Dicen que para ser exitoso nunca debes olvidar cuál es tu objetivo.

Con él en vista, debes tomar buenas decisiones, desde las más pequeñas hasta las más significativas. Y son tantas -desde qué vestir hasta en qué invertir- que hay gente exitosa que decide reducir al mínimo las que le hacen ruido.

Usan ropa similar a diario, comen en los mismos restaurantes, hasta ordenan los mismos platos.

Sin embargo, eso todavía deja una montaña de decisiones que tomar y a menudo una de las más relevantes es qué hacer primero.

A Dwight Eisenhower muchos lo conocemos por haber sido presidente de Estados Unidos entre 1953 y 1961.

Pero para entonces ya había sido general en el ejército, responsable de comandar las Fuerzas Aliadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, presidente de la Universidad de Columbia y primer comandante supremo de la OTAN.

Su productividad es legendaria. Era considerado un maestro de la administración del tiempo; tenía la habilidad de hacer todo cuando era necesario hacerlo.

Uno de sus más famosos métodos para desempeñarse consistentemente bien en todos sus roles es conocido como la Matriz de Eisenhower.

¿Sencilla?

La matriz tiene cuatro categorías:

  1. Urgente e importante
  2. Importante, pero no urgente
  3. Ni importante ni urgente
  4. Urgente, pero no importante

Como ves, el truco es distinguir entre lo urgente y lo importante, y saber qué hacer con todos.

A muchos nos resultaría obvio enfocarnos en lo importante y urgente, con razón.

Sin embargo, es primordial fijar un espacio para hacer lo importante pero no urgente.

Lo urgente tiende a ser asuntos que dejaste para después, desde responder correos electrónicos hasta preparar un informe que tienes que entregar en media hora.

Entre ellos habrá unos que eran importantes pero no urgentes, y los dejaste de lado.

Ahora, no tendrás el tiempo que idealmente le querías dedicar.

El problema no es sólo que tendrás que correr en este momento sino que, al resolver el tema cuando estás estresado, probablemente tomarás decisiones erradas.

Eso repercutirá en el futuro, pues deberás consumir más tiempo y energía corrigiendo el curso que tomaste, lo que reducirá tu productividad.

Así que:

  1. Haz lo urgente e importante inmediatamente
  2. Programa el tiempo para hacer lo importante pero no urgente
  3. Deja para después lo ni importante ni urgente
  4. Delega lo urgente pero no importante.

Y respecto a este último punto recuerda lo que dijo Eisenhower: "Liderazgo es el arte de lograr que alguien haga lo que tú quieres porque quiere hacerlo".

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