La nueva definición mundial del kilogramo, que ya no depende de ningún objeto físico, entró en vigor este lunes, lo que supone el adiós oficial a la "Gran K".

Este nuevo sistema de medidas fue decidido en noviembre en Versalles, cerca de París, por la Conferencia general de pesos y medidas (CGPM), un organismo creado a finales del siglo XIX y que se reúne cada cuatro o seis años.

Los representantes de 60 países tomaron entonces "una decisión histórica" a favor de una nueva definición del Sistema internacional de unidades (SI), lo que comporta modificar la definición mundial del kilogramo así como del amperio, el kelvin y el mol.

El kilogramo se derivará desde este lunes a partir de la constante de Planck (h), una constante fundamental de la física cuántica.

Cómo afectará a la vida cotidiana

Este cambio no afectará la vida cotidiana porque la variación del peso del kilogramo va a ser de 0,00000001 y en las demás mediciones será similar. 

El gerente de Metrología y Calidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Argentina, Héctor Laiz, explicó a La Nación que "en la vida cotidiana, cuando compremos por ejemplo un kilo de pan, no nos impactará porque esas mediciones tienen un error del 1% porque el cambio está en el microgramo".

Y agregó: "El cambio es imperceptible cuando se trata del uso cotidiano de la medida de kilo, pero sí afectará las mediciones de la ciencia y en la tecnología". 

Por otro lado, señaló que "el mayor cambio probablemente lo sentirán los fabricantes de instrumentos científicos, que deberán adaptar sus productos a las nuevas mediciones, también será clave para alcanzar mejores predicciones sobre el cambio climático, porque se podrán realizar mediciones más precisas para monitorear pequeñas variaciones en la temperatura". 

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