Llevamos más de dos décadas desde que se creó la World Wide Web (WWW) en 1993 intercambiando nuestros datos personales por los servicios gratuitos que ofrecen los gigantes tecnológicos.

Sin embargo, cada vez son más las startups que proponen soluciones para que podamos retomar el control sobre nuestros datos.

Pero ¿nos preocupa lo suficiente como para molestarnos por hacer algo al respecto?

Julian Ranger, fundador de Digi.me, dice que trabajar en una granja de pavos durante su adolescencia le hizo ser quien es hoy. También fue limpiador y trabajó como barman en un club nocturno.

Pero un título en ingeniería aeronáutica y su talento para la codificación le permitieron crecer profesionalmente construyendo aviones de combate Tornado F3 y desarrollando "la internet aeronáutica", un sistema para que este tipo de aeronaves puedan comunicarse de forma segura.

Esa iniciativa le llevó a crear una empresa que vendió junto a sus socios en 2005 por más de US$50 millones.

Más de una década después, Ranger se ha convertido en el defensor de la privacidad de datos y en el abogado del control ciudadano de la información que se comparte en internet. Fue a través de su aplicación, Digi.me, una plataforma en la que invirtió US$657.000 de sus ahorros personales.

"Este diálogo actual es sobre compartir menos datos, pero eso es preocupante. No podremos tener medicina personalizada si no compartimos más datos", le dice a la BBC.

Digi.me es una app que permite a la gente "crear una biblioteca privada, muy segura y organizada por búsquedas" de sus datos.

Servicios personalizados

Las empresas pagan por un certificado digital para ganar acceso a tus datos sin tu permiso, explica Ranger.

"Los datos nunca salen de tu dispositivo y nosotros no los vemos. Y las empresas acceden a esa información. Puede ser, por ejemplo, una compañía de seguros de vida que te asesora y ofrece primas más bajas porque conoce tu historial médico".

Cuantos más datos compartimos, más específicos y personalizados pueden convertirse los servicios, argumenta Ranger, quien ofrece a sus usuarios asesoramiento financiero, recomendaciones gastronómicas o recompensas por lealtad.

Digi.me nació hace seis años y desarrollarla costó cerca de US$24 millones. La plataforma tiene actualmente más de 100.000 usuarios y recientemente firmó un acuerdo con el Servicio Nacional de Salud británico para permitirle usar datos de salud dentro de la aplicación.

Los usuarios pueden decidir si quieren compartir o no esos datos.

El mayor desafío técnico fue asegurarse de que los datos, provenientes de varias fuentes internacionales, se podían poner en un formato común, dice el empresario.

"Estamos industrializando la recolección, almacenamiento y encriptación de todos tus datos en nuestro dispositivo. Estamos cambiando el mundo", asegura.

"Se trata de un bien social. Puede que yo fracase, pero esta idea no lo hará".


¿Cómo funciona Digi.me?

  • Es una plataforma gratuita que te permite tener "la única llave para tu biblioteca de datos".
  • Funciona como una especie de "nube de datos personal" con información encriptada.
  • Una vez que todos tus datos son almacenados en un solo lugar, puedes buscar en todas las publicaciones y contenido de las redes dentro de Digi.me y conectar la plataforma con más de 15.000 cuentas y contraseñas.
  • También puedes intercambiar esos datos con empresas para beneficios personalizados y servicios.
  • Digi.me organiza tus datos instantáneamente y te facilita su búsqueda.

El reciente anuncio de Facebook de que planea integrar Messenger, WhatsApp e Instagram en una sola plataforma es un ejemplo del poder que otorgamos a las redes sociales y de cómo los desarrolladores acceden a nuestros datos sin nuestro consentimiento explícito.

Un gran reto

"Facebook dice que tú eres el propietario de tus datos, pero eso equivale a decir que tu cuerpo es tuyo aunque seas un esclavo", le dice a la BBC Irene Ng, fundadora de Hub of All Things -una plataforma para almacenar datos personales- y profesora de marketing y sistemas de servicios en la Universidad de Warwick, en Reino Unido.

"Cada uno deberíamos tener el derecho legal a compartir nuestros datos con quien queramos y como queramos", señala.

Nicholas Oliver, director ejecutivo de People.io, asegura que "tratan de crear un conjunto democratizado de los datos que tienen de nosotros Microsoft, Amazon, Google y Apple".

Y de hecho, el creador de la web, Tim Berners-Lee, tiene un proyecto llamado Solid, en colaboración con la Universidad de Massachusetts en EE.UU., para dar a los usuarios "la libertad de elegir dónde quieren poner sus datos y quién accede a ellos".

Es una plataforma abierta que separa las aplicaciones de los datos que generan, permitiendo a los usuarios crear su propio "almacén de datos personales en línea".

Pero el gran reto de todos estos servicios para darles a los ciudadanos el control sobre sus propios datos es que los desarrolladores tengan fuertes incentivos para construir aplicaciones en sus plataformas y quieran participar.

"Es muy probable que mecanismos desarrollados por terceros le den a los individuos más control sobre sus datos", le dice a la BBC Roger Taylor, director del Centro para la Ética de Datos y la Innovación, una institución que pertenece al gobierno británico.

"Pero esos intermediarios necesitan asegurarse de que la gente confía en ellos, además de establecer un modelo de negocio sostenible".

Y ahí está el problema.

A pesar de los últimos escándalos (Cambridge Analytica en 2018), Facebook sigue creciendo y ya supera los 2.200 millones de usuarios activos. Instagram tiene más de 1.000 millones.

La gente tiene mala memoria o tal vez este asunto de la privacidad y la seguridad de nuestros datos no nos importa tanto.

Ranger espera que eso cambie.

Publicidad