Un saltamontes muerto no era precisamente el secreto que estaban buscando.

Pero fue eso lo que encontraron el lunes los empleados del Museo Nelson-Atkins de Kansas City, Estados Unidos, en una de las piezas estrella de su colección, el Olive Trees de Vincent van Gogh, mientras la examinaban para entender mejor su proceso de creación.

Fue la conservadora de arte Mary Schafer la que alertó del inesperado hallazgo entre los trazos del cuadro del maestro.

"Estaba observando la obra con el microscopio? y me encontré con el diminuto cuerpo de un saltamontes sumergido en la pintura, atrapado allí desde 1889", le contó al medio local Fox4kc.com.

"Eso nos dice que Van Gogh estaba pintando al aire libre y lo imaginamos luchando con los elementos, lidiando con el viento, los insectos, y luego trasportando el lienzo mojado desde el campo (a su estudio)", explicó la experta.

"Lo curioso es que evocamos todo ese escenario solo por cómo aterrizó el insecto en la pintura", dijo, añadiendo que esperan que el hallazgo les dé más información sobre la estación del año en la que la obra fue realizada.

El paleoentomólogo Michael Engel, profesor de la Universidad de Kansas, fue el encargado de examinar el saltamontes tras el hallazgo.

Descubrió que le faltaban el tórax y el abdomen, y tampoco encontró señales de movimiento en la pintura circundante, por lo que concluyó que el insecto ya estaba muerto cuando se adhirió al lienzo.

Por lo tanto, explicó, no se podrá extraer de éste información que ayude a una datación más exhaustiva de la obra.

En el sanatorio

Lo que se sabe hasta ahora es que el neerlandés, uno de los principales exponentes del posimpresionismo, pintó el cuadro, uno de los 18 que integran la serie con el mismo nombre, en 1889.

Apenas había pasado un año desde que se cortara el lóbulo de la oreja izquierda en Arlés, en el sur de Francia, tras una riña mantenida con el también artista Paul Gauguin según señala una de las versiones.

Poco después del episodio fue internado en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence, a unos 30 kilómetros de Arlés, así que los expertos creen probable que hubiera realizado allí el cuadro.

Para entonces Van Gogh ya se había quejado de las incomodidades de pintar al aire libre, incluidos los insectos.

"He debido atrapar algunos cientos de moscas en los cuatro lienzos que te estoy enviando, por no mencionar el polvo y la arena", le escribió en 1885 en una carta a su hermano menor, el exitoso marchante de arte Theo van Gogh.

Es lo que ocurre "cuando uno los carga entre el brezo y los arbustos durante horas, hasta un par de ramas los arañan".

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