Una sensual bailarina envuelta en una serpiente camina descalza y acerca su pie derecho hasta la boca de unos de los espectadores que disfrutan su show.

La mujer deja correr un chorro de cerveza desde su rodilla, que baja por toda su pierna y llega hasta la boca del hombre. Él, extasiado, la mira fijamente y bebe mientras le lame los dedos del pie.

La bailarina es la actriz Salma Hayek y el cliente es el cineasta Quentin Tarantino.

La escena es parte de la película "Del crepúsculo al amanecer", escrita de por el propio Tarantino, y es solo un ejemplo del protagonismo que tienen los pies en las películas que está involucrado.

En "Jackie Brown" es notable la escena en la que Melanie parece coquetear con sus pies cruzados, con anillos en sus dedos y junto a un vaso de whisky.

En "Kill Bill", "La novia" le habla a sus pies, y en "Bastardos sin gloria" vemos un sugestivo pie en primer plano con el que Hans Landa intenta resolver un misterio.

Eso sin contar las numerosas escenas en las que solo vemos los pies de los personajes o en las que las mujeres van en los carros con los pies en el aire.

En "Érase una vez en Hollywood", la más reciente película dirigida por Tarantino, el cineasta vuelve a demostrar su fascinación por los pies descalzos, como han señalado en los últimos días numerosas críticas de la película, estrenada en el Festival de Cannes.

En una entrevista den 2006, Tarantino dijo ser un "fan de los pies" y tener una "afición" por ellos.

Pero esa afición, en casos específicos, puede alcanzar niveles en los que se convierte en comportamiento que los expertos denominan podofilia.

¿Qué es el fetiche de pies y qué tan común es?

Objeto de placer

La palabra fetiche se usa coloquialmente para referirnos a un gusto particular relacionado con la sexualidad.

Igual que a mucha gente le gusta la comida exótica, a la hora del sexo también hay gustos peculiares.

Entre esos gustos, algunas investigaciones han mostrado que la atracción por los pies es la más común, particularmente entre los hombres, seguida de otras como usar ciertas prendas o ser atado.

Eso, según los expertos, hace parte de la vida sexual de cualquier persona, y no representa ningún problema.

Hay varias teorías sobre el origen de este fetichismo.

Una hipótesis freudiana lo relaciona con las experiencias vividas en la infancia.

Mientras, el neurólogo Vilayanur S. Ramachandran señala que puede deberse a que el pie y los genitales ocupan áreas contiguas en el cerebro y puede haber enlaces entre los dos.

Otras teorías apuntan a que la atracción por esta parte del cuerpo está relacionada con que habitualmente los pies, como los genitales, están cubiertos, o a la forma de los mismos.

Parafilia

Los especialistas consideran el fetiche por los pies como una parafilia, que consiste en sentir excitación sexual por cosas, situaciones o partes del cuerpo que usualmente no se relacionan con el sexo.

La podofilia hace que las personas, se exciten sexualmente al ver, oler, acariciar, besar, lamer o chupar los pies de su pareja.

Según el doctor Fernando Rosero, médico especialista en salud sexual, no hay que confundir el gusto por algo con un fetiche o parafilia.

A todos nos pueden gustar distintas cosas durante una relación sexual, pero, según explica Rosero a BBC Mundo, quienes tienen una parafilia "dependen de manera obsesiva y permanente de ese fetiche" para lograr placer o excitación.

Rosero explica que en general las parafilias son mucho más comunes en hombres que en mujeres, en una proporción de 4 a 1.

Una de las razones que podrían explicarlo son las diferencias hormonales entre ambos sexos, dice Rosero.

Tratamiento

Según Rosero, no se puede identificar una única causa por la cual una persona desarrolle podofilia.

Pueden ser desde experiencias pasadas que hayan marcado a la persona, hasta causas neurológicas que hacen que la persona comience a desarrollar ese gusto.

Para Rosero, lo importante es saber en qué momento una afición o un gusto particular se vuelve un problema.

Si la persona depende exclusivamente del fetiche para lograr placer, si le hace sentir remordimiento y si ese remordimiento lo llevan a volver a buscar el fetiche, pueden ser señales de que hay que buscar ayuda profesional, explica el médico.

"Lo importante es saber que hay tratamientos", dice Rosero, "que pueden ir desde terapias hasta medicamentos".

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