Su nombre es 'fidget spinner' y aunque no es un videojuego o una aplicación para el celular, tiene fascinados a muchos niños en países como Estados Unidos y Reino Unido.

Girar, girar y girar? Eso es de lo que trata este simple y pequeño juguete.

La versión más común de este sencillo dispositivo tiene tres puntas con un centro giratorio cada una, y a su vez rota a gran velocidad sobre un eje que se sostiene con la mano.

Sus diversos colores y figuras los hacen crear atractivos efectos visuales. Incluso los hay que brillan en la oscuridad.

Y como es de esperarse, poseer el fidget spinner más novedoso es motivo de popularidad en las escuelas y parques.

Pero este juguete ni si quiera es nuevo: fue inventado hace un par de décadas y su propósito era ayudar a niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con la ansiedad.

De hecho, las cajas de estos juguetes lo promocionan así, como un producto infantil contra el estrés.

En sitios como YouTube, los vlogueros acumulan millones de visitas a sus videos de trucos, y los sitios de ventas en línea ofrecen fidget spinners cada vez más novedosos y caros.

Mientras que la mayoría cuesta un par de dólares, algunos ya superan los US$1.000.

Entonces, ¿por qué este casi inofensivo juguete está causado problemas en muchas ciudades?

Amor y odio en las escuelas

Con sus efectos visuales y la habilidad que requieren para girarlos, los fidget spinners fueron pensados para relajar a los niños con problemas como autismo y TDAH.

Pero recientemente, el dispositivo recetado por especialistas pasó a ser el juguete más deseado de los niños que lo llevan a todos lados, incluso a las escuelas de muchas ciudades de EE.UU. y Reino Unido.

"De ser algo utilizado para que los niños dejen de estar inquietos, se ha convertido en un juguete de patio", dice a la BBC una profesora de Escocia, Danielle Timmons.

Pero para la consejera escolar Jennifer Horns, de Estados Unidos, se han vuelto un problema insoportable, como explicó a la cadena de radio pública NPR.

"Los estudiantes siempre están sosteniendo el spinner en la mano y lo giran, usualmente en las mesas, y los niños lo mueven en el aire. Lo tratan de girar sobre sus narices y codos y tratan de jugar con él en todos lados? Es bastante molesto", dijo Horns.

Las dos posturas son una muestra del debate creciente que está generando el uso de los fidget spinners, entre quienes lo ven como un juguete que ayuda a mejorar la concentración de los niños, y otros que lo rechazan por generar desorden.

En una escuela de Henderson, Nevada (EE.UU.), la semana pasada los padres de familia recibieron una carta en la que se les pedía no permitir que sus hijos fueran a clases con estos juguetes.

"Se han convertido en una gran distracción y molestia en los salones de clase", dice la carta que amenaza con confiscarlos y no devolverlos sino hasta el final del año escolar, según reportó la agencia EFE.

En algunos casos, como en esta escuela del oeste de EE.UU., la única forma de llevarlos a clase es acompañado de un justificante médico.

"Son súper populares y me parece divertido usarlos porque se pueden hacer trucos, pero ya no se pueden llevar a mi escuela. Sé de otras escuelas donde mis amigos dicen que las cosas se salen de control porque todos juegan al tiempo con ellos", dijo Jerónimo Guerra, estudiante de la escuela de Henderson.

Pueden ayudar, pero no a todos

De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades del país, el número de casos de déficit de atención creció un 43% entre 2003 y 2011, y hoy uno de cada 10 niños padece esa condición en EE.UU.

Muchos menores con estos problemas han usado los fidget spinners desde hace años, y para la doctora Amanda Gummer, una psicóloga infantil que habló con la BBC, el frenesí por estos dispositivos está ayudando a "quitarle el estigma" a un juguete para niños con necesidades adicionales.

Desde su salón de clase, la profesora Timmons dice que ha visto que facilitan el aprendizaje de algunos niños, siempre y cuando haya reglas: deben usarse por debajo de la mesa y fuera de la vista de los profesores y compañeros de clase.

"Si un niño va a inquietarse, va a inquietarse, no hay nada que pueda hacerse para detenerlos. Pero estos juguetes son una manera de permitirles inquietarse sin la interrupción del golpeteo de lápices o zapatos", considera.

"Es una forma mucho menos perjudicial para canalizar sus energías en otra cosa mientras que la enseñanza está pasando".

En ello está de acuerdo Gloria Chesbro, una profesora de sexto grado que habló con NPR.

"Estoy viendo a los niños que pueden concentrarse mejor en la discusión en clase, incluso escribir. Lo estoy viendo en casi todos los aspectos de sus actividades de clase, es algo que está ayudando a concentrarse", dice.

Sin embargo, para la psicóloga clínica Julie Schweitzer, del Instituto de Investigación MIND de la Universidad de California, los fidget spinners no ayudan a todos los niños.

Ella ha estudiado los TDAH durante 25 años y en un estudio publicado en 2015 en la revista especializada Child Neuropsychology recogía la medición de la cognición llevada a cabo en un grupo de niños de entre 10 y 17 años.

Comprobó que, en su estudio, los niños con TDAH se desempeñaron mejor en una prueba de atención computarizada cuando más intensamente usaban un fidget spinner.

En cambio, los niños sin esos problemas de atención no mejoraron su desempeño con estos juguetes.

"Nuestro modesto tamaño de muestra puede no haber sido suficiente para identificar diferencias estadísticas", dice Schweitzer, pero es uno de los estudios que están tratando de entender el efecto de los fidget spinners.

Lo cierto hasta ahora es que el fenómeno de los fidget spinners está creciendo cada vez más.

Richard Gottlieb, fundador de la consultora estadounidense Global Toy Experts, lo atribuye a una necesidad no solo de los niños, sino de adultos también de "inquietud manual".

"Es por eso que algunas personas fuman, otros aprietan una pelota de goma (?) Creo que la gente en general está muy estresada en este momento", dice.

"Por lo tanto, es un buen momento para estar vendiendo algo que permite a un individuo inquieto sacar algo de estrés", cree Gottlieb.

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