¿Qué tal si pudieras hacer el árbol genealógico de toda la vida en la Tierra?

Imagina que ese árbol se adentra tanto en el pasado que logras ver cómo todas las especies se van originando a partir de ancestros comunes.

Ese viaje en el pasado te llevaría hasta hace 3.900 millones de años, que es cuando surgieron las primeras formas de vida en este mundo.

Pero ¿y si retrocedes aún más?

Llegará un punto en el que te topes con el organismo original, el antepasado de todos los animales, plantas y bacterias que existen.

En ese momento estarás frente a LUCA, el tátaratataratataratatara abuelo de todos los seres vivos del planeta.

De hecho, los científicos le pusieron ese nombre por el significado de sus siglas en inglés, que en español se traducen como el Último Ancestro Común Universal. Es decir, el antepasado más reciente que todos compartimos.

LUCA es un personaje clave en la teoría de la evolución de Darwin, pero, ¿quién es LUCA y por qué es importante conocerlo?

Agua caliente...

Lo primero que hay que saber es que LUCA no se refiere a un ejemplar en específico, sino a un tipo de organismos unicelulares que comenzaron a dividirse y a partir de ahí evolucionaron durante miles de millones de años hasta dar origen a los seres vivos que vemos hoy.

Todos los seres vivos compartimos el mismo código genético, así que, de alguna manera, todos tenemos algo de LUCA.

Cuando la Tierra se formó hace unos 4.600 millones de años no había vida, pero mil millones de años después ya había organismos similares a las algas.

Hasta ahora no hay certeza de cómo se originaron esos organismos, pero LUCA fue el precursor de ellos.

Aunque nadie nunca ha visto a LUCA, se estima que por las características de la Tierra en esa etapa primitiva, vivían en estanques geotérmicos que podían superar los 90ºC.

Su hábitat podría ser similar al de las fuentes hidrotermales que hay en el fondo de los océanos, que son grietas desde las que fluye agua caliente desde el interior de la Tierra.

O no tan caliente...

Un estudio reciente, sin embargo, sostiene que el hogar de LUCA no sería el que hasta ahora pensamos, si no uno mucho más fresco.

Un grupo de científicos del Instituto Pasteur en Francia realizó análisis genéticos y evolutivos que los llevaron a concluir que posiblemente LUCA no vivía en aguas tan calientes.

Los investigadores analizaron secuencias de una proteína llamada girasa inversa, que está presente en los organismos capaces de soportar altas temperaturas.

"La mera presencia o ausencia (de esta proteína) nos permite deducir información acerca de la temperatura óptima para el crecimiento de organismos extintos hace mucho tiempo, incluso tan lejanos como LUCA", dice el informe de los expertos.

Los análisis de los expertos sugieren que esta proteína no estaba presente en LUCA, así que posiblemente no hubiera sido capaz de vivir en ambientes tan calientes como hasta ahora se creía.

Aún faltan muchas pistas para saber si algún día encontraremos rastros de LUCA, sin embargo, si esta investigación está en lo cierto, significa que durante décadas posiblemente lo hemos estado buscando en el lugar equivocado.

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