Cada 9 de febrero, el mundo celebra el Día Mundial de la Pizza, un homenaje global a uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía internacional. Pero la pizza no es solo un alimento: es una tradición que une culturas, generaciones y fronteras. Desde sus orígenes en Nápoles hasta su expansión mundial, la pizza ha sabido adaptarse sin perder su esencia, consolidándose como un verdadero ícono culinario.

En 2017, la pizza napolitana alcanzó un logro histórico cuando la UNESCO la incluyó en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento oficial no solo destacó la receta tradicional, sino también la maestría de los pizzaioli napolitanos, definidos como "la persona que interviene en la elaboración de pizzas" quienes han perfeccionado este arte a lo largo de generaciones. 

El arte de quienes hacen pizza  

La pizza napolitana es mucho más que una simple comida; es una obra de arte que involucra un proceso meticuloso y especializado. Desde la preparación de la masa hasta el horneado en un horno de leña, cada paso requiere destreza y precisión. Lo que distingue a los pizzaioli es su habilidad para manipular la masa con movimientos precisos, girándola en el aire para lograr una textura ligera y aireada.

Este arte se ha transmitido de maestro a aprendiz en talleres durante siglos, manteniendo viva una tradición que ha perdurado en Nápoles, donde más de 3.000 pizzaioli preservan este legado. La Asociación de Pizzeros Napolitanos también juega un papel fundamental, organizando cursos y actividades para garantizar que la pizza siga siendo elaborada con los estándares originales que la han convertido en un símbolo de la ciudad.

La pizza napolitana y su influencia global

A pesar de las múltiples adaptaciones, la pizza napolitana sigue siendo el referente absoluto, y su proceso de elaboración continúa respetando los estrictos lineamientos tradicionales: una base fina y elástica, bordes altos con burbujas de aire y un horneado rápido en horno de leña.

Para preservar la autenticidad de la pizza, se creó la Associazione Verace Pizza Napoletana para certificar aquellas pizzerías que siguen la receta original. Así, el legado de la pizza napolitana sigue vivo, no solo como un plato delicioso, sino como una tradición cultural que continúa uniendo a personas de todo el mundo.

 

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