Alexander von Humboldt, de cuyo nacimiento se cumplen 250 años, fue un naturalista con vocación científica, pero ante todo, un explorador incansable.

En 1802, durante su expedición por América, se embarcó en una aventura que lo llevó desde las costas de lo que hoy es Perú hasta México.

En el trayecto hacia Ecuador, Humboldt observó con atención el agua sobre la cual navegaba, a casi 1.000 km de la costa.

Desde hace siglos los navegantes y pescadores nativos ya habían notado que el agua en esa zona era más fría, pero nadie la había medido de manera sistemática.

Humboldt, obsesionado con medirlo todo, registró la temperatura y la velocidad de esa corriente.

Los datos que recopiló sirvieron para notar que el agua en esa región del Pacífico es más fría que en otras partes de ese océano.

Su hallazgo fue un gran avance para la ciencia, tanto, que hoy a ese fenómeno se le conoce como la corriente Humboldt.

Mientras en otras áreas del Pacífico el agua puede estar a unos 24 ºC, en la corriente Humboldt pueda rondar los 14 ºC.

¿En qué consiste esta corriente que juega un papel clave en el equilibrio de la naturaleza y hoy se ve amenazada por el cambio climático?

Impacto en el clima

La corriente Humboldt, también llamada corriente de Perú, viaja de sur a norte, desde el tercio superior de Chile hasta los límites entre Perú y Ecuador.

El movimiento de la Tierra empuja las aguas profundas, y por lo tanto frías, hacia el norte y hacia la superficie.

Esto no solo enfría el agua de la superficie si no que impacta los ecosistemas costeros a su paso.

En Chile, por ejemplo, el desierto de Atacama se debe en gran parte al frío y la sequedad que genera la corriente en el ambiente.

También hace que en Perú, regiones que podrían tener climas con características del tropical húmedo, sean más bien secos y áridos.

Pero el verdadero poder de la corriente Humboldt se nota en el mar.

Comida para todos

La corriente Humboldt empuja las aguas profundas ricas en plancton hacia la superficie, lo cual sirve de alimento a una gran cantidad de animales marinos.

Es tal la cantidad de alimento que la zona es el ecosistema marino más rico del planeta y el área pesquera más productiva del mundo.

"No es muy diverso, tiene pocas especies pero en grandes cantidades", le dice a BBC Mundo el biólogo Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, una organización internacional dedicada al estudio y protección de los océanos.

Según explica Riveros, en la corriente Humboldt habitan calamares gigantes, cerca de 70 especies de tiburones, leones marinos, ballenas y otros cetáceos que viajan de polo a polo.

Además, las bajas temperaturas permiten que en las islas Galápagos, en plena zona ecuatorial, vivan pingüinos.

La rica cadena alimenticia de la corriente también resulta atractiva para las más de 4 millones de aves que habitan la región.

De hecho, la biodiversidad de las islas Galápagos, que le deben su riqueza a la corriente, fue el escenario perfecto para que Charles Darwin avanzara en su reveladora teoría de la evolución de las especies.

Un ecosistema en riesgo

Durante las últimas décadas, la corriente de Humboldt produjo más peces que cualquier otro sistema marino, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Se calcula que provee cerca de un 6% de la pesca global y mueve un negocio de unos US$20.000 millones anuales.

Pero este poderío natural parece amenazado.

Un estudio de Naciones Unidas de 2018, sostiene que la corriente de Humboldt "está amenazada por el cambio climático y puede perder parte de su producción".

Según la FAO, entre 2005 y 2015, cada año en esta región se pescaron más de 9 millones de toneladas de peces, moluscos y crustáceos, pero la tendencia es decreciente.

La FAO advierte que en parte esto se debe a la sobreexplotación, pero también a fenómenos climáticos que afectan la zona.

La corriente de Humboldt es muy sensible al fenómeno de El Niño, que calienta las aguas. Esto hace que se caliente el agua de la superficie.

A su vez, el agua fría queda más al fondo y no recibe la luz del sol.

Este ciclo disminuye la producción de plancton, lo cual afecta a toda la cadena alimenticia.

El cambio climático podría hacer más frecuentes y más intensos fenómenos como El Niño.

La FAO calcula que en los próximos años se espera una disminución del 33% del área rica en zooplancton en el centro y el norte de la corriente Humboldt y del 14% en el sur.

"Todo lo que dependa de un sistema de aguas frías sufriría un cambio que podría ser bastante violento", dice Riveros.

"Esa es una de las múltiples amenazas que tiene el sistema".

Para el biólogo, la corriente de Humboldt es vital para la economía y la naturaleza, así que la clave está en buscar maneras de mantenerla viva y usarla de manera sostenible.

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