Pensar en mundos desconocidos suele llevarnos a mirar hacia el cielo y estudiar cómo son otros planetas y sus estrellas.

Pero la Tierra aún guarda secretos que han estado fuera de nuestro alcance y muchos de ellos están en los océanos, que cubren el 70% del planeta.

Entre esos misterios está el universo de los "agujeros azules", formaciones geológicas que se han moldeado naturalmente a lo largo de miles de años y a los que la exploración submarina no ha podido acceder.

O, al menos, no había podido hacerlo hasta hace poco.

Y es que un grupo de investigadores finalmente pudo descender al agujero azul Green Banana, el cual nunca había sido explorado pese a que desde hace algunas décadas se conocía su ubicación y aspecto superficial.

Buzos altamente entrenados realizaron en agosto la primera inmersión en aquel misterioso lugar ubicado cerca de la costa oeste del estado de Florida, EE.UU., en la región del Golfo de México.

"No soy un astronauta, pero es lo más parecido a otro mundo", dice el buzo Marty Watson a BBC Mundo, quien efectuó el descenso junto a otros colegas hace unas semanas.

La boca de este agujero azul tiene unos 30 metros de ancho y en la primera de dos misiones de exploración entre 2020 y 2021 los buzos alcanzaron una profundidad de 128 metros.

El más profundo es el Hoyo del Dragón en el Mar de China Meridional explorado en 2016 y del cual se cree que alcanza los 300 metros, pero también se conoce el Gran Hoyo Azul de Belice de 318 metros de ancho y 124 de profundidad.

Pero el interior del Green Banana, nombrado así porque el pescador que lo descubrió vio flotando una cáscara de plátano verde en su superficie, nunca había sido explorado.

Primero, ¿qué son los agujeros azules?

Son estructuras geológicas en el océano que están formadas por una roca caliza que llega a ser muy porosa, lo que significa que tiene muchos agujeros diminutos.

Con el tiempo, quizás siglos, el flujo de agua erosiona la piedra y crea grietas, hendiduras y cuevas las cuales dejan un vacío o abertura.

Debido a que son demasiado profundos, superan los límites del buceo técnico. O algunos tienen bocas muy pequeñas, de 1,80 m, lo que impide el acceso con algún equipo sumergible.

"Como resultado, la exploración de muchos de estos sitios ha sido iniciada por un número muy limitado de entusiastas del buceo técnico o pescadores deportivos que han analizado de cerca sus ubicaciones durante décadas", explica el Instituto Oceanográfico Harbour Branch, que participó en la exploración del Green Banana.

Los agujeros azules que se pueden ver desde el aire están en aguas poco profundas, lo que los hace más fáciles de detectar, pero el caso de Green Banana Hole es especial, pues es muy profundo.

Fue descubierto a finales del siglo XX, pero ahora sabemos que no es único en el Golfo. A unos 30 km de la costa de Florida, los investigadores marinos han documentado la existencia de al menos otros 20 agujeros azules.

Jim Culter, un experto que estudia la vida marina que habita en el fondo para Marine Laboratory Mote en Florida, los ha estado mapeando.

"Hay al menos 20 y tal vez dos o tres veces más. Tal vez muchos más", dijo a la BBC.

El primer sitio en el que Culter se sumergió fue el Hoyo Amberjack, el cual guarda mucha similitud con el Green Banana, ambos ubicados frente a las costas de Sarasota.

"Es muy emocionante... bajas hasta el borde y es como un arrecife, donde tienes muchos peces, excepto que las rocas y los corales no están encima del fondo, sino que bajan hacia el fondo, como un arrecife al revés", describe.

"A medida que se desciende, la diversidad de animales y plantas disminuye, y luego todo comienza a tornarse más oscuro y más frío... se vuelve algo surrealista porque es muy diferente", continúa.

¿Y qué encontraron en el Green Banana?

La doctora Emily Hall, quien es la investigadora principal del proyecto, explica que es muy contrastante lo que hay en los agujeros azules de la región de Florida.

"Si estás nadando lejos de los agujeros, es bastante estéril. No hay mucho en el fondo del Golfo de México. Pero cuando te acercas a ellos, ves corales blandos y pastos marinos, y luego cuando llegas al agujero, estalla de vida, es realmente asombroso", explica a la BBC.

Para entrar al Green Banana, los investigadores crearon un "módulo de aterrizaje" de unos 225 kg diseñado especialmente para el descenso en agujeros azules.

Con el módulo pudieron realizar mediciones y recolectar muestras para pruebas de laboratorio. Y los buzos también tenían cámaras pequeñas con las que obtuvieron imágenes para el análisis de macrofauna.

El objetivo del análisis es hacer exámenes de la geoquímica, la hidrodinámica y la biología.

https://www.youtube.com/watch?v=piAfbAI8fIw

Watson y los otros buzos vieron la vida en la superficie y los primeros metros, pero conforme descendieron se encontraron con la gradual desaparición de los seres vivos más grandes.

"Bucear en el Green Banana fue todo un desafío debido a la poca visibilidad", dice Watson.

Un primer hallazgo para los científicos fue que "los agujeros azules del océano no se crean de igual forma", explica el Harbor Branch, que es parte de la Universidad Atlántica de Florida.

También les han permitido ampliar el conocimiento de cómo la vida en océanos costas se retroalimenta con los acuíferos submarinos, además de que la información ayuda a las entidades de protección ecológica a entender mejor cómo preservar el medioambiente marino y genera nuevos conocimientos "fundamentales" sobre los procesos químicos y biológicos en entornos extremos.

"Como descubrimos recientemente, estos entornos albergan ecosistemas complejos que son claramente puntos críticos de biodiversidad", explica el profesor Jordon Beckler, miembro del equipo investigador.

La amenaza del cambio climático

Emily Hall dice que parte de la fascinación que generan los agujeros azules a los científicos se debe a que generan preguntas que con su exploración pueden ser respondidas.

"¿Qué está pasando allí? ¿Nos dirán algo sobre el futuro?", se pregunta Hall.

"¿Son estos agujeros únicos o están conectados genéticamente entre sí? ¿Los peces que están alrededor del agujero salen de allí y van a otro agujero? ¿O son criaderos de ciertos peces u otros organismos marinos?".

Sin embargo, los científicos se enfrentan al deterioro del entorno marino que está generando la acidificación de los océanos - los cambios en la química de los mares del mundo- por las actividades humanas -como la quema de combustibles fósiles-, lo cual podría transformar estos entornos naturales.

A los científicos marinos les preocupa que los cambios en los niveles de pH de los océanos tengan grandes consecuencias y dañen la vida silvestre y los ecosistemas marinos.

"El pH baja rápidamente tras ingresar (al agujero), lo cual es lo previsible debido a la acidificación del océano y al cambio climático. Así que estamos interesados en ver qué está sucediendo en estos agujeros y qué podrían hacernos saber sobre el futuro de nuestros océanos", agrega.

Beckler dice que "para conservar, proteger y gestionar estos ecosistemas" se hace necesario adquirir un conocimiento profundo de los agujeros azules.

Y la primera exploración del Green Banana, que será complementada en mayo de 2021, los acerca más a esta meta.

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