Son las 8:20 de la mañana de un miércoles y Chris está a punto de comerse una pasta de chocolate acompañada con un jugo de naranja y un café.

No tiene que llegar a la oficina hasta más tarde, pero utilizará su tiempo en esta cafetería de Londres para ponerse al día con sus correos electrónicos tranquilamente.

Hace lo mismo una vez al mes, explica.

Poco después, la australiana Briony entra a tomarse su dosis de cafeína de camino al trabajo. Cuando está en Londres, dice, tiende a desayunar fuera de casa solo los fines de semana.

Pero cuando vivía en Melbourne (Australia), lo hacía tres o cuatro veces a la semana.

Dice que allá hay una mayor cultura del desayuno, con lugares que abren desde las 6 de la mañana.

La misma tendencia está llegando a países como Reino Unido.

Según investigaciones del grupo de estudios de mercado NPD, los británicos cada vez más toman la primera comida del día fuera de casa. Gastan una media de US$3,90 por desayuno, un 31% más que hace ocho años.

Pero el auge del desayuno no es exclusivo de este país.

El gigante de comidas rápidas McDonald's concluyó 2015 con el mayor incremento en ingresos en cuatro años gracias a su decisión de servir desayuno todo el día en Estados Unidos.

En este mismo país, el desayuno fue la comida que más creció en las órdenes de los restaurantes en 2015, según un informe de NPD.

En ciudades latinoamericanas como Quito se ha detectado una tendencia similar.

"El desayuno se consume fuera de la casa con más frecuencia, sobre todo por parte de los ciudadanos que trabajan o acuden a la zona comercial de Quito", publicó el diario El Comercio en febrero de este año.

Tania Chicaza, directora de la Carrera de Gerencia y Liderazgo en Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador, investiga los cambios en los hábitos de consumo de los ecuatorianos.

Dice que el sector de población de clase media oficinista de Quito desayuna fuera de casa unas 2,5 veces por semana en promedio.

En 1995, este promedio era de solo una vez a la semana.

La investigadora relaciona la tendencia con la salida de la mujer al mercado laboral y la creciente externalización de las actividades domésticas.

Además, "cada vez más restaurantes o locales de comida ofrecen desayunos", le dijo Chicaza a BBC Mundo.

La consultora Euromonitor International hizo una encuesta sobre hábitos de consumo en 2012 en la que incluyó a varios países de América Central y del Sur.

El porcentaje de participantes que respondieron que tomaban desayuno fuera de casa al menos una vez al mes fue del 18,9% en México, del 5,9% en Colombia y del 4,8% en Brasil

Más elección

En lugares como Londres, muchos establecimientos ofrecen ahora una variedad mayor de productos, desde las tradicionales huevos o salchichas a cosas como la granola, el muesli o la crema de avena.

La tendencia no se debe solo a que la gente sale con prisa de casa y agarra algo de camino al trabajo.

La primera comida del día se ha convertido también en un evento social.

El Breakfast Club (Club del Desayuno) es un café moderno que empezó en Londres en 2005 y ahora tiene nueve restaurantes en la capital británica y Brighton, en el sur de Inglaterra.

Los fines de semana suele haber fila para conseguir mesa.

Jonathan Arana-Morton, fundador del Breakfast Club, admite que su éxito ha sido en parte gracias a la suerte: eligió el mercado adecuado en el momento preciso.

Inspirados por los buenos brunch que se habían tomado en ciudades como Nueva York y Boston, él y su cuñada se dieron cuenta de que esta parte del día había sido ignorada en Londres.

"Básicamente hay tres elementos para cualquier buen brunch: buen café, buen jugo y buena comida", opina Arana-Morton.

"Antes había que ir a tres sitios diferentes para conseguirlos".

Un capricho

Desayunar fuera de casa sigue siendo un capricho, dice Arana-Morton, y por eso la gente está dispuesta a esperar para entrar en su café.

Y también ha observado que cada vez hay más personas que mantienen su primera cita en un café: es mucho menos estresante que quedar por la noche, sin expectativas de que luego haya que ir a ningún otro lugar.

Emma Read, de la consultora Horizons, indica que el desayuno también es una opción más barata para socializar.

Las investigaciones de su empresa muestran que durante la recesión que impactó en los últimos años en Reino Unido, el número de personas que comía fuera de casa no se redujo, pero sí se contrajo el gasto.

Para la gente que tiene el hábito de comer fuera, hacerlo para el desayuno es una forma de gastar menos.

Pero el crecimiento en el mercado del desayuno no solo se centra solo en los cafés de moda y caros y en las cadenas de panaderías gourmet.

Cadenas de panaderías más asequibles, como la británica Greggs o el ya mencionado McDonald's, así como los hoteles, han mejorado también su oferta, dice Read.

"Los operadores han identificado qué quiere el consumidor y se lo están dando", sea esto una crema de avena o unos huevos benedictinos.

 

 

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