Joel Sartore cree que si las personas miraran a los ojos a los animales que están en peligro de extinción, harían más para evitar que desaparezcan. Por eso se ha planteado retratar a unas 12.000 criaturas en zoológicos de todo el mundo.

Sartore ha sido fotógrafo de la revista National Geographic por unos 15 años y solía viajar a menudo hasta que su esposa fue diagnosticada con cáncer de mama.

Según dijo a la BBC, quedarse en casa para cuidar de su esposa y atender a sus tres hijos le permitió pensar con más calma el tipo de imágenes que quería crear en lo adelante.

Un día fotografió a una rata topo desnuda (o rata topo lampiña) sobre un fondo blanco.

En ese momento Sartore pensó que, retratando a los animales en un ambiente "donde no hay ninguna distracción, donde todos se ven del mismo tamaño, sobre un fondo blanco o negro, y donde todo el mundo luce tan grande y extraordinario como un elefante", tal vez se puede lograr que la gente haga contacto visual directo con ellos y llamar su atención sobre muchas especies en peligro.

Sartore ha retratado a los últimos sobrevivientes de varias especies.

Por ejemplo, una hembra de la especie rinoceronte blanco del norte que vivía en la República Checa murió una semana después de que él la fotografiara en julio de 2015.

"Tomamos un bonito retrato de ella. Recuerdo que se recostó y se quedó dormida después de la sesión de fotos. Durmió mucho hacia el final de su vida", relata Sartore.

"Ahora que ella no está, solo quedan tres individuos vivos de esa especie. Todos están bajo la protección de guardias armados en Kenya, pero son demasiado ancianos como para engendrar nuevas crías".

Otro recuerdo muy especial es el de Toughie: la última rana arbórea de patas rayadas de Rabb, que murió hace 7 semanas.

Su apodo deriva de la palabra "though", que en inglés significa "duro", "resistente", "fuerte" o "tenaz", entre otras acepciones. "Había superado todas las expectativas de vida", explica Sartore.

Cuando lo trajeron al Jardín Botánico de Atlanta, nadie sabía su edad, pero vivió allí por unos diez años y "eso es mucho tiempo para una rana".

"Intento de hablar de él siempre que puedo, sobre todo cuando me invitan a participar en presentaciones públicas", dice.

"En lugar de entristecerme, trato de usar su historia para inspirar a otros, para despertar su interés y lograr que se preocupen".

Su idea no nació como un proyecto global. Sartore simplemente iba a los zoológicos que quedaban cerca de su casa.

Más tarde, "según mi esposa empezó a sentirse mejor en la fase final del tratamiento (ella está bien ahora, han pasado 11 años), el proyecto empezó a crecer", recuerda.

Eventualmente, su idea se convirtió en un proyecto llamado National Geographic Photo Ark (natgeophotoark.org), un esfuerzo a largo plazo para crear retratos íntimos de cada especie animal que se encuentra bajo el cuidado de seres humanos.

El proyecto también busca fondos para impulsar acciones de conservación en el terreno, enfocados en las especies más amenazadas.

Sartore lleva su estudio al lugar donde se encuentran los animales.

Para los animales pequeños tiene dos tiendas de diferente tamaño. En el caso de los animales más grandes y los depredadores debe trabajar con los zoológicos con meses de antelación.

Usualmente se pintan las paredes y el suelo de un solo color, blanco o negro, en un área fuera de exhibición, a la cual se conducen los animales para alimentarlos.

"El animal piensa que está yendo allí para almorzar. Y es así, pero también le será tomada su fotografía".

"La mayoría de la gente sabe que en La Tierra hay rinocerontes, osos polares, tigres y elefantes. Sin embargo, no piensan en animales más pequeños como los sapos y los murciélagos, ni siquiera piensan mucho en las aves", expresa Sartore.

"El objetivo de este proyecto es celebrar a todas las especies, sean grandes o pequeñas. Y hacerle ver a la gente que, del mismo modo que estos animales desaparecen, podemos desaparecer nosotros".

"Necesitamos insectos polinizadores que garanticen las reproducción de las frutas y vegetales que consumimos".

"No podemos desechar la vida, necesitamos a los animales a nuestro alrededor para tener un planeta saludable", apunta.

Sartore confiesa que a veces siente mucha rabia cuando piensa en la desaparición de especies. Sin embargo, tiene esperanzas porque entre el 75% y el 80% de las especies que ha fotografiado pueden salvarse de la extinción.

"Pero primero las personas necesitan saber que esas especies existen. Luego, tienen que enamorarse de ellas para tener deseos de aprender cómo salvarlas".

Publicidad