Un hombre canadiense está desafiando en los tribunales una norma de su país que dice que los alcohólicos deben estar sobrios durante seis meses antes de poder entrar en la lista de espera para recibir un trasplante de hígado.

Mientras espera la llegada de la fecha del juicio, muchos se preguntan si tendrá suficiente tiempo para operarse.

Cary Gallant no ha tocado una gota de alcohol desde el 8 de julio de 2017, todo un logro para un hombre de 45 años que es alcohólico desde la veintena.

Después de ser ingresado en un hospital de Ontario el 16 de julio, fue diagnosticado con hepatopatía alcohólica, una condición que implica daños en la estructura y el funcionamiento del hígado debido al consumo excesivo de alcohol.

?Los médicos le dijeron que sin un trasplante tendría un 75% de probabilidades de morir antes de los seis meses, según los documentos que se presentaron como parte del caso judicial en Ontario.

Sus doctores se han negado a enlistarlo para un trasplante de hígado, citando una política que le exige al menos seis meses de sobriedad.

El momento es particularmente desafortunado para Gallant, ya que la agencia que está a cargo del programa de trasplantes en Ontario, llamada Trillium Gift of Life Network, ya aceptó iniciar el verano próximo un programa piloto de tres años de duración durante el que se obviará esa regla para algunos pacientes alcohólicos.

Pero para este paciente el año que viene puede ser demasiado tarde y por eso ha llevado su caso a los tribunales.

Una política común en otros países

Su abogado, Michael Fenrick, espera probar que la política actual lo discrimina y viola la carta canadiense de derechos y libertades protegidos por la Constitución.

"Creo que deberíamos tomar este tipo de decisiones de acuerdo a la evidencia médica disponible y no a enfoques anticuados... sobre cual es la persona adecuada para recibir un órgano", dice Fenrick.

Las reglas que exigen una sobriedad de seis meses previa a un trasplante son comunes en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Europa, pero la opinión médica está empezando a cambiar a raíz de investigaciones recientes.

"La política de trasplantes en Estados Unidos sigue estando determinada en la mayoría de los centros por normas sociales resultado de una pobre percepción pública de lo que es la adicción al alcohol", escribió el doctor John Fung, jefe de cirugía de trasplantes en el Instituto de Medicina de Trasplantes de la universidad de Chicago, en una declaración presentada en el juicio a favor de Gallant.

El especialista cita múltiples estudios que no hallaron diferencia alguna en las tasas de supervivencia entre los pacientes de trasplante de hígado que tuvieron hepatopatía alcohólica y los que no.

Algunos estudios mostraron que tras un trasplante los pacientes con hepatopatía alcohólica tienen más probabilidades de mantenerse sobrios, y solo entre un 10% y un 20% de los mismos vuelven a abusar del consumo de alcohol.

Entre los pacientes con hepatopatía alcohólica que sí fallecieron tras un trasplante, la causa de muerte más común no era la reincidencia de su alcoholismo sino el cáncer y las cardiopatías asociadas a una mayor incidencia del tabaquismo.

"Hicieron que sintiéramos vergüenza"

En 2010 Debra Selkirk y su marido Mark se encontraron en una situación similar a la de Gallant.

A Mark le dijeron que le quedaba muy poco de vida sin un trasplante de hígado.

Como solo llevaba tres semanas sobrio a su esposa le dijo una enfermera que la agencia que coordina los trasplantes "ni lo iba a mirar".

"Dijeron que los alcohólicos siempre vuelven a beber", le dijo Debra Selkirk a la BBC.

Pasadas dos semanas su marido murió.

"Me hicieron sentir como si él fuera un fracasado", dice.

"Hicieron que sintiéramos vergüenza de que no pudiera controlar su alcoholismo. Así que durante dos años después de su muerte yo decía que se había enfermado y ya... porque me sentía avergonzada de él".

Pero eso cambió cuando Debra empezó a informarse sobre lo que dice la ley, y encontró investigaciones médicas que desafiaban la base de la regla de los seis meses de sobriedad.

Sin tener ayuda de abogados presentó en los tribunales su propio desafío legal contra Trillium, la agencia que gestiona los trasplantes en Ontario.

"Ahora me avergüenzo de haberme sentido avergonzada", dijo.

Después de una reunión Trillium aceptó reexaminar su política y crear un programa piloto para estudiar la posibilidad de retirar la exigencia de los seis meses.

La BBC vio documentos que Trillium compartió con Debra en los que la agencia admite que "la evidencia que apoya el requisito es pobre" y dice que se debería lanzar un programa piloto para estudiar una nueva política.

"Si puedes hoy... ¿por qué esperar?"

En 2014 Reino Unido inició su propio programa piloto para pacientes con hepatitis severa asociada al alcohol, y en Estados Unidos varios hospitales probaron pilotos parecidos.

El doctor Robert Brown, que se especializa en trasplantes de hígado en el Weill Cornell Medical College, fue uno de los médicos que inicialmente estaban a favor del requisito de los seis meses de abstinencia.

Pero ahora apoya una actualización de la política, aunque con cierta cautela.

La intención de la regla es reducir la reincidencia y asegurase de que un trasplante de hígado solo va a gente que no puede vivir sin él.

Para el doctor es vital que cualquier programa nuevo mantenga estos dos objetivos.

Aunque Debra está "inmensamente contenta" por el programa piloto de Trillium, todavía no entiende por qué la agencia está esperando a 2018, cuando pacientes como el señor Gallant están sufriendo ahora.

"Si puedes salvar a pacientes hoy, ¿porque esperas al año que viene?".

Publicidad