,5% de los pacientes multilingües tenían funciones mentales normales al cabo de un tiempo, en comparación con el 19,6% de los pacientes monolingües.

Es más, se ha demostrado que ser bilingüe retrasa la aparición de la demencia.

Si bien hablar varios idiomas brinda a las personas una amplia gama de ventajas, las investigaciones en el campo de la lingüística han demostrado que incluso quienes hablan dos dialectos de la misma lengua pueden compartir un perfil cognitivo con los bilingües.

En un estudio, tras evaluar la memoria, la atención y la flexibilidad cognitiva de un grupo de niños, se descubrió que tanto los multilingües como los bidialectales tenían una ventaja sobre sus compañeros que hablaban un idioma.

Y en Noruega, los niños a quienes se les había enseñado a escribir en dos dialectos noruegos obtuvieron mejores puntajes en las pruebas estandarizadas que el promedio nacional.

Así que, ya sea que desee mejorar sus habilidades lingüísticas para las próximas vacaciones, poder ver películas extranjeras sin subtítulos, descubrir literatura de todo el mundo, charlar con nuevas personas, o simplemente darle un impulso a tu cerebro, no hay razón para no hacerlo.

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