Con unas pocas palabras, el director de Ciencia de la Agencia Espacial Europea (ESA) resumió claramente la trascendencia de lo hallado por su satélite Gaia:

"Las observaciones recogidas por Gaia están redefiniendo las bases de la astronomía", dijo Günther Hasinger.

Y esa redefinición está trayendo consigo desconcierto en la comunidad científica.

"El Universo simplemente se volvió aún más confuso", escribió Leah Crane, especialista en física y astronomía de la revista científica New Scientist.

Y es que la misión Gaia ha producido el que se considera es el catálogo de estrellas "más completo hasta la fecha", indicó la agencia.

Se trata del mapa en 3D más grande de nuestra galaxia hecho a partir de la información recabada por el satélite.

Se midió con alta precisión cerca de 1.700 millones de estrellas y se descubrieron "detalles de nuestra Galaxia nunca antes vistos", indicó la ESA.

Tal es la precisión alcanzada que "en el caso de algunas de las estrellas más brillantes del estudio" es como si una persona pudiera ver, desde la Tierra, "una moneda de un euro en la superficie de la Luna".

En expansión

El anuncio de lo captado por Gaia se realizó el pasado miércoles en medio de gran una expectativa porque se trata, según la agencia europea, de "información esencial para poder investigar la formación y la evolución de nuestra galaxia anfitriona".

De acuerdo con Crane, el primer análisis de la información recabada "ha cristalizado nuestra confusión sobre la velocidad con la que el Universo se está expandiendo".

"Tenemos dos formas de determinar la velocidad de la inflación del Universo y siempre han dado valores diferentes", explica la especialista.

"Algunos investigadores esperaban que la información dada a conocer el 25 de abril desde la nave espacial de Gaia pudiera menguar el conflicto, pero lo ha empeorado", añade.

Discrepancia en la medición

Tradicionalmente, la expansión del Universo (la cual no se detiene) se ha medido a través de la constante de Hubble.

Para calcularla los expertos utilizan el enfoque de la "escalera cósmica", el cual se basa en cantidades conocidas del Universo (las llamadas "velas estándar"), como por ejemplo el brillo de ciertos tipos de supernova para calibrar distancias en el espacio, explica el editor de Ciencia de la BBC, Paul Rincon.

Otro enfoque para calcularla, señala Rincon, usa una combinación del resplandor del Big Bang, que se conoce como radiación del fondo cósmico de microondas (medida por el observatorio espacial Planck) y el modelo cosmológico conocido como Lambda-CDM.

En el caso del primer enfoque se busca medir directamente las distancias que nos separan de las estrellas, las llamadas variables Cefeidas, para determinar "cuán rápido los objetos en el Universo local se están separando de nosotros", explica Crane.

"Este método más directo ha producido un resultado cuyo valor es superior en más del 9% (al resultado conseguido a través del) método que usa la radiación del fondo cósmico de microondas", indica la autora.

"En el pasado, habíamos sido capaces de medir unas pocas Cefeidas a la vez, pero Gaia identificó 50 de ellas".

La confusión

Adam Riess, del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, fue uno de los tres científicos que compartió el Premio Nobel de Física de 2011 por descubrir que la velocidad de expansión del Universo se ha acelerado.

Riess y sus colegas han analizado información sobre las Cefeidas de Gaia para ver cómo afectaría la discrepancia de la constante Hubble.

"No sólo es confirmada, sino que es reforzada", dijo Riess según la revista New Scientist.

"Antes de este análisis, indicó, había una probabilidad de 1 en 1000 de que la supuesta discrepancia fuese solo un accidente. Ahora, hay sólo una probabilidad de 1 en 7000 de que no sea real".

"Si la discrepancia es real, significa que algo está mal con nuestros modelos de la evolución del Universo. Y se está viendo más y más real", dice Crane.

De acuerdo con la autora, Reiss cree que quizás hay más partículas en el cosmos que nunca han sido detectadas o "quizás nuestras suposiciones sobre la naturaleza de la materia oscura y la energía oscura son incorrectas".

Mucho trabajo por delante

La misión de Gaia fue lanzada en 2013 y sus primeras observaciones se publicaron en 2106, tras un año de observaciones.

La semana pasada se dieron a conocer los datos recogidos en una segunda fase de análisis, que se extendió entre el 25 de julio de 2014 y el 23 de mayo de 2016.

Tras 22 meses de observaciones, el catálogo de la ESA revela información que incluye las posiciones, los indicadores de distancia y los movimientos de más de 1.000 millones de estrellas, así como también información sobre los asteroides en nuestro sistema solar "y estrellas más allá de la Vía Láctea", explicó la ESA.

"Gaia es la más pura expresión de la astronomía", afirmó Fred Jansen, responsable de la misión Gaia de la ESA.

"Estos datos les darán que hacer a los científicos durante muchos años, y estamos listos para sorprendernos con la avalancha de descubrimientos que desvelarán los secretos de nuestra galaxia".

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