"Debe estar en alguna parte. Una pintura tan grande no pudo haber desaparecido tan fácilmente, a menos que terminara quemada en un horno".

La curadora Helga Prignitz-Poda se refiere a "La mesa herida", un cuadro de 1,2 metros de alto por 2,4 de alto de Frida Kahlo que se esfumó en Polonia en 1955.

Una exhibición dedicada a la artista mexicana y quien fuera su pareja, el también pintor Diego Rivera, busca pistas sobre el paradero de la obra en el mismo país en el que se le perdió la pista.

Y lo hace apelando directamente al visitante con un cartel en el que se lee "¿Alguien puede decirnos qué pasó con esta pintura o dónde encontrarla?", colocado junto a una reproducción en blanco y negro y a escala de la pintura.

"Es una de las razones por las que hicimos esta exposición: alguien en Polonia podría recordar haber visto esta obra alguna vez, en algún lugar", le cuenta a la agencia AFP Prignitz-Poda, quien lidera esta "búsqueda desesperada".

La muestra Frida Kahlo y Diego Rivera: contexto polacose puede visitar hasta el 21 de enero en el Centro Cultural ZAMEK, un castillo construido en Pozna?, a 300 kilómetros de Varsovia, en 1905 para el último emperador alemán, Guillermo II, y que fue reconstruido como residencia para Hitler antes de que en 1945 fuera retomado por el Ejército Rojo.

Inusual para Frida

"La mesa herida" fue creada por Kahlo para la Exposición Internacional de Surrealismo de México de 1940, durante su divorcio de Rivera.

Es una suerte de versión de "La última cena" de Leonardo da Vinci, en la que Kahlo se representa a sí misma en el centro de la mesa, rodeada de una ecléctica variedad de personajes: los dos hijos de su hermana Cristina, un Judas de papel maché, un esqueleto que le tira del pelo y su mascota, un ciervo llamado Granizo.

Los expertos coinciden en que se trata de un doble autorretrato, ya que la mesa también sería una representación de ella misma, con sus pies deformados y vendados, ensangrentados.

Las dimensiones del cuadro lo hicieron excepcional para su trayectoria, ya que a diferencia de quien fuera su marido siempre prefirió lienzos más pequeños.

Kahlo lo tuvo durante 15 años colgado en su salón, antes de decidirse a donarlo a la Unión Soviética.

Fue entonces cuando lo envió a Varsovia, para que de allí siguiera de gira por diversas ciudades soviéticas antes de llegar a Moscú. Pero nunca pasó de la primera parada.

Una serie de fotografías tomadas entre 1940 y 1944 permitieron conocer el aspecto original de la pintura y existe una réplica de ésta en el Museo de Arte Gehrke-Remund de Baden-Baden, una ciudad construida en las faldas la Selva Negra de Alemania.

Su valor se calcula hoy en más de US$20 millones, aunque en su día no fue del gusto de los críticos socialistas "por su representación surrealista absolutamente cruel de la doble Frida", explica a AFP la curadora.

"Hubo declaraciones oficiales en las que se decía que la pintura no se podía exhibir", asegura.

"Es tan terrible que ni siquiera consideraron que merecía la pena reunir el dinero para pagar su transporte. Así que es posible que no quisieran recuperarla", concluye Prignitz-Poda, autora de una serie de libros sobre la artista, el último Hidden Frida Kahlo: Lost, Destroyed or Little Known Works ("La Frida Kahlo oculta: trabajos pedidos, destruidos o poco conocidos"), de este mismo año.

Solo 300 obras

La experta se lamenta de la desaparición de "La mesa herida" y dice que es "frustrante", ya que solo quedan unas 300 obras de la mexicana que el público puede ver. El resto desaparecieron, fueron quemadas o son parte de colecciones que no se muestran.

Sin embargo, hasta el momento la búsqueda de datos sobre su paradero no parece haber dado frutos.

"La gente escribe cosas graciosas" al ver el cartel junto a la réplica en el Centro Cultural ZAMEK, le cuenta a AFP su directora, Anna Hryniewiecka.

"Los niños nos dibujan mapas para encontrar la pintura. (Los visitantes) también dejan comentarios sobre la muestra, pero no información que nos pudiera llevar hacia algún tipo de pista".

De lograrlo, no sería la primera vez en que una obra del arte mexicano fuera hallada décadas después de perdérsele el rastro.

Un mural de Rivera llamado "Gloriosa victoria", desaparecido a mediados de la década de 1950, fue descubierto en la bodega del Museo Pushkin de Moscú en 2000.

Los expertos no pierden la esperanza.

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