Por el momento no te permitiría recargar un teléfono, pero puede que la solución al problema de las baterías descargadas la tengas en la boca.

Una batería de energía bacteriana activada con saliva acaba de ser desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York.

Se trata de la nueva generación de pilas microbianas (MFC, por sus siglas en inglés), que crean corrientes eléctricas a través de bacterias.

Las nuevas MFC tienen células exoelectrogénicas (microorganismos que pueden transferir electrones por fuera de sí mismos) que están liofilizadas e inactivas pero pueden generar energía en minutos añadiendo saliva.

En otras palabras, para ponerlas a funcionar solamente hay que escupir.

Seokheun Choi, profesor asistente de Ciencias Eléctricas y Computarizadas de Binghamton, quien lleva cinco años trabajando en la producción de fuentes de micro energía, es uno de los creadores de la nueva batería.

Y afirma que la misma puede ser especialmente útil para el diagnóstico de pacientes que reciben cuidado en lugares donde el uso de baterías convencionales es limitado y hay pocas alternativas para conectar instrumentos como biosensores.

"La generación de micro energía a pedido es particularmente necesaria en aplicaciones de diagnósticos in situ en países en vías de desarrollo", explicó Choi en un comunicado sobre el invento.

"Típicamente, esas aplicaciones sólo requieren niveles de energía de unas decenas de microvatios, durante algunos minutos, pero las baterías comerciales u otras tecnologías de recolección energética resultan my costosas o sobre calificadas", indicó el científico.

Y a eso hay que añadir que las baterías tradicionales también representan un problema de contaminación ambiental.

Pocos microvatios

Por ello Choi y su asistente de investigación Maedeh Mohammadifar crearon una pila microbiana (MFC) de alto rendimiento contenida en un papel.

Dicha pila produjo energía fiable con una sola gota de saliva, suministrando electricidad que puede ser utilizada en la próxima generación de plataformas de diagnóstico de cuidado in situ que están basadas en papel y sean desechables.

La batería propuesta tiene ventajas competitivas frente a otras soluciones convencionales, resaltaron los investigadores.

El fluido biológico necesario para activar la pila a pedido no solo está inmediatamente disponible en las situaciones más restringidas, sino que la tecnología de liofilización permite el almacenamiento duradero de la pila sin que pierda sus propiedades o se degrade.

El siguiente paso para el equipo de Choi es mejorar la densidad de energía, logrando genera más vataje por centímetro cuadrado. Eso será lo que determine su uso en el mundo real.

"En este momento, nuestra densidad de energía es de unos cuantos microvatios por centímetro cuadrado", reconoció Choi.

"Sin embargo, 16 pilas microbianas conectadas en serie sobre una hoja de papel generaron suficientes valores de corriente eléctrica y voltaje para activar un diodo emisor de luz (LED)", indicó.

"Se necesitarán mejorías en la generación de energía para otras aplicaciones electrónicas que requieren cientos de milivatios de energía", concluyó el científico.

Los resultados de las investigaciones del equipo de Seokheun Choi fueron publicados en el sitio Advanced Materials Technologies.

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