Es la hora del desayuno y Zack, de 28 años, va tarde a su trabajo en un banco en Inglaterra.

Se despide con un beso de su pareja, Kirsty, y de sus pequeños, una niña de 7 años y un bebé de cinco semanas. Mientras camina por la calle, la pequeña hace un corazón con sus manos desde la ventana. Es una mañana normal.

Un par de horas más tarde, Kirsty recibe un mensaje de Zack en el que le dice que no volverá.

Cada año, miles de personas se esfuman de sus vidas. Esta es la historia de cómo Kirsty intentó dar con el paradero de su pareja.

La mañana que desapareció, Zack llamó a su trabajo para decir que no iría. En su lugar, acudió a una estación de policía y les dijo que si alguien lo reportaba como desaparecido, él no quería ser encontrado.

Kirsty supo esto al rellenar un formulario de desaparición. Fue inmediatamente enviado a las estaciones de policía alrededor del país. Unos minutos después, le dijeron a Kirsty que Zack estaba bien, pero no quería que ella supiera dónde estaba.

"Mi hizo llorar porque fue tan frío", dijo Kirsty.

Ella estaba particularmente preocupada porque Zack había sido diagnosticado como bipolar.

"Sabía que no estaba bien", dijo Kirsty. Pero él parecía bajo control cuando la policía lo vio.

Cuando Zack salió de su casa, no se llevó nada con él, ni la medina que le habían prescrito.

En este momento, sus pensamientos oscilaban entre preocuparse por su salud y preguntarse si simplemente él los había abandonado.

La pareja llevaba cinco años junta. Se conocieron en la universidad, donde Kirsty recuerda a Zack como un estudiante brillante, que pasaba su tiempo libre escribiendo guiones.

La primera hija de Kirsty, de siete años, es de otra relación. Antes de que naciera su hijo, habían estado viviendo con sus padres, pero se habían mudado recientemente a un apartamento. Antes de desaparecer, Zack pasó solo dos noches en su nueva casa, en la que hay pilas de libros en el suelo, esperando ser colocados en las estanterías.

Pero a Kirsty lo único que le preocupa es encontrar a Zack.

Hizo pósters con su foto y contactó con doctores para comprobar si se había registrado en algún lugar. Ella deposita pequeñas cantidades de dinero en su cuenta de banco, acompañadas de pequeños mensajes.

Sobre todo, le preocupa la salud de Zack, quien lleva ahora 34 días desaparecido.

Una dirección

Kirsty no tiene idea de dónde está Zack, pero una llamada de rutina a la Agencia de Apoyo Infantil la deja preguntándose si está enfermo.

Para su sorpresa, le dicen que ellos tienen una dirección fiable de Zack.

Tras el golpe emocional al saber que su pareja probablemente estaba a salvo, llegó la frustración: alguien más parecía tener acceso a la dirección de Zack y a su nueva vida lejos de ella.

"No pensé que iba a salir corriendo. Me siento engañada. Me dejó con toda esta responsabilidad", dice Kirsty.

Después, descubre varias cuentas de email que Zack había creado usando sus nombres juntos. Fue capaz de entrar en una de las cuentas porque Zack usó una contraseña que ella conocía. Halla un email que incluía parte de un código postal. Lo rastrea y la lleva a un pueblo a las afueras de Nottingham, en el centro de Inglaterra.

Kirsty piensa que su pareja está rentando un apartamento barato allí y piensa en confrontarlo.

Zack ahora lleva desaparecido 41 días.

Kirsty discute su plan de ir a Nottingham con su hermano, quien intenta convencerla de lo contrario.

Seis meses antes, Kirsty descubrió que Zack no tenía dinero en su cuenta. Él admitió que había estado apostando en internet. El hermano de Kirsty piensa que quizá tiene algún problema de adicción, algo que a ella le cuesta creer.

¿Amnesia?

Kirsty maneja ocho horas hasta el pueblo, con su bebé en el asiento de atrás del coche.

Reservó una habitación en un hotel donde cree que Zack está viviendo. Hizo un folleto con fotos de ella y Zack, y de Zack con su hija que planea distribuir en la zona.

Admite que incluyó fotos de ella y sus hijos por si Zack está con otra mujer. Quiere que esa mujer sepa que ellos existen.

La siguiente mañana, hay un hombre esperando para verla en el lobby del hotel. Por un momento piensa que podría ser Zack. Pero es un extraño que le dice que él ha visto el folleto y solo quería hacérselo saber para que no albergara falsas esperanzas.

Kirsty vuelve a casa.

"Pensé que no tendría noticias durante un largo tiempo".

Zack lleva ya 45 días desaparecido.

De repente, Kirsty recibe un mensaje del Servicio de Salud británico, el NHS.

Una mujer que trabajaba allí dijo que había recibido una llamada de un hombre en otra ciudad inglesa, Bath, que dijo que solo podía recordar su nombre y edad. La mujer buscó esa información en internet y vio que Kirsty lo estaba buscando.

Parecía la primera pista concreta. Pero si se trataba de Zack, podría estar sufriendo amnesia.

Kirsty decidió acudir con esa información a la policía.

Tiene más información que confirma que Zack está en Bath. Después de publicar un mensaje en Facebook, dos peluqueros de la ciudad dijeron estar convencidos de que vieron a Zack en su salón.

Episodio de bipolaridad

Pero su encuentro con la policía no va bien y Kirsty piensa que no la creen.

Después, un sargento habla con ella en privado. Le dice que Zack se ha puesto en contacto con ellos. Le dijo a unos policías que no quiere que Kirsty sepa dónde está. No está listo para volver.

Kirsty está devastada. No entiende por qué Zack llamaría al NHS para decir que no recuerda nada y luego le diría a la policía que está bien.

Por su cabeza pasa la idea de que ella debe haber sido una mala novia. Era la primera relación seria de Zack y se pregunta si puso demasiada responsabilidad en él demasiado pronto. Cuando empezaron a salir, su primera hija era muy pequeña, así que no podían hacer las cosas que normalmente hacen las parejas al inicio de una relación, como salir los fines de semana.

Pero al mismo tiempo, recuerda el último episodio de bipolaridad de Zack, cuando le dijo que quería herirla porque era demasiado buena. Se pregunta si está tratando de herirla ahora.

La noche siguiente, Kirsty recibe una llamada.

Durante un par de segundos hay silencio, luego cuelgan. El teléfono suena de nuevo y es Zack. Kirsty por fin tiene algunas respuestas.

Las respuestas

Durante su conversación de hora y media Zack dice que está intentando recordar cosas. Sabe su nombre y edad, pero recuerda solo vagamente a Kirsty. Acuerdan que ella lo recogería el siguiente día.

Pero Kirsty no vuelve a saber de él. Llega la Navidad, sin Zack.

Kirsty revisa las cuentas de email de Zack y ve que él ha frecuentado páginas de apuestas en internet.

Hace pequeñas apuestas, de seis o siete dólares, pero hace muchas, a veces 20 por día. Después ve que Zack empezó a apostar más de US$ 600 por día.

Zack ahora lleva desparecido 69 días.

De la nada, Kirsty recibe una llamada de un doctor diciendo que Zack ha estado bajo su cuidado los últimos 10 días, después de que personal de caridad lo recogiera de las calles.

Kirsty sabe ahora que Zack ha estado en varias ciudades en Inglaterra, algunas veces trabajando y pagando un lugar donde quedarse, otras deambulando sin saber dónde ir. El doctor le dijo que no estaba bien, cambiando de personalidad y que realmente no podía recordar cosas.

Al final, logra un número al que llamarlo. Cuando hablan, él le pregunta muchas cosas sobre cómo se conocieron y cómo era su vida.

Zack le describe cómo ha estado deambulando siguiendo una voz interior en su cabeza que decía que lo podía llevar a casa. Pero cada vez que la seguía, resultaba más perdido.

Después, 76 días después de irse, Zack está listo para volver.

El regreso

Un mes más tarde, Kirsty ya está acostumbrándose a tener a Zack de regreso. Ella cree que la razón por la que se fue está relacionada con el trastorno de tener un nuevo bebé y la mudanza al mismo tiempo

Él recuerda fragmentos de su vida lejos de casa: ir a la estación de policía, estar en un autobús o en el bosque sin nada más que un abrigo para protegerse.

Describe su experiencia como una "ruptura". Fue como estar fuera de sí mismo.

Volver al tratamiento lo ha ayudado.

Pero la relación entre Kirsty y Zack permanece frágil. Ella dice que le preocupa que vuelva a irse, y si lo hace, esta vez no intentará encontrarlo. Le cuesta volver a confiar en él.

Una de las cosas más tristes es cómo algunos de sus familiares y amigos sospechan de él.

Kirsty no sabe si la relación funcionará.

"Podría volver a apostar, empezar a mentir... eso es algo que no puedo controlar, pero también es algo que no puedo tener cerca".

Los nombres en esta historia fueron cambiados.

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