Tom Davies se encontraba frente al Coliseo de Roma cuando brindó con cerveza para celebrar la venta que transformaría por completo su negocio de lentes.

Este diseñador de gafas británico había viajado a la capital italiana en 2004 a petición del jefe de una empresa de electrónica internacional que se encontraba de vacaciones en Europa.

El empresario había visto en una revista de moda un anuncio de los lentes de £5.000 (unos US$6.400) hechos a mano y a medida que diseñaba Tom, y quería verlos más de cerca.

"Lo que pasó fue que entré a su habitación de hotel y le mostré mi catálogo de colores (que mostraba los 34 colores disponibles para el armazón o montura)", dice Tom, quien entonces tenía 30 años.

"Y lo siguiente que dijo fue: 'Perfecto, quiero unas de cada color'. Ese fue un momento trascendental para mi negocio'".

Con los más de US$200.000 que recibió de ese pedido, Tom pudo usar los ingresos para expandir en gran medida el negocio que había empezado en Londres solo dos años antes.

Actualmente la compañía TD Tom Davies fabrica 50.000 gafas al año y cuenta con una gran cantidad de clientes famosos como el cantante Ed Sheeran, el chef Heston Blumenthal o la actriz de Hollywood Angelina Jolie.

No está nada mal para un exalumno de arte de la ciudad de Derby, en la región inglesa de las Tierras Medias Orientales, y que nunca tuvo intención de convertirse en diseñador de lentes.

El inicio de su oficio

Tras graduarse en la Universidad de East Anglia en 1996, Tom decidió viajar a Hong Kong, China, con un amigo.

"Fue una gran aventura", dice. "Solo contaba con £200 (US$258), pero pude conseguir un trabajo en un bar mientras vivía en el hostal más horrible que haya visto en mi vida".

"Después empecé a postular a todos los trabajos de diseño posibles, algo en lo que pudiera aplicar mis estudios de arte".

Una entrevista de trabajo a la que acudió Tom fue para un negocio de fabricación de relojes que planeaba expandir su sector a la elaboración de gafas y querían a alguien que las diseñara.

"Nunca fue mi plan diseñar lentes, pero el jefe de esa empresa se mostraba muy apasionado sobre ellos", dice Tom. "Me dijo que era algo que valía la pena hacer porque las gafas te definen, son lo primero que la gente nota sobre ti".

Así que al aceptar el trabajo le pidieron a Tom que produjera varios lentes. Solo había un problema: Tom no tenía idea de cómo hacerlo.

"Tuve que aprender rápido", dice. "Comencé comprando una revista Vogue y empecé a dibujar gafas en la modelo de la portada".

"Después empecé a preguntarle a los clientes en el bar en el que trabajaba qué tipo de lentes querían, y diseñé armazones para ellos. Me metí de lleno en eso".

Afortunadamente para Tom, aprendía rápido y las ventas pronto despegaron en la compañía haciendo gafas para diferentes marcas. Cuando se fue en el año 2000 para regresar a Reino Unido, Tom dice que ya se estaban vendiendo 20.000 monturas al mes.

Su despegue en Londres

Su plan al regresar a Reino Unido era establecer su propio negocio de gafas, pero la necesidad de tener un ingreso estable lo desvió un poco de su objetivo y terminó dirigiendo una empresa de diseño más diversa, donde realizaba desde empaques de productos hasta sitios web.

No fue hasta dos años más tarde, en 2002, cuando pudo dedicarse de lleno a los lentes y lanzar su marca TD Tom Davies. Decidió diseñar las gafas en Londres, pero sin los fondos para establecer una fábrica y capacitar artesanos (y artesanas) subcontrató la fabricación a una empresa en Japón.

Las ventas fueron aumentando gracias a recomendaciones de boca en boca y se dispararon tras aparecer en el suplemento de artículos de lujo How To Spend It (Cómo Gastarlo) del diario Financial Times.

En 2008 pudo establecer una fábrica en China y hace dos años abrió otra en Brentford, al oeste de Londres. La compañía está ahora en el proceso de trasladar toda la producción a Reino Unido para el año 2021. En la actualidad, dan trabajo a 100 personas en Reino Unido y 100 en China.

"Al ser una empresa británica siempre ha sido el objetivo hacer todo aquí", dice Tom. "Eso es importante".

Y la Organización de Manufactura de Reino Unido comparte y aprecia la idea al decir que es "grato" ver a Tom traer la producción a Reino Unido.

Las gafas personalizadas de Tom, cuyos precios pueden ascender actualmente hasta casi US$13.000, tardan tres semanas en diseñarse y fabricarse.

Sin embargo, la firma también vende ahora gafas más económicas, con precios que pueden rondar los US$770. Se estima que su facturación anual es de cerca de US$13 millones.

La experta en marcas Rebecca Battman dice que las gafas de Tom, al igual que otros artículos de moda a la medida, ayudan a las celebridades a crear una imagen única.

"Si estás en el ojo público lo que quieres es destacar, por lo que siempre buscas algo diferente y único", dice. " Además, también sabes que fueron hechos especialmente para ti".

Para el resto de nosotros, simples mortales, Tom dice que quisiera que la gente al menos invierta un poco más de tiempo a la hora de seleccionar sus gafas.

"La cantidad promedio que una persona pasa eligiendo su nuevo par de anteojos es de tan solo siete minutos", dice. "Para algo que los definirá durante los próximos dos o tres años".

"Eso es una locura. Las personas pasa más tiempo seleccionando un nuevo par de zapatos o de pantalones", afirma.

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