El fármaco pretomanid, tomado en combinación con otros dos medicamentos, es un tratamiento que resulta un 90% efectivo contra la cepa tuberculosa XDR-TB, considerada una virtual "pena de muerte" para quien la sufriera.

El tratamiento fue desarrollado y puesto a prueba por la TB Alliance, una organización sin ánimo de lucro creada para encontrar nuevas curas de bajo costo contra la tuberculosis. Desde 2002 ha estado trabajando en el nuevo fármaco bajo el programa Nix-TB.

Los expertos han tildado los resultados de revolucionarios.

Este miércoles, el tratamiento fue aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA). Las medidas de la FDA son generalmente adoptadas también por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en poco tiempo.

"La aprobación de la FDA de este tratamiento representa una victoria para la gente que sufre de estas formas altamente resistentes a medicamentos de la enfermedad infecciosa más mortal del mundo", declaró en el sitio de TB Alliance el doctor Mel Spigelman, presidente y director ejecutivo de la organización.

"Se espera que el nuevo régimen provea un tratamiento más corto, más fácilmente manejable y altamente eficaz para aquellos que lo necesitan", continuó el doctor Spiegelman.

Tratamiento más sencillo y corto

Los tratamientos tradicionales contra la tuberculosis implican cócteles de hasta 40 pastillas que pueden tomarse hasta por dos años, o inyecciones de antibióticos que producen efectos secundarios devastadores, incluyendo sordera, falla renal y alucinaciones.

En contraste, el nuevo tratamiento requiere apenas tres pastillas: pretomanid, bedaquilina y linezolid, que únicamente tienen que ser tomadas durante seis meses.

En las cruciales pruebas clínicas, Nix-TB aplicó el tratamiento a 109 pacientes en Sudáfrica con la muy resistente cepa tuberculosa. En alrededor de seis meses,el 90% de los participantes se curó.

Muchos de los pacientes con tuberculosis también estaban infectados con VIH. El tratamiento durante la prueba tuvo los mismos resultados positivos para ellos.

Además, ese tratamiento farmacológico parece evitar que los pacientes propaguen la mortal infección bacteriana después de unos pocos días de iniciado el tratamiento.

Un poco más del 10% de los pacientes experimentaron efectos secundarios, incluyendo náusea, vómito, anemia y una especie de daño nervioso llamado neuropatía periférica (pérdida de sensibilidad en las extremidades).

"Hasta muy recientemente, las personas infectadas con tuberculosis altamente resistente a medicamentos tenían pocas opciones de tratamiento", dijo la doctora Francesca Conradie, principal investigadora de la prueba Nix-TB.

Un hito

Hasta hace poco, algunos grupos de apoyo se opusieron a la aprobación de pretomanid, arguyendo que se necesitaban más pruebas.

Otros, sin embargo, recalcaron que la situación es tan drástica que era razonable tomar el riesgo de una aprobación prematura.

El doctor Gerald Friedland, uno de los descubridores de la cepa XDR-TB y profesor emérito de la Escuela de Medicina de Yale, dijo en declaraciones citadas por el New York Times que Nix-TB es "una prueba maravillosa" que podría revolucionar el tratamiento. "Si esto funciona tan bien como parece, debemos hacer esto inmediatamente".

En vista de esto, la FDA otorgó el estatus de "revisión prioritaria" para acelerar el proceso de aprobación del fármaco.

Pretomanid es tan solo el tercer fármaco contra la tuberculosis aprobado por la FDA en más de 40 años, además de ser el primero desarrollado por una organización sin ánimo de lucro.

Su aprobación representa un importante hito para demostrar que hay otras maneras para proveer nuevos medicamentos a pacientes sin tener que depender de la industria farmacéutica, señalaron los expertos.

La tuberculosis ha sobrepasado al sida como la causa de más muertes globales por enfermedad infecciosa, según la OMS.

Alrededor de 1,6 millones de personas mueren cada año en el mundo por esta enfermedad y el problema es más grave en los países pobres y en desarrollo.

Generalmente ataca los pulmones (aunque también puede afectar glándulas, huesos y el sistema nervioso) y se propaga cuando alguien con la infección estornuda, tose o escupe y otros inhalan las gotitas infectadas que flotan en el aire.

Las bacterias se incrustan en lo más profundo de los pulmones donde se amontonan y atrincheran en nódulos. Para descomponer esos nódulos y atacar las bacterias se requieren meses de, algunas veces, insoportables tratamientos con un sinnúmero de fármacos.

Décadas de tratamientos incompletos o inefectivos resultaron en cepas resistentes a los antibióticos conocidos, como la mortal XDR-TB.

Solo una pequeña fracción de los 10 millones de personas infectadas con tuberculosis tienen esa cepa, pero muy pocas de ellas sobreviven.

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