Un "gringo" que en plena Guerra Fría se autoproclama marxista, se vuelve cercano al primer presidente revolucionario democráticamente electo en un remoto país de Sudamérica y termina viviendo en la República Democrática Alemana (RDA) hasta que su cuerpo aparece flotando en un lago.

Un poco osado, un poco ingenuo, ese fue Dean Reed, el "Elvis rojo".

Elvis porque cantaba y se movía como el "rey" del rock & roll y rojo porque sus canciones se volvieron superéxitos en países del otro lado de la Cortina de Hierro, como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Alemania oriental, incluida la Latinoamérica revolucionaria de los '70s.

Y el jueves se estrena en Chile el documental "Gringo rojo", que muestra su faceta más política a través de la recopilación de material de archivo.

Elvis a caballo

Dean Reed nació en 1938 en el estado de Colorado, de donde Hollywood sacó su prototipo de llanero a caballo.

Y así precisamente, medio vaquero, medio Elvis, Reed fue adoptado por la disquera Capital Records, que quiso explotar su atractivo físico de ex campeón de atletismo escolar y volverlo una estrella del Rock & Roll.

Dean Reed nació en Colorado, en el corazón de los "cowboys".

No le fue demasiado bien en Estados Unidos. Donde sí tuvo éxito fue en América Latina. Our summer romance ("Nuestro romance veraniego" o "Un romance de verano") se volvió rápidamente un ritmo infaltable de las fiestas de la década de 1960.

"De la misma época que Paul Anka, Chubby Checker, Neil Sedaka y toda esa manga de afectados señoritos que hoy hacen el show-rock de la tercera edad, el gringo Dean Reed era un baladista famoso conquistando muñecas adolescentes con su repertorio emotivo que enlazaba a las parejas de fines de los cincuenta", escribió el autor chileno Pedro Lemebel en 2006.

"Aquella generación de lirios y margaritas, pololos de media tarde, palomos de motoneta, adictos al chicle, la Coca Cola y el Yo-Yó. Empaquetados rebeldes, coléricos de esquina, que soñaban cambiar el mundo con el tocadiscos en el corazón", continúa Lemebel, reconocido como uno de los símbolos rebeldes de la generación de los 80 chilena.

Fue así como en 1962 Read viajó a un desconocido país que ese año estaba de moda por ser sede del Mundial de Fútbol: Chile.

Del Rock & Roll a la revolución

En esa gira por Chile y luego en 1964 y 1965 en Argentina, Reed conoce a los ídolos locales de la denominada "Nueva ola" y viaja con ellos en giras que terminan por catapultarlo al estatus de estrella pop.

En Argentina además hace recurrentes apariciones en la televisión, en programas como "Sábados continuados" y "Los años jóvenes".

"A fines de los '60 comienza a politizarse y lo empiezan a invitar a países como la URSS, Alemania oriental, Bulgaria, Rumania… En Latinoamérica se empieza a pasear por zonas conflictivas y a apoyar a los revolucionarios. Deja la nueva ola y se acerca a los intelectuales de izquierda", le cuenta a BBC Mundo Miguel Ángel Vidaurre, director de "Gringo rojo".

También viajó a Cuba, Nicaragua y El Salvador.

Reed se instaló frente a la embajada de EE.UU. en Santiago de Chile a lavar su propia bandera manchada por "sangre y lágrimas" de miles, según el cantante.

Y a Chile viajó nuevamente en 1970, justo antes de la ajustada elección que ganaría Salvador Allende. Y como un acto de apoyo a la campaña de Allende, Reed se planta frente a la embajada de EE.UU. a lavar su propia bandera.

"Hoy día en Santiago de Chile simbólicamente lavo la bandera de mi patria. Esta bandera norteamericana está sucia con la sangre y lágrimas de millones de gente (SIC), la mayor parte de Sudamérica, África y Asia", explicó el propio Reed en su momento.

Pasó a la historia del país como el "gringo rojo". Y fue en un taxi, con Our summer romance de fondo, que Miguel Ángel Vidaurre tuvo la idea del documental.

"Le pregunté al taxista quién cantaba esa canción. No se acordaba del nombre, pero me dijo que era ese 'gringo rojo' que quemó la bandera de EE.UU. frente a la embajada de EE.UU.", cuenta el cineasta chileno.

Se refiere al mito urbano que hay en su país sobre esta especie de superestrella que quemó su propia bandera en plena Guerra Fría.

Documental

Finalmente la historia no resultó ser tan así, pero definitivamente "este personaje medio anómalo, de gringo medio vaquero, con la bandera de EE.UU. apoyando a Allende" cautivó al director.

"Tenía dos componentes: el tema político que cruza y el tema pop que se instala", le dice Vidaurre a BBC Mundo.

Incluso Tom Hanks quiso hacer una película con su historia.

Así, hace cuatro años, surgió la idea de un documental. Pero uno que lo dejara hablar a él, a través de sus canciones y de su discurso político.

"No quería que fuera una biografía lineal clásica. Esos documentales tienden a perderse. Por eso era tan importante para mí forzar el tema del archivo: distintas voces, distintas fuentes", asegura Vidaurre.

Parte importante del material recopilado en 67 minutos de película fue tomado de la televisión de la RDA y de la entonces URSS, donde Reed se convirtió en una figura casi panfletaria de propaganda.

De Jara a Pinochet

Reed admiraba a Víctor Jara y decidió realizar una película "El Cantor", sobre la vida del cantante chileno. Él mismo la dirigió y protagonizó.

Dos meses después del episodio de la bandera, en Chile ganó Allende. Y Reed, con su mejor smoking, lo felicitó en La Moneda, el palacio de gobierno chileno.

Siguió en Chile varios meses, condujo un documental encargado por el Partido Comunista para retratar la realidad de los trabajadores y luego partió de viaje nuevamente, anunciando eso sí su intención de que la próxima vez que volviera sería para radicarse.

Pero un golpe de Estado organizado por las Fuerzas Armadas de Augusto Pinochet cortaba de raíz el sueño de la Unidad Popular y de la revolución socialista en democracia. Y obligó a Reed a cambiar de planes, radicándose en Berlín oriental.

No cortó del todo sus vínculos con Chile. Fue uno de los principales representantes del movimiento de Solidaridad en contra del gobierno de Pinochet en Europa. Y en 1977 dirigió y protagonizó "El cantor", una película filmada en Bulgaria con fondos de la RDA sobre la vida de Víctor Jara, el popular artista chileno detenido y asesinado por los militares de Pinochet en 1973.

La película se estrenó en el Festival de Cine de La Habana en 1978, pero al contrario de su intención original, la película, llena de búlgaros rubios haciendo de chilenos, gritando consignas en alemán y con un protagonista estilo Elvis, provocó la ira de varios cercanos a Jara.

"La película era terrible. Era Dean Reed haciendo la revolución solo (…) Él usufructó de una historia muy trágica para lucirse. Me dio furia", le dijo Joan Turner, la viuda de Víctor Jara, a la revista The Clinic.

En 1983 y en pleno apogeo del gobierno de facto del general Augusto Pinochet, Reed ingresó nuevamente a Chile a cantar en dos lugares icónicos de la abolida Unidad Popular: el Pedagógico y el mineral El Teniente.

Comenzó con sus populares canciones de rock & roll, pero luego siguió con "Venceremos", el himno de la coalición liderada por Allende. Terminó siendo expulsado del país.

Muerte sin aclarar

En junio de 1986 Reed se encontraba a punto de comenzar las filmaciones de una nueva película.

Pero la noche del 12 de junio desapareció. Cuatro días después su cuerpo fue encontrado flotando en el lago Zeuthner See, al sur de Berlín. Su muerte fue clasificada como "accidental" y el caso cerrado.

Muchos, como su amigo Dixie Schnebley y el cineasta Will Roberts —quien realizó el documental American Rebel, basado en la historia de Reed en 1985— dudaron de la versión del suicidio.

Sobre su muerte hoy todavía quedan dudas. No así sobre el interés por su historia.

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