No se parecen en nada a las tradicionales fotos de graduación: con birrete y estola, Makenzie Noland aparece sumergida en una laguna hasta las rodillas, acariciando el hocico de un cocodrilo de 4 metros de largo.

¿Qué hace esta estudiante de la Universidad A&M de Texas, en Estados Unidos, posando junto a un animal tan peligroso?

Según le explicó a la BBC, quería marcar el final de su carrera en ciencias de la pesca y vida salvaje con una foto que mostrase el trabajo que había realizado durante el verano.

La joven, de 21 años, hizo una pasantía en un centro de rescate en Beaumenot, que alberga cerca de 450 caimanes, cocodrilos y otros reptiles.

Con el que vemos en las imágenes, dice, desarrolló una relación especial: Noland cuenta que el animal responde cuando lo llama por su nombre, Big Tex, y se acerca a ella cuando le hace señas con las manos para ofrecerle comida.

La joven, que no le teme en absoluto a su amigo, quiere continuar trabajando con animales salvajes después de su graduación.

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