Nia Ceidiog no estuvo sola, pero ninguna de las otras 300 participantes del gran premio de fisicoculturismo Xplosive Apewas en Birmingham, en Inglaterra, era como ella.

Primero porque ninguna de ellas tenía 63 años, ni se acercaba a esa edad, y segundo porque Ceidiog tuvo que superar "problemas de salud horribles" para convertirse en la mujer de más edad en lograr ser fisicoculturista por primera vez.

Un reto que asumió en el otoño europeo de 2016 luego de haber comenzado un proceso de transformación física a raíz de la boda de uno de sus hijos.

"Al principio fue vanidad y por eso me embarqué en un proceso de cambio para hacerme presentable", explicó Ceidiog.

"En ese momento era una mujer muy estresada, gorda y en sus cincuentas".

Primero bajo cuatro números de medida de su ropa tras cambiar sus hábitos alimenticios y suprimir la carne y los lácteos de su dieta.

Pero ante el desafío de desarrollar masa muscular y con la intensión de saber hasta dónde podía llegar, Ceidiog se sometió a un intenso régimen de ejercicios respaldado por un consumo de 3.000 calorías diarias con un alto contenido en proteínas.

"Fue extremadamente demandante y hubo momentos muy difíciles en el camino. De hecho, hubo un punto en el que estuve al borde de dejarlo todo", reconoció.

Encrucijada

"Por el programa de entrenamiento regresé a consumir carne y lácteos para desarrollar músculos gracias a la proteína", explicó, agregando que eso tuvo un efecto contraproducente en su cuerpo.

"Me fui apagando física y mentalmente. Me sentía cada vez más pesada, así fuera debido a los músculos y no la grasa".

A los seis meses comenzó a desarrollar una especie de psoriasis, brotando un doloroso hongo debajo de sus uñas debido a una mayor producción de células anómalas.

"Esos graves problemas me dieron a entender que algo horrible estaba ocurriendo dentro de mi cuerpo y que necesitaba urgentemente hacer algo", recordó.

"Fue a ver a un doctor que no pudo darme garantías de lo que estaba ocurriendo y después hablé con un naturópata que me recomendó cambiar la dieta".

"Eso significó que regresé a mi patrón alimenticio con lo que volví a sentir un nuevo entusiasmo", expresó con alivio.

"Me he quitado 10 años de encima"

Pese a ser consciente que se podía ver perjudicada su meta, Ceidiog priorizó su salud, decisión que tuvo un resultado mejor de lo esperado.

No solo compitió en Birmingham, sino que que también logró ganar una de las tres medallas que se repartieron en la categoría para mayores de 35 años.

"Mi familia me acompañó para animarme y puedo decir que conocí un mundo maravilloso, que fue una experiencia satisfactoria y humilde", le dijo Ceidiog a la BBC.

"Me considero como una ganadora ya que fue muy importante para mí llegar hasta este punto", reconoció.

"Crecí mucho en este proceso, que me ha quitado 10 años de encima por la manera en que luzco, la manera en la que pienso y la confianza que me ha dado".

"Todo se convirtió en una fantástica experiencia, de transformación física, espiritual e intelectual", concluyó.

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