El jardín botánico de Londres, Kew Gardens, inauguró una exhibición dedicada a Colombia con más de 5.700 orquídeas del país sudamericano que representan una gran variedad de ecosistemas. Durante un mes, Kew Gardens mostrará no solo la biodiversidad de Colombia, sino su gastronomía, música y arte.

"Colombia tiene cerca de 4.200 especies de orquídeas", le dijo a BBC Mundo el botánico colombiano Óscar Pérez Escobar, investigador de Kew Gardens. Esa diversidad se debe fundamentalmente a "la manera en que los Andes se formaron en un tiempo muy rápido, lo que promovió la creación de nuevos microambientes que las orquídeas aprendieron a explotar".

El festival busca también recrear simbólicamente la diversidad de la fauna de Colombia y presentar el trabajo conjunto de Kew y el gobierno de Colombia para explorar áreas en gran medida desconocidas para la ciencia, que han pasado a ser accesibles tras el acuerdo de paz.

Más de 6.000 especies de plantas endémicas, que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra, se han identificado en Colombia (Reino Unido tiene menos de 100).

Las orquídeas "aprendieron a desarrollarse en ambientes muy pobres en nutrientes y para eso desarrollaron interacciones, por ejemplo, con hongos, que les permiten capturar nutrientes de otras fuentes a las que ellas no tienen acceso", explicó Pérez Escobar.

La mayoría de las orquídeas son epífitas, lo que significa que viven sobre los árboles. Pero no son parásitas. Además de obtener nutrientes de los hongos que se adhieren a sus raíces, las orquídeas aprovechan "la materia orgánica sobre la corteza de los árboles, que el viento transporta o que la misma corteza produce cuando se descompone", señaló el botánico a BBC Mundo.

Las orquídeas son "maestras del engaño, porque han hecho estrategias muy especializadas para atraer y engañar a sus polinizadores. Pueden emitir un aroma que le indica a un polinizador que hay una recompensa, que no existe".

La flor nacional de Colombia, la Flor de Mayo (Cattleya trianae) está amenazada de extinción debido a la desforestación y la extracción selectiva. "La gente va al bosque, ve la orquídea y se la lleva para cultivarla", afirmó Pérez Escobar.

El mensaje de Pérez Escobar es que "las orquídeas son un símbolo de buena salud de un ecosistema, pero hay que dejarlas ahí en el bosque. Uno no sabe qué efecto podría tener esa flor en otros organismos que dependen de ella, como los polinizadores. Las orquídeas son parte de una red muy compleja que no debe ser molestada".

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