Dar un paseo, hacer yoga o practicar taichí, incluso si es solo durante 10 minutos, es suficiente para generar un impacto inmediato en tu memoria.

Un equipo de investigadores de la Universidad de California comprobó que solo 10 minutos de actividad física ligera eran suficientes para potenciar la conectividad cerebral y para ayudar a las personas a distinguir entre recuerdos muy similares.

Los académicos lograron medir el impacto inmediato del ejercicio haciéndoles una resonancia magnética a los participantes en el estudio justo después de haber hecho un poco de ejercicio.

Lo que querían era confirmar si el ejercicio tenía un impacto sobre los mecanismos del cerebro para procesar los recuerdos.

Y comprobaron que sí.

Triple impacto

Cuando los expertos compararon las imágenes cerebrales de las personas que no habían hecho ejercicio con las de las personas que acababan de hacerlo, vieron que estos últimos mostraban una mayor comunicación entre el hipocampo, una región importante en el almacenamiento de la memoria y las regiones corticales, que están involucradas en la recolección vívida de los recuerdos.

Así, según recogen los académicos en su estudio publicado en la revista PNAS, esa breve intervención de ejercicio tuvo un triple impacto inmediato:

  • Mejoró rápidamente el procesamiento cerebral de recuerdos muy detallados
  • Generó una elevada actividad en el hipocampo y en las regiones vecinas
  • Generó una mayor sincronía entre el hipocampo y las regiones corticales, que intervienen en el procesamiento de la memoria detallada.

El mismo equipo ya había comprobado en estudios anteriores que el ejercicio físico moderado podía potenciar la memoria de los ratones.

Pruebas de memoria "bastante difíciles"

Los 36 jóvenes voluntarios que participaron en este estudio hicieron varias pruebas de memoria para que los expertos pudieran medir el impacto cerebral de la actividad física.

"Eran pruebas de memoria bastante difíciles", dijo Michael Yassa, uno de los neurocientíficos que colideró el estudio.

Los investigadores les mostraron 186 fotografías de objetos cotidianos, como vegetales o una cesta de picnic, durante dos segundos cada una. Después, los participantes debían mirar otras 256 imágenes y valorar si se trataba de los mismos objetos, "similares" o "nuevos".

Según Yassa, se usaron imágenes muy parecidas para ver si los sujetos podían distinguir los objetos nuevos de los recordados.

Y quienes acababan de hacer ejercicio obtuvieron mejores resultados.

¿Qué impacto tiene este descubrimiento?

Si bien ya se sabía que el ejercicio mejora en general la memoria y potencia la plasticidad del hipocampo, este estudio revela cuánta intensidad y duración son suficientes para generar esos efectos.

Según los investigadores, estos hallazgos demuestran que ese efecto es inmediato en la memoria a corto plazo y se genera a partir de apenas 10 minutos de actividad física ligera.

Como las regiones del cerebro observadas en esta investigación también juegan un papel importante en el deterioro de la memoria vinculado al envejecimiento, los autores creen que sería interesante explorar si la prescripción de una rutina concreta de ejercicios simples para adultos mayores podría detener o ralentizar el deterioro cognitivo.

De ser así sería particularmente útil para personas con discapacidad o limitaciones de movimiento.

De hecho los investigadores de este estudio ya están haciendo nuevos experimentos para medir los efectos del ejercicio ligero en personas mayores durante periodos de tiempo más largos.

Publicidad