Un grupo de científicos del centro universitario Imperial College de Londres ha descubierto que un hueso que se pensaba había desaparecido durante la evolución, está regresando.

Se trata del fabela, un hueso sesamoideo que algunas personas tienen incrustado en el tendón de justo detrás de la rodilla, al igual que la rótula.

¿Su utilidad? Puede que ninguna.

El equipo médico que ha llevado a cabo la investigación creen que es completamente inútil y que es incluso mejor no tenerlo porque puede causar dolor y problemas óseos.

Las personas que tienen artritis parecen ser las que más posibilidades tienen de tenerlo, según aparece en el estudio del equipo de científicos publicado en la revista científica Journal of Anatomy.

¿Es muy común?

El doctor Michael Berthaume y su equipo, del departamento de bioingeniería del Imperial College, han revisado la literatura médica sobre rodillas de un periodo de más de 150 años en hasta 27 países.

Los informes de entre 1918 y 2018 mostraron que los casos de personas con el hueso fabela aumentaron significativamente, tanto, que ahora se cree que es tres veces más común que hace cien años.

El análisis de los científicos mostró que en 1918 los fabelas estaban presentes en el 11% de la población mundial, y en 2018 se detectaron en hasta el 39%.

Para llegar a estas estimaciones, los investigadores realizaron exploraciones médicas y revisaron multitud de revistas médicas que reportaban la existencia de este hueso de tipo sesamoideo.

¿Por qué algunas personas lo tienen y otras no?

Berthaume reconoció que nadie tiene realmente la respuesta a eso porque la persistencia de este hueso no se había investigado antes.

"El fabela puede comportarse como otros huesos sesamoideos para ayudar a reducir la fricción dentro de los tendones, redirigiendo las fuerzas musculares o, como en el caso de la rótula, aumentando la fuerza mecánica de ese músculo", dijo.

"O simplemente podría no tener una función en absoluto".

Pero, ¿necesitamos este hueso?

En los simios de hace miles de años, el fabela podía actuar como una rótula para dar mayor movilidad a la rodilla.

Pero cuando los ancestros de los grandes simios y los humanos evolucionaron se cree que desapareció, al igual que otras partes del cuerpo,.

Hoy en día parece que este hueso no reporta ningún beneficio a quien lo tiene, e incluso se estudia si podría ser ser el causante de problemas óseos.

Las personas con artritis en la rodilla tienen el doble de probabilidades de tener este pequeño hueso, pero no hay pruebas de que el fabela sea realmente el causante del problema.

Sí se sabe sin embargo que puede interferir a la hora de realizar una cirugía de reemplazo de rodilla y causar dolor y malestar por sí mismo.

Entonces, ¿por qué está resurgiendo?

La teoría es que la nutrición es la razón detrás de la vuelta de este hueso que tenían nuestros antepasados y que había ido desapareciendo.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que una nutrición de mayor calidad como la que disfrutamos ahora hace que el ser humano promedio sea más alto y tenga mayor peso, con espinillas más largas y con músculos más grandes en la pantorrilla.

Esto hace que la rodilla sufra de una mayor presión. Y es ahí donde el fabela podría tener una función.

Es conocido ya que los huesos sesamoideos, categoría a la que corresponde el fabela, crecen en respuesta a los movimientos que realizan y las fuerzas ejercidas sobre ellos. Esto podría explicar por qué el hueso es más común de lo que solía ser.

¿Y es importante?

Descubrir el resurgimiento de este pequeño hueso podría ayudar a los médicos a tratar a pacientes con problemas de rodilla así como a darles una idea de cómo ha sido la evolución humana durante el siglo pasado.

Pero la prioridad ahora, han dicho, es averiguar la edad, el género y la localización geográfica de las personas con mayor probabilidad de tener un hueso fabela, así como saber si aparece en una o las dos rodillas del paciente.

Publicidad