Se cumplen 80 años desde la fundación Alcohólicos Anónimos y, desde entonces, se han creado miles de grupos que copian su método para tratar distintas formas de adicción. Chris Stokel-Walker explora cuál es el secreto del éxito del "sólo por hoy".

"Mi nombre es Pedro y soy un alcohólico".

Es una frase que suena familiar incluso para aquellos que nunca han asistido a una reunión de Alcohólicos Anónimos (AA).

Pedro se presenta así ante los otros 40 concurrentes a la reunión, que tiene lugar una mañana de domingo en una pequeña sala cerca de la principal calle comercial de Newcastle, en el norte de Inglaterra.

La respuesta es una bienvenida al unísono, cálida y entusiasta: "Hola, Pedro".

Quienes están aquí tienen algo en común: su dependencia del alcohol. Aunque vienen de diferentes sectores de la sociedad y tienen distintas ocupaciones e historias de vida.

El formato de la reunión es simple: una presentación, una lectura, el testimonio de un miembro, luego una discusión abierta en la que cualquiera de los presentes puede compartir sus preocupaciones, sus logros o sus pensamientos.

Pedro empezó a tomar a los 11 años. "Para cuando tuve la edad en que se puede empezar a beber legalmente, yo ya era un visitante habitual de los centros de tratamiento de alcoholismo, iba una y otra vez al médico, una y otra vez me llevaban arrestado a la estación de policía".

Ahora, Pedro lleva 34 años sin probar el alcohol y atribuye su sobriedad sostenida a su participación en AA.

Los 12 pasos

Todos los miembros mencionan el "proceso de transitar por los 12 pasos" como uno de los pilares del programa de AA.

El primero de esos pasos, publicado cuatro años después de la fundación de la entidad, dice: "Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables".

El programa de recuperación de los 12 pasos de Narcóticos Anónimos es el mismo que el de AA.

Los 12 pasos son, en pocas palabras, un plan de recuperación para lograr superar la adicción.

Ese plan incluye la sumisión ante un poder espiritual superior, el reconocimiento del alcoholismo como un problema que no tiene final, la reparación de los daños causados a las personas afectadas por la adicción y un despertar espiritual a través de la oración o la meditación. (Vea la descripción detallada de cada uno de los pasos al final de este artículo).

Fundado por Bill Wilson y Bob Smith en Akron, en el estado de Ohio, AA se desprendió de una organización cristiana estadounidense, llamada The Grupo Oxford.

El grupo celebra este año el 80º aniversario del momento en que Wilson ayudó a Smith a salir del alcoholismo: el 10 de junio de 1935 fue la fecha de su último trago.

Ese elemento social de AA, la importancia del "sponsor" o padrino del adicto, es tan conocido como sus 12 pasos.

A la fecha, hay 115.326 grupos afiliados a AA en 175 países, según las más recientes estimaciones de la entidad.

Sólo en Estados Unidos hay 60.143.

De acuerdo a un estudio de 1998, 90% de los centros de tratamiento de adicciones privados se basa en el modelo estadounidense de los 12 pasos.

A cada adicción, su grupo

Y los principios han sentado las bases para otros grupos que no tienen vínculos directos con AA.

Entre ellos, Narcóticos Anónimos, el más específico Marihuana Anónimos, Jugadores Anónimos, incluso grupos para adictos al trabajo o el sexo.

Además de los más conocidos para tratar la adicción a la comida, hay otros para quienes sufren el trastorno de acumulación o para quienes tienen una inhabilidad patológica "para cubrir sus propias necesidades materiales". Y para los parientes preocupados por quienes sufren adicciones de toda clase, bajo el rótulo Familias Anónimas.

Una reunión de AA en la serie de Netflix, House of Cards.

En algunos pueblos pequeños donde no hay grupos dedicados a un trastorno específico se alienta a los pacientes a que concurran a otra reunión de adictos, así sea de otra clase: que los adictos al juego busquen apoyo en una sesión de alcohólicos, por ejemplo.

"Si uno mira el programa de los 12 pasos, la única diferencia realmente se da en la primera parte del primer paso. El resto del programa es un proyecto para la vida", dice Pedro.

"Los 12 pasos (de AA) son muy aplicables a cualquier otra adicción", confirma Amy Krentzman, de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Minnesota, que ha hecho investigación sobre AA y otros programas basados.

"Modifican el lenguaje, pero la lógica es la misma… y tienen el respaldo de otra gente que ya ha transitado esos 12 pasos y ha alcanzado el éxito, lo cual es alentador".

La mayoría de los grupos ofrecen sesiones por Skype, donde la disponibilidad es de 24 horas. "Ahí hay compañeros siempre dispuestos a escuchar y uno dice lo de siempre, 'Mi nombre es tal y soy adicto a tal cosa'", apunta el coordinador.

La teoría del ayudante

Parte del éxito de estas instituciones se apoya también en la llamada teoría del ayudante, acuñada en los años 60.

Según Krentzman, contar con una persona destinada a asistir al adicto de manera directa suele ser beneficioso para ambos: da al padrino una sensación de bienestar, que ayuda en su propio proceso dado que muchos de ellos son también adictos en recuperación.

Muchas películas y series de TV, de "The Sopranos" a "Mad Men", "House of Cards" o "The West Wing", retratan la relación entre el adicto y su sponsor. Muchas veces, los primeros reciben apoyo emocional y espiritual, además de la guía práctica, de parte de sus padrinos.

El otro principio es que AA considera el tratamiento como un proceso continuo, que nunca termina. Y que se aborda de un día a la vez: la meta es ir pasando las tentaciones de a 24 horas, ponerse por meta el día siguiente.

AA considera el tratamiento como un proceso continuo, que nunca termina.

Esto lo diferencia de otros abordajes a la adicción que ofrecen programas cortos y luego dejan al adicto hacer frente a su vida cotidiana sin mayor acompañamiento.

Marihuana Anónimos tiene "exactamente el mismo formato", dice Thomas, un miembro del grupo. "Tiene los 12 pasos y varias historias que demuestran la aplicación práctica de esos pasos, de gente que ha pasado por la experiencia y se ha mantenido sobrio desde entonces".

No es para todos

Pero estos grupos que siguen la propuesta de AA no cuentan con el apoyo de la organización central, que se maneja a través de Alcoholics Anonymous World Services (AAWS), dueña de los derechos de autor.

AAWS sí otorga permiso para el uso de los 12 pasos.

Y los principios tienen sus detractores, claro está. Muchos critican el elemento cuasi religioso, otros el énfasis en la abstinencia absoluta más que la opción de un consumo moderado y controlado.

Un filme, titulado "The 13th Step", denunció supuestos casos de abuso sexual cometidos por integrantes de AA que tuvieron por víctimas a adictos asistentes a las reuniones.

Pero tal vez la mayor crítica proviene de quienes quieren evidencia concreta de que este programa ampliamente aceptado alcanza resultados reales.

"La evidencia muestra que funciona muy bien para algunas personas", dice Krentzman.

Una revisión de todos los estudios científicos que se han hecho sobre la tasa de éxito de AA, publicada en 2006, encontró que "ningún estudio experimental demostró de manera unívoca la eficacia de AA".

Lance Dodes, un especialista en abuso de sustancias, escribió en un libro sobre los 12 pasos: "Alcohólicos Anónimos fue proclamado el tratamiento correcto contra el alcoholismo hace 75 años, pese a la falta de evidencia científica sobre la eficacia de su método y desde entonces hemos seguido sosteniéndolo como válido".

¿Toda adicción es enfermedad?

Otro foco contencioso es que el traslado del programa de 12 pasos a otras áreas da legitimidad social a la idea de que una amplia gama de compulsiones representan enfermedades.

El programa de AA se ha usado desde hace 80 años, pero no hay evidencia científica de su efectividad.

Los científicos continúan divididos sobre si la adicción a la comida realmente existe. Discuten si la adicción al sexo es real o no – de hecho, no aparece mencionada en la lista de desórdenes y trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

Pero, para muchos, el programa es efectivo. "Funciona por un proceso psicológico, uno espiritual y uno social", detalla Krentzman. "Por la manera en que da un sentido de comunidad a la gente, por el hecho de saber que otros sufren lo mismo que tú".

Esto es algo en lo que coincide Jennifer, que asiste a Overeaters Anonymous, para el tratamiento del sobrepeso.

Se unió al grupo en 2008, cuando tenía 37 años y pesaba casi 114 kilos. Hoy, con varios kilos menos, atribuye parte del éxito a su relación sostenida con otros compañeros del grupo.

"Las veces que he ido a terapia siempre tenía la sensación de que me daban consejos para probar pero no tenían experiencia de primera mano. Hay algo auténtico en esto de tener a un adicto ayudando a otro adicto".

"Es un programa muy simple para gente con complicaciones. Que resiste críticas de adentro y de afuera (de la organización), lo que no se puede decir de muchas otras filosofías de rehabilitación de adicciones", agrega Thomas.

No hay consenso sobre si la adicción a la comida es una enfermedad.

En la reunión de domingo en Newcastle, los 40 asistentes se sientan, escuchan y cuentan historias de adicción. Hay apretones de mano y conversaciones amigables, compasión, sonrisas y bromas compartidas.

Uno a uno van saliendo cuando termina la cita: salen a la calle, se mezclan con los muchos transeúntes y sus bolsas de compras y se ven como uno más en la multitud. Pero en sus mentes llevan un peso extra: el del compromiso en 12 pasos, que los acompañará hasta que toque renovarlo la próxima semana. Una semana a la vez.

En esta nota se reserva el apellido de quienes dieron su testimonio a la BBC para resguardar su privacidad.

Los 12 pasos de AA

  • Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
  • Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio.
  • Resolvimos confiar nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según nuestro propio entendimiento de Él.
  • Sin temor, hicimos un sincero y minucioso examen de conciencia.
  • Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
  • Estuvimos enteramente dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
  • Pedimos a Dios humildemente que nos librase de nuestras culpas.
  • Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos perjudicado, y estuvimos dispuestos a reparar el mal que les ocasionamos.
  • Reparamos directamente el mal causado a esas personas cuando nos fue posible, excepto en los casos en que el hacerlo les hubiese infligido más daño o perjudicado a un tercero.
  • Proseguimos con nuestro examen de conciencia, admitiendo espontáneamente nuestras faltas al momento de reconocerlas.
  • Mediante la oración y la meditación, tratamos de mejorar nuestro contacto consciente con Dios y le pedimos tan sólo la capacidad para reconocer su voluntad y las fuerzas para cumplirla.
  • Habiendo logrado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas y practicar estos principios en todas nuestras acciones.
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