"Profe, agrégueme a Facebook", le dijo un ex alumno a Jacqueline Bustamante hace algunos años. Y en ese minuto la profesora de Lenguaje y Comunicación sintió que le hablaban en chino.

Cuando llegó a su casa, en Santiago de Chile, le preguntó a su marido. Y juntos crearon su perfil.

Siete años después, Jacqueline se volvió famosa en redes por subir a su Facebook los trabajos que les había pedido a sus alumnas del Liceo Carmela Carvajal, uno de los establecimientos públicos más prestigiosos de Chile.

La tarea era representar a través de un meme algunos capítulos de Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez.

Y esta semana el experimento se volvió viral en redes, y Jacqueline empezó a recibir solicitudes de entrevista de todas partes de Latinoamérica.

Los Buendía versión web

La profesora le pidió que en una cartulina, guardando las proporciones de un afiche, utilizaran este medio gráfico característico de la era digital para captar la esencia de uno de los capítulos del ícono del realismo mágico.

"Les dije que no iba a evaluar la calidad del dibujo, lo que me interesaba era la originalidad", le cuenta Jacqueline a BBC Mundo.

"Cuando los estaban haciendo se morían de la risa".

"El libro es súper caótico y se presta mucho para realizar los memes. Al proponernos esta actividad nos motivaba, porque veíamos también el producto de nuestras compañeras y si no lo leías te quedabas colgada", le cuenta a BBC Mundo Paola Basoalto, alumna de 4º Medio H, del cual Jacqueline además está a cargo.

A la profesora se le ocurrió pegarlos en las paredes y sacarle algunas fotos que posteriormente subió a Facebook en abril.

[FOTOS] Profesora pide a sus alumnos hacer memes de Cien Años de Soledad... y este fue el resultado

Pero más de un mes después los trabajos seguían de lo más populares en la escuela y una alumna a la que Jacqueline ni siquiera le da clase decidió subir dos fotos al grupo de Facebook "Memes literarios".

En menos de un día tenían más de 6.000 "Me gusta" y 400 comentarios, cuenta la profesora todavía un poco incrédula.

Redes para bien

Cuando comenzó a utilizar Facebook, Jacqueline usaba su muro para poner datos ortográficos, mencionar el significado de algunas palabras o comentar literatura.

La docente trabaja 12 horas al día como profesora y es madre de tres hijos, pero sus contactos comenzaron a pedirle más y más consejos.

Y sus alumnas, a acostumbrarse a encontrar datos de las clases, cambios de pruebas o incluso repasos de materia a través del perfil de su profesora.

"Me di cuenta de que Facebook era una poderosa herramienta", dice.

Entre selfies, fotos de comida y otras "banalidades" según Jacqueline, se abrió un espacio para educar a sus alumnas a través de la red e incluso conocerlas mejor. Se dio cuenta de que el espacio era una puerta de entrada a su mundo.

"Yo no las psicopateo ni me meto en ninguno de sus perfiles, pero me ha servido para conocerlas y saber qué les pasa".

Y también para enseñarles a utilizar redes sociales de una manera constructiva. "Las niñas tienen que aprender que no todo en Redes Sociales es negativo", explica.

"La profe siempre nos dice que su objetivo es que nosotras leamos. Sus actividades son súper amigables, tanto con la lectura como con nosotras", cuenta Paola Basoalto.

Paola está en último año de colegio y quiere estudiar ingeniería, pero le cuenta a BBC Mundo que le fascinan los libros.

"Me gusta harto leer. Cuando uno lee libros para el colegio no los aprecia tanto, porque está pensando en la evaluación, pero esto es mucho más cercano. Nosotras pasamos todo el día en redes sociales".

Cortázar versión siglo XXI

El experimento con el clásico de García Márquez es quizá su trabajo más popular, pero es sólo uno de la colección de innovaciones que la profesora ha introducido en el colegio.

Con la era digital y todo al alcance de internet, Jacqueline se dio cuenta de que los jóvenes no se sentían atraídos a leer los clásicos. O por lo menos no de la manera tradicional.

"Muchos profesores han caído en eliminar los clásicos de las lecturas domiciliarias, pero yo pienso que los clásicos no se pueden eliminar. Lo que hay que hacer son actividades motivadoras, para que lo entiendan y el libro les quede por siempre".

Así, todos los años organiza una actividad audiovisual para El Quijote. Hace dos años hicieron una representación escénica con batucada y el año pasado las alumnas produjeron unos cómics.

Otro de los clásicos de la literatura hispanoamericana que las niñas recrean es Rayuela, de Julio Cortázar.

Jacqueline ha quedado sorprendida. Les pidió una fotonovela, pero muchas fueron un paso más allá, recreando televisores y otros "artefactos literarios" como los denominaron.

También con otros profesores del Departamento de Lenguaje, organizaron un "museo de cera" humano con los personajes de los libros que estaban leyendo en cada nivel.

Y cuando le llegó el turno a La Eneida -el clásico romano muchas veces denso o incomprensible para los "milenials"- les propusieron hacer juegos de salón que representaran la obra.

"Las niñas siempre hacen más de lo que uno les pide, están súper motivadas", cuenta Jaqueline.

La profesora, sin embargo, reconoce que ni la motivación de las niñas ni su creatividad servirían de nada sin un ingrediente trascendental para la ecuación: el apoyo de la dirección del establecimiento.

"Es importante que los directores entiendan que estas actividades no son 'en broma'. Los tres directores que he tenido en mi vida como jefes han entendido que la educación debe ser lúdica, entretenida, que la mejor forma de aprender es cuando lo pasan bien".

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