Piensa en cientos de mujeres bailando y cantando juntas en una marcha feminista. Ahora imagina que en medio de ellas, hay un hombre. ¿Qué sería lo primero que te vendría a la cabeza?

El movimiento feminista en América Latina y el mundo ha cobrado fuerza en los últimos años. Y. en consecuencia, el debate sobre la participación masculina en el mismo se hace cada vez más ineludible.

Este 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, por ejemplo, se espera una participación histórica en las diversas manifestaciones que han sido convocadas para levantar las banderas de la igualdad social y de género.

Sabemos que miles de mujeres asistirán. Pero ¿lo harán también los hombres? Y, si fuera así, ¿qué tan bienvenidos serán en estos entornos dominados por mujeres?

Son interrogantes que tienen más de una respuesta pues las posturas sobre el papel que deben jugar los hombres en el movimiento feminista son variadas.

Y el debate es amplio. ¿Puede un hombre considerarse feminista? ¿Hay espacio para ellos en esta discusión? ¿Es la lucha feminista un asunto solo de mujeres?

BBC Mundo habló con activistas y con quienes se dedican a la academia para intentar responder a las preguntas.

¿Qué tipo de rol deben asumir los hombres?

Tras el estallido social ocurrido en Chile en octubre del año pasado, las mujeres ocuparon un espacio protagónico en las multitudinarias protestas.

Y con la irrupción del himno feminista "Un violador en tu camino" ?que luego se convirtió en un fenómeno mundial?, se intensificó aún más la necesidad de revisar las demandas feministas en este país sudamericano.

En medio de esta efervescencia, hay quienes no estuvieron de acuerdo con que los hombres participaran de las marchas. Incluso se organizaron instancias "separatistas" donde ellos no pudieron entrar.

Otras personas, en cambio, celebraron la convocatoria masculina asegurando que la lucha feminista no se puede llevar a cabo sin su apoyo.

Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora 8M en Chile, le explica a BBC Mundo estos distintos puntos de vista.

"Hay sectores que entienden que el feminismo es de mujeres y para mujeres, y hay otros que concebimos que el feminismo es una potencia de transformación que nos atraviesa a todos", dice.

Pero si esa transformación necesita del respaldo de todos ¿cuál es el rol específico que deben jugar los hombres?

Para Carrillo no hay duda: este no debe ser, bajo ninguna circunstancia, un rol "protagónico". "Precisamente porque son los protagonistas del problema, no pueden ser los protagonistas de la solución", dice.

De esa manera, afirma que la primera postura que deben adoptar los hombres es de "escuchar" sus demandas.

"Un varón que quiere mostrar su adhesión a las aspiraciones del feminismo debe tener una posición de escucha sobre qué es lo que las mujeres estamos planteando", señala.

"Los hombres no deben ser un estorbo, es decir, no deben poner por delante sus propias inquietudes, sus propias preguntas, sino que contribuir a un movimiento que los excede, que va más allá de sí mismos", agrega.

Para Carrillo es "comprensible" que haya mujeres que no están dispuestas a ver un hombre en una marcha, y no es un "radicalismo ideológico" sino el "efecto que tiene la violencia".

"(Los hombres) no deben indignarse ante el hecho de ser interpelados por las compañeras, no deben poner por delante su propia subjetividad o malestar, sino escuchar, entender, empatizar y reconocer por qué puede ser posible que hoy tengamos que estar discutiendo esto, porque llegamos al punto en que no queremos ni siquiera verles las caras muchas veces", dice.

Una opinión similar comparte la reconocida feminista mexicana Marta Lamas.

"Tienen que ser compañeros discretos, no ir delante de la marcha sino en un segundo lugar. Obviamente se agradece y se acepta que haya hombres pero que sepan que su lugar no es protagónico", dice.

Por su parte, la escritora y feminista española conocida por su pseudónimo Barbijaputa,indica que el "protagonismo en el feminismo lo tienen las mujeres al igual que el protagonismo en la lucha antirracista lo tienen las personas racializadas".

"Que ellos se tienen que involucrar porque esta sociedad también es de ellos, por supuesto. Me parece que moralmente están obligados. Pero ¿protagonistas? No", dice en conversación con BBC Mundo.

Y agrega: "Los hombres sobretodo deberían callarse. Me parece que somos nosotras las que tenemos que decir cuál es el papel de los hombres en nuestra lucha, ellos tienen que escucharnos, no tienen que estar opinando todo el rato".

"Romper con la complicidad machista"

Algunas les llaman "aliados", otras "militantes", pero lo cierto es que no hay consenso sobre el nombre que deben recibir los hombres que apoyan la causa feminista.

En lo que sí parece haber acuerdo es en que los hombres pueden aportar en su vida cotidiana al feminismo sin la necesidad de acudir a las marchas, simplemente cambiando actitudes que afectan de manera negativa al género en el día a día.

"El patriarcado se sostiene en la complicidad masculina, en la complicidad que permite que haya un acuerdo tácito entre pares que valida, por la vía del silencio muchas veces, la violencia y las formas de opresión patriarcal", explica Carrillo.

En consecuencia, la feminista chilena asegura que "la primera tarea de los varones es romper con la complicidad machista" y cuestionarse en qué medida están reproduciendo las "violencias" que el feminismo intenta desmontar.

"Es más fácil para un hombre preguntarse si puede estar en la marcha del 8 de marzo que decirle a su mejor amigo que pague la pensión alimenticia o que deje de perseguir a su expareja", indica.

Así, Carrillo dice que "el reconocimiento de la violencia es el punto de partida para poder establecer cualquier tipo de vinculación positiva, productiva, cualquier tipo de trabajo conjunto".

Barbijaputa, en tanto, sostiene que los hombres deben ser "aliados"del movimiento feminista y que, para eso, es necesario que revisen su rol histórico en la sociedad.

"Deben revisarse todos los aprendizajes machistas que han ido acumulando a lo largo de su vida. Y deconstruir la masculinidad. No existe algo llamado 'masculinidad buena'", dice.

Con todo, Marta Lamas afirma que es necesario distinguir entre los distintos grupos de hombres pues los que pertenecen a generaciones más jóvenes son, según ella, más conscientes de los derechos de las mujeres.

"Es difícil hablar de los hombres como un grupo homogéneo porque hay diferencias fuertes. Hay un cambio generacional muy fuerte. Los hombres de mi generación, y de 60 y tantos años, difícilmente van a tomar otra actitud.Los chicos más jóvenes, en cambio, están siendo muchísimo más igualitarios", afirma.

Pero ¿qué dicen los hombres?

La discusión sobre el rol que deben jugar los hombres en el movimiento feminista ha sido ampliamente abordado por líderes mujeres. Pero ¿qué piensan los hombres al respecto?

El académico y escritor español Octavio Salazar ha analizado este tema en detalle en algunos de sus textos, como en "El Hombre que no deberíamos ser". Y, para él, la gran revolución pendiente del siglo XXI es justamente la de los hombres.

"Los hombres tenemos que convertirnos en agentes transformadores. Tenemos que empezar primero por revisar nuestra masculinidad pero al mismo tiempo liderar una serie de transformaciones políticas que tienen que ver con la sociedad. Empezar a repartir de otra manera los espacios, los tiempos, las responsabilidades y el poder", dice.

Salazar asegura que, más que participar en marchas, los hombres deben cambiar su actitud cotidiana y hacérselo notar a sus pares.

"Tenemos que empezar a poner en evidencia a esos hombres que nos rodean que se comportan de manera machista.Nosotros debemos ser los primeros en decir: no, esto es intolerable", afirma.

Pero más allá del comportamiento diario ¿deben considerarse y llamarse a sí mismo "feministas" los hombres que abrazan la causa de las mujeres?

Esta es otra de las controversias que existen entorno al tema.

Para Marta Lamas, la proliferación de hombres que dicen ser feministas responde casi a una "moda".

"Han surgido muchos hombres feministas que antes no se identificaban así. Creo que tiene que ver con una moda, con una cosa de ser políticamente correctos más que ser verdaderamente feministas", valora.

Salazar, por su parte asegura que, más que considerarse él un feminista, prefiere decir que es un hombre "en proceso" de serlo.

"Tengo tanto que deconstruir y desaprender que lógicamente no he terminado con el machista que llevo dentro", admite.

"El feminismo nos dará las claves para reconciliarnos con lo emocional, con esa parte de la vida que los hombres siempre hemos despreciado porque entendíamos que era de mujeres y que estaba devaluada. Y esa es la gran revolución", dice.

Por su parte, Francisco Simón, miembro del colectivo argentino "varones antipatriarcales", cree que los hombres no deben quedarse solo con un rol "pasivo" y de "escucha".

"Tenemos que encontrar un rol activo respecto de una militancia desde y para los varones, ocupando el espacio íntimo y no el espacio público protagónico. E interpelando la relación de los varones con los varones", dice.

Para el activista, es importante que haya un involucramiento de los hombres que permita avanzar en"romper la complicidad de manada que ocurre entre varones".

"Tenemos que pensar cierta estrategia con aquellos varones que son capaces de empatizar con la herida que el patriarcado produce en otras identidades para disputar esos cuerpos masculinizados que son los que ostentan privilegios y el patriarcado", agrega.

En cualquier caso, con un movimiento feminista que ha ido fortaleciéndose año a año, parece haber llegado la hora en que los hombres deberán realmente cuestionarse cuál es su postura al respecto.

Quizás es verdad que, tal como dice Salazar, la gran revolución pendiente del siglo XXI está más en las manos de ellos que en las de ellas.

 

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