Esta historia tiene 80 héroes.

Cada uno de ellos fue un eslabón de la cadena humana de bañistas que se tomaron de la mano para rescatar a siete personas de morir ahogadas.

El hecho ocurrió en una playa de Panama City en la Florida (EE.UU.) este sábado y, afortunadamente, todos sobrevivieron para contar la hazaña.

Todo comenzó cuando Roberta Ursey, quien compartía un día de playa con su familia, escuchó los gritos de sus dos hijos, Noah, de 11 años y Stephen de 8, quienes estaban siendo arrastrados por una corriente que los alejaba de la orilla.

Roberta fue al rescate, pero también quedó atrapada en la corriente juntos a sus hijos, su madre y una pareja que estaba cerca.

"Cuando vi a mi familia en peligro dejé de pensar racionalmente", le explicó a BBC Mundo Albert Ursey, esposo de Roberta. "Dejé de pensar en mi vida y me concentré en sacarlos de ahí como fuera".

Cadena humana

Él y su sobrino Justin entraron al agua para sacarlos a todos. "Son mis hijos los que me van a enterrar a mi, no yo a ellos", es la idea que pasaba por la mente de Ursey en ese momento.

Jessica Simmons y su esposo, otros bañistas que estaban cerca, al ver lo que ocurría reaccionaron y con urgencia convocaron a las personas alrededor a que se tomaran de la mano para formar una cadena humana.

En total se unieron 80 personas. Jessica y su esposo fueron hasta el final de la cadena y con la ayuda de una tabla flotadora fueron sacando uno a uno a los bañistas que corrían el riesgo de morir ahogados.

La operación fue exitosa y todos quedaron a salvo, aunque Barbara Franz, la madre de Roberta Ursey, sufrió un ataque al corazón y permanece en el hospital.

Nada por sentado

"Si pudiera encontrar a cada una de las personas que participaron en la cadena les daría las gracias, porque sin ellas no lo hubiéramos logrado", dice Albert Ursey.

"Ver a personas de distintas razas y géneros poniéndose en acción para ayudar a unos extraños, es absolutamente asombroso", escribió Jessica Simmons en su perfil de Facebook.

Según Albert Ursey al momento del incidente no había un salvavidas de turno.

Jessica Simmons, en su muro de Facebook, comentó que unos policías que llegaron al lugar esperaron en la orilla a que llegara un bote de rescate.

"Entiendo que los policías no estén entrenados para hacerse cargo de una corriente y que su atuendo puede ser pesado, pero POR LO MENOS habrían podido ser parte de la cadena humana", escribió Simmons en su Facebook.

"Después de esta experiencia no daré nada por sentado", reflexiona Albert Ursey. "Mi familia es mi mundo y casi lo pierdo en un minuto".


Qué es una corriente resaca

El incidente se produjo a causa de lo que se conoce como corriente de resaca.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés) define las corrientes resaca como un estrecho canal de agua que se mueve a gran velocidad. Pueden incluso ir más rápido que un nadador olímpico.

Estas se originan debido al retroceso de las olas después de haber llegado a la orilla.

Según las autoridades, el 80% de los rescates en las playas en Estados Unidos se deben a corrientes de resaca. Se estima que cada año en ese país mueren 100 personas al caer atrapadas en una de ellas.

En caso de verse arrastrado por una corriente de resaca, lo más común es que la persona trate de nadar de vuelta a la orilla, pero esto la pone en riesgo de fatigarse y ahogarse.

La corriente de resaca aleja a la persona de la orilla pero no la empuja hacia el fondo, así que se aconseja conservar la calma, mantenerse a flote y pedir ayuda.

Para los buenos nadadores la recomendación es nadar paralelamente a la orilla hasta salir de la corriente y ahí sí nadar hacia la orilla.

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