Un grupo de científicos "secuestró" a unas plantas y las obligó a producir una vacuna contra la poliomielitis -o polio-, logrando un avance científico que podría transformar la industria de las vacunas, según los expertos.

El equipo del Centro John Innes, de Norfolk, en Gran Bretaña, afirma que el proceso es barato, sencillo y rápido.

Además de contribuir a eliminar la polio, los científicos creen que este abordaje podría ayudar al mundo a reaccionar contra amenazas inesperadas como el virus del Zika o el Ébola.

Los expertos señalan que este logro es impresionante y además importante.

La vacuna es una "mímica auténtica" del poliovirus: de afuera se ve casi idéntica pero en su interior está vacía -un poco como la diferencia entre un maniquí y una persona-.

Tiene todas las características necesarias para activar al sistema inmune, pero ninguna de las armas que causan una infección.

Fábrica de hojas

Los científicos "secuestraron" unas plantas con un metabolismo similar a la planta de tabaco para convertir a sus hojas en "fábricas" de vacunas contra la polio.

Primero, tuvieron que crear nuevas instrucciones genéticas para darle a la planta.

Empezaron usando el código genético para construir la superficie externa del poliovirus.

La combinaron con materiales de virus que naturalmente infectan a las plantas.

Luego pusieron estas nuevas instrucciones en bacterias que habitan en la tierra, para que estas infectaran a las plantas.

El plan funcionó: las plantas fueron infectadas, leyeron las nuevas instrucciones genéticas y empezaron a hacer partículas similares al virus.

Luego los científicos mezclaron las hojas infectadas con agua, las licuaron y extrajeron la vacuna contra la polio.

Las partículas extraídas lograron prevenir la polio en experimentos con animales y un análisis de su estructura en 3D mostró que se ven casi idénticas al poliovirus.

El profesor George Lomonossoff, del Centro John Innes, le dijo a la BBC que "son mímicas excelentes".

"Es una tecnología muy prometedora. Tengo la esperanza de que lograremos producir vacunas en plantas en el futuro cercano", afirmó.

¿Por qué una nueva vacuna?

La investigación está siendo financiada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte de sus esfuerzos por reemplazar a la vacuna de la polio.

Esta enfermedad -que puede causar parálisis permanente- es un tema del pasado en muchas partes del mundo, pero la infección no ha sido erradicada.

Y con la técnica que se usa en la actualidad -vacunar con una versión debilitada del poliovirus- se corre el riesgo de que el virus recobre algunas de sus características más peligrosas (algo que se llama poliovirus derivada de vacuna).

"Las vacunas actuales contra la polio se fabrican usando grandes cantidades del virus vivo, lo que conlleva el riesgo de un escape accidental y la reintroducción del virus", agrega Andrew Macadam, principal científico del Instituto Nacional para Estándares y Controles Biológicos del Reino Unido.

"Esta investigación nos acerca a la posibilidad de reemplazar a las vacunas actuales contra la polio, dándonos una opción barata y viable de fabricar vacunas con partículas similares al virus".

Gran potencial

Pero esta técnica no se limita a la polio y ni siquiera solo a las vacunas.

Si los investigadores logran armar la secuencia correcta del código genético, pueden fabricar vacunas contra la mayoría de los virus.

Y también han usado plantas para generar anticuerpos en nuevas terapias contra el cáncer.

Las plantas también están siendo investigadas como una fuente para reemplazar la producción de antigripales.

En la actualidad se fabrican en huevos de gallina y tardan meses en desarrollarse.

El profesor Lomonossoff le dijo a la BBC que una empresa canadiense realizó un experimento en el que logró identificar una nueva cepa de virus y producir una vacuna contra ese virus en menos de cuatro semanas.

"(Esta técnica) tiene el potencial de crear vacunas contra epidemias emergentes. Recientemente tuvimos el Zika y antes el Ébola", señaló, agregando que una de las grandes ventajas de este sistema es que "reacciona rápido".

Además es accesible: las plantas maduran rápido y solo necesitan luz solar, tierra, agua y dióxido de carbono para crecer.

Significa que podría representar un reemplazo de bajo costo y baja tecnología para la producción de vacunas.

Pero todavía hay temas por resolver, incluyendo cómo fabricar estas vacunas a gran escala.

También hay que determinar si existen otros riesgos de usar plantas para hacer vacunas. Por ejemplo, ¿si se usa un especímen relacionado con el tabaco, podría haber nicotina en las vacunas?

Por su parte, el experto en vacunas de la University College de Londres Tarit Mukhopadhyay advirtió que "hay muy pocas empresas que fabrican vacunas a partir de plantas".

Mukhopadhyay también señaló que "casi no hay licencias para vacunas humanas producidas en plantas".

En tanto, Denis Murphy, profesor de biotecnología de la Universidad del Sur de Gales, afirmó que "el desafío ahora es optimizar este sistema y avanzar hacia las pruebas clínicas".

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