"¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que a fin de cuentas la mejor edad de la vida es estar vivo", Mafalda.

Este miércoles, un día después de que Mafalda cumpliera 56 años desde que apareció por primera vez en la revista Primera Plana, su creador, el dibujante argentino Joaquín Lavado "Quino", falleció a los 88 años.

Mafalda fue el personaje más querido de Quino, una figura que acabó conquistando múltiples rincones del mundo.

Pero, ¿conoces realmente a Mafalda? Sí, seguro que sabes de sobra que ella odia la sopa y ama a los Beatles y al Pájaro Loco.

No es lo único. BBC Mundo te presenta otros datos menos conocidos por los lectores de la niña más contestataria del humor gráfico latinoamericano.

1. Mafalda fue concebida para anunciar electrodomésticos

La misma niña que tanto reflexionó sobre el capitalismo, la economía y el orden mundial es fruto mismo de la sociedad de consumo.

Al poco de publicarse en 1963 el libro Mundo Quino, el primero de humor gráfico de este dibujante argentino, a Joaquín Lavado le piden diseñar a una familia de personajes para poder promocionar los electrodomésticos Mansfield de la firma Siam Di Tella en una tira de diario "todos con nombre que comiencen por M".

La niña recibe el nombre de Mafalda -por uno de los personajes de la novela Dar la cara, de David Viñas-, pero la campaña publicitaria nunca vio la luz y Quino guardó a su nena en el cajón.

Es finalmente unos meses después, cuando le piden a Quino publicar una tira en el semanario Primera Plana, que Mafalda se convierte en papel prensa y comienza su carrera a la fama.

2. Mafalda vivió en San Telmo

Poco se sabía del hogar de la familia de Mafalda, más allá de que ella vivía con su hermanito Guille y sus padres en el departamento E, en un edificio donde habitaba también su amigo Felipe.

Pero no todos fuera de Buenos Aires saben que ese edificio existió -y existe todavía- en el barrio porteño de San Telmo, en el número 371 de la calle Chile, muy cerca del hogar de Quino.

"Aquí vivió Mafalda", reza una placa en homenaje en el edificio.

Quino también se inspiró en la panaderia del padre de un amigo para dibujar el almacén de Don Manolo.

Hoy en la esquina de las calles Chile y Defensa una escultura de Mafalda a tamaño real aguarda sentada en un banco la llegada de los turistas y se ha convertido en una de las principales atracciones del barrio.

3. Un libro "para adultos"

- Te explicaré: los milibares son una medida de presión. Según esté la atmósfera, se dice que hay una presión de tantos mili.

- Perdón papá, yo te pregunté por los milibares; no por los militares, responde Mafalda.

La siempre crítica Mafalda no sentó demasiado bien a algunos sectores.

En España, la censura franquista obligó a los editores a colocar una franja en la portada del primer libro de Mafalda con la que se declaraba como una obra "Para adultos".

Mafalda también tuvo que enfrentarse a la censura en otros países, como Bolivia, Chile o Brasil.

"De entrada nomás la tuve", cuenta Quino sobre la censura y sus primeros trabajos como humorista gráfico.

"Me decían: 'Pibe, chistes contra la familia no, militares no, desnudos no. Yo nací con autocensura".

4. Felipe existió realmente, y vivía en Cuba

Al mejor amigo de Mafalda le encanta fantasear, jugar a ser El Llanero Solitario y retrasar todo lo posible los deberes de la escuela.

Pero quizás lo que más defina a Felipe son sus dientes de conejo y su cara alargada, con pelo despeinado.

Esas mismas facciones son las del periodista argentino Jorge Timossi, quien trabajó en la agencia cubana Prensa Latina y fue un buen amigo de Quino.

"Cuando estuve en Argelia me cayó el primer cuadernito de Mafalda", contó Timossi en una entrevista al diario Perú21 antes de morir en 2011.

"Yo lo vi y pensé, aquí hay algo familiar. Poco después, en Chile, me cayó una dirección suya y le mandé una tarjeta de presentación mía en la que le puse: Quino, confiesa, hijo de p' Y a vuelta de correo, me llegó un afiche con Felipito, que decía: "Justo a mí me toca ser como yo'".

5. Mafalda hasta en la sopa

Mafalda está en todas partes. Y no sólo porque sus libros hayan sido traducidos a 30 idiomas.

En el barrio de Colegiales, en Buenos Aires, hay una Plaza Mafalda. Y en el de San Telmo está la escultura de la niña en tamaño real, del artista Pablo Irrgang.

Pero también bajo tierra hay un homenaje a la tira. En la estación de Subterráneo de Perú, en la capital argentina, hay un mural de "El Mundo Según Mafalda".

Y en el metro de París, en la estación Argentine, Mafalda observa atenta desde un mural a figuras de la ciencia, la política o las artes de Argentina, como Jorge Luis Borges.


*Este artículo fue originalmente publicado en 2014 por el 50º cumpleaños de Mafalda y actualizado con motivo de la muerte de su creador, Joaquín Salvador Lavado "Quino".

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