La mente de Elon Musk no descansa. El empresario más inquieto de Silicon Valley acaba de embarcarse en un nuevo plan: una start-up para "conectarnos" a las computadoras.

El fundador de Tesla y SpaceX, creador de Hyperloop y presidente de SolarCity, le puso a su nueva empresa el nombre de Neuralink y con ella pretende llegar a crear seres humanos "superinteligentes".

En un informe publicado por el diario The Wall Street Journal se explica que la compañía está en su fase inicial y que fue registrada en California como una firma de "investigación médica".

Y Musk confirmó su implicación en el proyecto a través de Twitter, agregando que "será difícil dedicarle tiempo, pero el riesgo existencial es demasiado alto como para no hacerlo".

El objetivo es potenciar las capacidades cognitivas humanas a través de la inteligencia artificial para, según el propio Musk, convertirnos en una especie de "ciberborgs" (organismos cibernéticos).

Para ello, quiere usar un tipo de tecnología que se llama "lazo neuronal".

Pero, ¿en qué consiste y qué aplicaciones podría tener?

Una "capa" de inteligencia artificial

El pasado verano, coincidiendo con la fecha en que fue registrada la compañía (en julio), el inventor participó en la Code Conference (un evento organizado por el portal de noticias tecnológicas Recode) y, durante su ponencia, habló sobre el asunto.

Musk dijo que le preocupa que el desarrollo de la inteligencia artificial acabe dejando atrás a los seres humanos. Por eso quiere añadir una "capa" de inteligencia artificial a nuestra propia inteligencia.

"La inteligencia artificial nos dejará muy atrás. Podríamos convertirnos en mascotas de las máquinas", explicó el científico durante su intervención.

"Creo que la mejor solución es tener una capa de inteligencia artificial que pueda funcionar bien biológicamente dentro de nosotros", agregó.

En realidad, parte de esa tecnología ya existe.

En 2015, un grupo de científicos de Harvard desarrolló una malla de electrodos que se despliega sobre la corteza cerebral mediante una inyección para estimular diferentes partes del cerebro.

El proyecto de Musk, sin embargo, es más ambicioso.

Simbiosis

El sistema que propone será capaz de implantar unos pequeños electrodos en el cerebro que podrían, en un futuro, llegar a descargar nuestros pensamientos.

De esta manera, espera lograr una especie de simbiosis con las máquinas.

Por ejemplo, para escribir ya no necesitaremos colocar nuestros dedos sobre el teclado. Simplemente, bastará con pensar lo que queremos escribir para que aparezca en la pantalla.

A corto plazo, pretende crear implantes que puedan usarse para tratar enfermedades como la epilepsia o la depresión.

Pero su objetivo final es desarrollar una red neuronal que pueda implantarse en nuestro cerebro y que nos permita funcionar "mejor" gracias a la inteligencia artificial; una especie de médula electrónica.

"Con el tiempo, creo que veremos una convergencia entre la inteligencia biológica y la digital", dijo Musk en una conferencia en febrero en Dubái.

"Afectará sobre todo al ancho de banda, a la velocidad de conexión entre nuestro cerebro y a la versión digital de nosotros mismos y, especialmente, al rendimiento".

Leyendo sus palabras, resulta difícil saber si hablaba de máquinas o de humanos. ¿Será que ya lo probó él mismo?

Tal vez sea ése el secreto de su hiperactividad empresarial y de que su cerebro siempre parezca estar tan extraordinariamente activo.

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