Investigadores de una pequeña localidad alemana empezaron a recoger muestras de ADN de cientos de hombres con la esperanza de resolver un crimen cometido hace 23 años.

El cuerpo de Claudia Ruf, de 11 años, fue hallado 70 kilómetros al sur de Grevenbroich, en Alemania, en 1996. Había sido agredida sexualmente y asesinada.

Nadie fue acusado de su muerte.

Ahora, la policía local decidió enviar peticiones de colaboración al menos a 900 hombres en un intento de encontrar el ADN que encaje con los restos recuperados en la escena del crimen.

El primer día de la toma de muestras fue este sábado.

Aquellos que aceptaron colaborar ofrecieron muestras de saliva en una escuela primaria local donde se están recogiendo las pruebas.

"Escondido demasiado tiempo"

Claudia Ruf fue secuestrada en mayo de 1996 cuando paseaba al perro de un vecino en Grevenbroich, que está unos 40km al noroeste de Colonia.

Su cuerpo apareció dos días después, con signos de estrangulamiento. El cadáver fue rociado con gasolina y estaba parcialmente quemado.

El padre de la pequeña, Friedhelm Ruf, hizo un emotivo llamamiento en video la semana pasada.

"Después de más de 23 años, hay una gran posibilidad de resolver el triste destino de mi hija. El autor del crimen ha sido capaz de esconderse detrás de nosotros demasiado tiempo", declaró.

Un portavoz de la policía le dijo al periódico alemán Bild que ha habido mucho interés en este nuevo intento por resolver el caso, con la recepción de decenas de pistas.

Hombres que tendrían 14 años en el momento del crimen han sido llamados a participar en las pruebas de ADN.

Uno de los voluntarios que se presentó este sábado, Stefan Oberlies, de 46 años, le contó a Bild que supo "inmediatamente" que aceptaría la invitación de la policía.

"Espero que hallen al culpable. Por supuesto he leído mucho sobre el trágico caso", dijo Oberlies, citado por el diario alemán.

Reinhold Jordan, el principal investigador del caso, anunció a los medios alemanes que el análisis de las muestras tardará entre cuatro y ocho semanas.

La policía comprobó 350 pruebas de ADN en 2010, pero no hubo avances.

Según la prensa alemana, los investigadores esperan poder utilizar un cambio reciente que permite que las muestras muy similares, de parientes, aparezcan marcadas en los resultados.

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