En una montaña submarina bajo las aguas del Océano Atlántico, se esconde un tesoro de minerales raros.

Según descubrió un equipo de investigadores británicos, este monte a más de 500 Km de las Islas Canarias contiene una corteza de rocas extremadamente ricas en minerales raros.

Muestras que trajeron a la superficie contienen una sustancia escasa conocida como teluro, en concentraciones 50.000 veces más elevadas que en los depósitos en tierra.

El teluro se utiliza en un tipo avanzado de panel solar.

Esta aplicación plantea una pregunta de difícil respuesta: ¿puede la búsqueda de energías alternativas acabar impulsando la explotación minera del fondo marino?

Las rocas también contienen minerales o tierras raras que se utilizan en la fabricación de turbinas de viento y en dispositivos electrónicos.

Controversia

El monte submarino, que lleva el nombre de Tropic, se eleva 3.000 metros desde el lecho del Océano Atlántico. Su cima se encuentra a unos 1.000 metros por debajo de la superficie del mar.

Los investigadores del Centro Oceanográfico Nacional de Reino Unido (NOC) utilizaron submarinos robóticos para investigar la corteza oscura y de granos finos que cubre toda la superficie de la montaña.

Su espesor es de cerca de 4 cm.

Bram Murton, líder de la expedición, le dijo a la BBC que esperaba encontrar minerales en abundancia pero no en tan altas concentraciones.

"Esta corteza es asombrosamente rica y eso es lo que hace que estas rocas sean tan increíblemente especiales y valiosas desde la perspectiva de los recursos".

Debate necesario

Murton calcula que las 2.670 toneladas de teluro en esta montaña equivalen a una duodécima parte de todo el consumo mundial.

El investigador dejó en claro que no está defendiendo la minería en las profundidades del mar. Esta actividad aún no está en marcha y, de iniciarse, creará una gran controversia por el daño que pueda causar al medioambiente marino.

No obstante, Burton quiere que el descubrimiento de su equipo -y que es parte de un proyecto más amplio llamado MarineE-Tech- sirva para generar un debate sobre la procedencia de los recursos vitales.

"Si necesitamos suministros de energías verdes, necesitamos los materiales para construir estos dispositivos que producen energía. Y estos materiales tienen que venir de alguna parte".

"O los sacamos de la tierra y hacemos allí un gran agujero, o los sacamos del fondo marino y hacemos allí un agujero comparativamente más pequeño".

"Es un dilema para la sociedad. Todo lo que hacemos tiene un costo".

Ahora, los investigadores están sopesando las ventajas y los riesgos de la minería en tierra y bajo el mar.

Ventajas y desventajas

Por lo general, la minería en tierra implica despejar bosques y poblados, retirar rocas y construir carreteras o vías para extraer los trozos de rocas con concentraciones de minerales (o menas) relativamente pobres.

En cambio en el mar, las menas son mucho más ricas, ocupan un área menor y el impacto inmediato sobre la gente es mucho menor. La desventaja es que donde se usan las máquinas para extraer los minerales, muere vida marina y los efectos devastadores pueden extenderse a un área mayor.

Una de las principales preocupaciones es el efecto de las ráfagas de polvo provocadas por la excavación del lecho marino, que pueden viajar grandes distancias y afectar a los organismos vivos que se encuentren en su camino.

Para entender las implicaciones, la expedición británica llevó a cabo un experimento -el primero en su tipo- para imitar los efectos de la minería y para medir las columnas de polvo que produce.

Los resultados preliminares, dice Murton, muestran que el polvo no se detectaba con facilidad 1 km más allá de la fuente de origen. Esto indica que el impacto de la minería submarina podría ser más localizado de lo que se temía.

Como si fuera la selva tropical

Otro estudio de la misma organización evaluó evidencia aportada por la exploración marina y concluyó que muchas criaturas se recuperarían al año, pero pocas volverían a alcanzar sus niveles anteriores, incluso después de dos décadas.

Otro estudio se centró en organismos diminutos en el lecho del Océano Pacífico en la región conocida como Zona Clarion-Clipperton, que se extiende por el sur de Hawái.

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos -una organización dependiente de la ONU- autorizó a varias compañías de más de 12 países a buscar minerales en esta región, en las rocas que yacen en el fondo marino.

Según Andy Gooday, profesor del NOC, en estas rocas hay una diversidad de organismos unicelulares llamados Xenophyophorea mucho mayor de lo que se pensaba.

Estos organismos ocupan uno de los escalones más bajos en la cadena alimentaria y juegan un rol muy importante formando estructuras firmes como si fueran arrecifes de coral en miniatura y proveen hábitats para otras criaturas marinas.

Para Gooday, la vida que hay en los sedimentos del océano profundo es comparable a la que existe en el bosque lluvioso tropical y es "mucho más dinámica" de lo que se esperaba.

"Si eliminas estos organismos unicelulares, que son muy frágiles y seguramente serán destruidos por la minería, se destruirá el hábitat de otros organismos".

"Es difícil predecir y, como todo en el océano profundo está conectado con los efectos de la minería, necesitamos aprender más. Todavía sabemos muy poco de lo que está ocurriendo allí abajo".

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