Solía ser el sexto lago más grandes del mundo y en las fotos satelitales llamaba la atención el intenso color azul que lo identificaba.

Así describe Mary Harper, editora para África de la BBC, al agonizante lago Chad, que hasta inicios de los años 70 era como un mar dentro de África.

Pero ahora, el lago compartido por Níger, Nigeria, Chad y Camerún es como un collage inmenso de charcas y extensiones de tierra seca.

"Los pueblos y ciudades que antes bordeaban la orilla del lago, ahora están separados por hectáreas de desierto", dice Harper.

La razón de estos cambios geográficos es que el lago Chad ha perdido entre el 80% y 90% de su superficie en las últimas cuatro décadas.

A esta crisis se suma la violencia islamista del grupo armado Boko Haram, creado en 2002 y que golpea a los cuatro países que rodean el Chad.

Esta semana, representantes de los gobiernos de 12 países y organizaciones como el Banco Mundial están reunidos en la Conferencia Internacional del Lago Chad (ICLC, por sus siglas en inglés), que se celebra en Abuja, Nigeria, para discutir formas de salvar el lago.

¿Cuáles son las causas de tan dramática situación?

Sin agua y sin pesca

El Chad era la principal fuente de agua del Sahel, una franja de 5.000 km que atraviesa toda África, desde el Océano Atlántico al Mar Rojo, y sirve de transición entre el desierto del Sáhara y la sabana africana.

En los años 60 el lago ocupaba un área de 25.000 kilómetros cuadrados y acogía a unas 135 especies de peces, según la Unesco.

Pero en los 80 se redujo su superficie a 2.500 kilómetros cuadrados, es decir a un 10% de su tamaño original.

Aunque en 2013 las lluvias en la zona registraron un incremento excepcional, la superficie de este cuerpo de agua aumentó a solo 5.000 km2, es decir, hasta el 20% de lo que fue, según se informa en la página de la ICLC.

Un estudio publicado en la revista científica Environmental Research Letters en 2011 y entidades como Naciones Unidas señalan que la pérdida es incluso superior al 90%.

La situación afecta a alrededor de 40 millones de personas, que dependen del lago para obtener agua potable, pescar y cultivar las tierras cercanas.

"La sequía ha provocado la pérdida de pastizales y el inicio de la migración hacia la sabana de Guinea, en el sur de la cuenca del lago", señalan los organizadores de la ICLC.

No hay una sola causa para la desaparición del Chad.

El lago está "evaporándose" debido "al manejo insostenible del agua", para el consumo humano y animal, y al cambio climático.

El estudio de IOPScience atribuye el desastre a la tendencia del lago a dividirse en lagos más pequeños en ciertas temporadas y a la extracción de agua para irrigación, que impide que el lago vuelva a llenarse y ser uno solo.

La construcción de represas en los ríos que alimentan el lago, para proyectos hidroeléctricos, también ha tenido un efecto devastador.

Además, la población local dice que la cantidad de lluvias ha disminuido progresivamente desde los años 70.

Otra de las razones de la tragedia es la "aplicación pobre de la legislación ambiental", según el Banco Mundial.

La Conferencia del Chad añade que "los más de dos millones de desplazados por la insurgencia de Boko Haram, que se reúnen en las orillas, aumentan la presión sobre el lago".

El extremismo y el desplazamiento masivo de gente que provoca han sido calificados como la "crisis más ignorada del mundo".

Naciones Unidas estima que casi 11 millones de personas necesitan ayuda humanitaria a causa de este conflicto.

Alertas

Desde hace al menos 15 años, las autoridades están hablando sobre la crisis del lago Chad.

"Es un hecho que el lago Chad está en peligro. Es verdad que si no hacemos nada al respecto, se convertirá en historia", dijo en 2004 el entonces presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo.

Pero es evidente que la situación no ha mejorado.

La Unesco informó que presentará en la ICLC para "preservar los oasis que quedan y evitar que se sequen" y para impulsar actividades económicas como la producción un alga llamada espirulina.

Los pobladores de la cuenca del Chad esperan que no sea muy tarde.

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