AFP

El planeta más grande jamás descubierto fuera del sistema solar gira alrededor de dos estrellas y a una distancia de sus astros que lo hace potencialmente habitable.

Este descubrimiento realizado gracias al telescopio orbital estadounidense Kepler se anunció el lunes en la conferencia de la American Astronomical Society, que se celebra esta semana en San Diego (California).

Este exoplaneta circumbinario gaseoso del tamaño de Júpiter, bautizado Kepler-1647b, también cuenta con la mayor órbita para este tipo de planeta, girando en torno a estas dos estrellas en 1.107 días o un poco más de tres años terrestres.

Se trata del undécimo exoplaneta circumbinario descubierto desde 2005. Estos planetas son a veces denominados "Tatooines" en referencia a la saga de Star Wars y el planeta desierto donde creció Luke Skywalker.

Kepler-1647b tiene 4.400 millones de años de edad y se encuentra en la constelación de Cygnus a 3.700 años luz (un año luz equivale a 9.460 billones de kilómetros) de la Tierra.

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Las dos estrellas son similares a nuestro sol, una de ellas ligeramente más grande y la otra un poco más pequeña, precisaron los astrónomos cuyo descubrimiento fue aceptado para ser publicado en la revista Astrophysical Journal.

Los científicos detectan los exoplanetas cuando pasan frente a sus estrellas, lo que que provoca una disminución pasajera de la luminosidad.

Esta técnica, llamada de tránsito astronómico, permite deducir la masa del planeta y la distancia a la que está de su estrella.

"Pero hallar exoplanetas circumbinarios es mucho más difícil", dijo William Welsh, astrónomo de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU) y uno de los coautores de este descubrimiento.

"El paso del planeta por delante de las dos estrellas no está regularmente espaciado y por ende su duración puede variar", dice.

Una vez que un exoplaneta candidato es descubierto, los astrónomos utilizan sofisticados programas informáticos para determinar si efectivamente se trata de un planeta, un proceso que puede ser largo y arduo.

El astrónomo Laurance Doyle del SETI Institute y otro de los coautores había observado el tránsito de este planeta por primera vez en 2011. Pero no había recolectado y analizado más datos desde hace varios años para confirmar que este tránsito astronómico era de hecho un exoplaneta circumbinario.

El planeta Kepler-1647b se distingue también porque está más alejado de sus dos estrellas que lo que lo están en general los exoplanetas circumbinarios conocidos.

Pero Kepler-1647b además se sitúa a una distancia que lo hace habitable, ni demasiado caliente ni demasiado frío, donde podría existir agua en estado líquido. Tratándose de un planeta gaseoso, es poco probable que se desarrolle vida, pero podría eclosionar en eventuales lunas orbitando elplaneta.

"Además de su habitabilidad potencial, el Kepler-1647b es importante porque podría señalar la existencia más frecuente de una población de grandes exoplanetas circumbinarios con órbitas alejadas de sus astros", sostiene William Welsh.

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