Un consejo que podrían agradecer los amantes del té: dejarlo enfriar antes del primer sorbo.

Y es que un estudio advierte que consumirlo muy caliente incrementa el riesgo a desarrollar cáncer de esófago si se combina con alcohol y cigarrillos.

Los hallazgos, basados en el seguimiento a largo plazo de más de 450.000 participantes, se publicaron en Annals of Internal Medicine.

Los investigadores descubrieron que las personas en China que consumieron té y también fumaron tabaco y bebieron cantidades excesivas de alcohol tuvieron cinco veces más riesgo de cáncer de esófago que las personas que no tenían ninguno de estos tres hábitos.

El cáncer de esófago está aumentando en prevalencia y su tasa de supervivencia es bastante baja, particularmente en regiones menos desarrolladas y en varones.

Carcinoma

La combinación de los tres productos está relacionada con un mayor riesgo de carcinoma de células escamosas del esófago, que son las células que revisten el esófago.

Este tipo de cáncer es la forma más común de cáncer de esófago en Estados Unidos, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS por sus siglas en inglés).

La investigación sugiere que el consumo frecuente de líquidos hirvientes puede provocar lesiones a largo plazo en las células que recubren el esófago, dijo el autor principal del estudio, Jun Lv, epidemiólogo del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pekín.

Cambios relacionados con el calor en el revestimiento del esófago también pueden aumentar la probabilidad de daño por otros factores de riesgo de cáncer de esófago, como fumar y beber en exceso, lo que puede dañar el ADN en las células que recubren el esófago.

Bebedores de té en China

China se encuentra entre los países con la mayor incidencia de cáncer de esófago.

Los bebedores de té, especialmente los varones chinos, son además más propensos a fumar y beber alcohol.

En el estudio, los investigadores analizaron datos de aproximadamente 456.000 personas en China de 30 a 79 años.

Al comienzo del estudio, las personas completaron un cuestionario de estilo de vida que preguntaba con qué frecuencia consumían té, cuánto consumían y cómo preparaban la bebida y qué tipo de té bebieron.

También se les preguntó si la temperatura habitual de su té era la temperatura ambiente o templada, caliente o ardiente.

El consumo diario de té caliente, no se asoció con un mayor riesgo de cáncer de esófago en personas que no fumaban y no bebían alcohol en exceso.

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