La homosexualidad en insectos es desconcertante.

Eso piensa el biólogo Kris Sales, investigador de la Universidad de East Anglia en Inglaterra.

"Es algo muy extraño, porque el principal beneficio del sexo en la naturaleza es transferir genes a la próxima generación", afirmó Sales a BBC Mundo.

"Pero en la homosexualidad el sexo tiene todos los riesgos, sin el beneficio de la reproducción".

Y es que el sexo representa un gran costo para los insectos.

"Usa recursos como agua, energía y tiempo. En algunas especies, como el saltamontes longicornio (Tettigoniidae) cada eyaculación puede ser el cuarto del peso corporal y en el caso de una especie de mosca de la fruta el fluido de semen es más largo que todo su cuerpo", señaló Sales.

"Además, está el riesgo de las enfermedades de transmisión sexual, de las que se conocen cerca de un centenar, o de trauma en el caso de insectos con penes que parecen agujas".

¿Cómo se explica entonces que la homosexualidad haya sido registrada en más de 100 especies de insectos?

Cómo se explica la homosexualidad en insectos

Diferentes teorías han intentado explicar la homosexualidad en insectos.

Algunas sugieren que se trata de una ventaja evolutiva, porque reduce la competencia entre machos que dominan, distraen o lastiman a otros machos rivales.

Kris Sales se propuso probar otra teoría, según la cual la homosexualidad no es una adaptación evolutiva y "ocurre simplemente porque los machos no reconocen bien a sus parejas".

Sales y sus colegas diseñaron un experimento con una especie llamada escarabajo rojo de la harina (Tribolium castaneum).

"Usamos esa especie en nuestro laboratorio porque completa una generación en un mes y crece fácilmente en un medio con harina, levadura y avena", explicó el investigador.

"Comparamos dos grupos de escarabajos, uno con más machos que hembras y otro con más hembras que machos".

"Luego observamos la copulación de cerca de 300 machos. Debido al ambiente que creamos para que vivieran los insectos, esto significó que durante 50 horas, con 30 grados de calor y 60% de humedad, observamos insectos que intentaban copular".

Los escarabajos tienen un tipo de pene llamado edeago o aedeagus, el órgano copulador a través del cual secretan el esperma.

La mayoría de las aves, en cambio, no tiene pene sino un conducto llamado cloaca.

Problema de identidad

Sales y sus colegas constataron que los machos de ambos grupos estaban igualmente motivados para copular.

Pero había una diferencia. En el grupo con menos hembras, era más probable que los machos buscaran primero a las hembras y pasaran más tiempo con ellas copulando.

En el grupo con menos machos que hembras, en cambio, los machos no eran tan quisquillosos y pasaban el mismo tiempo intentado copular tanto con hembras como con otros machos.

El experimento implica "que el comportamiento homosexual en insectos, especialmente en estos escarabajos, no es una adaptación evolutiva, porque cuando existe la presión de la competencia la homosexualidad se vuelve menos común", explicó Sales a BBC Mundo.

"Nuestra investigación da más peso a la evidencia que sugiere que la homosexualidad es resultado de una capacidad limitada para reconocer al otro sexo, aunque no sabemos por qué esto ocurre".

El escarabajo rojo de la harina tiene una visión pobre y machos y hembras se ven similares.

Sales y sus colegas esperan ahora investigar el mecanismo exacto por el que los escarabajos identifican a las hembras.

El científico le aclaró a BBC Mundo que si bien los escarabajos representan cerca del 25% de las especies conocidas de insectos, las conclusiones del estudio no pueden extrapolarse a otras especies con funciones cognitivas y estructuras sociales más complejas como las aves y los mamíferos.

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