Hay una estadística en la que Chile supera a Finlandia, Estados Unidos, Corea del Sur y todos los demás países de la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Los estudiantes con maestría o doctorado ganan en Chile más de cuatro veces más que quienes completaron sólo secundaria, según el informe sobre educación global Education at a Glance 2016 ("Vistazo a la educación"), divulgado este jueves por la OCDE.

En otros países de la OCDE en cambio, el promedio es que los adultos con maestría o doctorado ganen cerca del doble que quienes completaron secundaria. Y los graduados universitarios sin posgrado ganen un 48% más

La situación es muy diferente no sólo en Chile, sino en otros países de la región que no son miembros de la OCDE, pero también fueron incluidos en el informe.

En Brasil, por ejemplo, los graduados con maestría o doctorado ganan también más de cuatro veces más que quienes finalizaron secundaria.

Y aquellos con título de bachiller, sin posgrado, perciben en promedio 2,4 veces más en Chile, dos veces más en México, 2,3 veces en Colombia y poco más de dos veces en Brasil.

¿Pero qué nos dicen realmente estas diferencias? ¿Valoran estos países más la educación superior, o es la disparidad síntoma de la desigualdad en el acceso universitario?

Bajo acceso

"Cada vez está quedando más claro que quienes tengan un mayor nivel de habilidades obtendrán mayores beneficios", aseguró en el lanzamiento del informe Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE.

En el caso de Chile, la gran diferencia en los ingresos entre universitarios con maestría y graduados de secundaria "muestra por un lado que este país tiene un fuerte sistema de recompensar talento", le dijo Shleicher a BBC Mundo.

"Pero también indica que el sistema educativo en Chile invierte mucho en los que lograron superar las etapas anteriores y llegan a la universidad, que son generalmente los que provienen de familias con más recursos. Mientras que aquellos que no logran cumplir esas etapas pagan un alto precio".

En el caso de Brasil, el informe señala que la disparidad de ingreso se explica en parte por el bajo porcentaje de adultos con educación universitaria.

Sólo el 14% de los adultos brasileños culminó la universidad, un porcentaje considerablemente inferior al promedio de 35% para los países de la OCDE. (La cifra es un poco superior, 16%, en la generación más joven de 25 a 34 años).

El porcentaje de adultos que terminó la universidad es 16% en México, 21% en Chile, 22% en Colombia y 23% en Costa Rica.

Mujeres vs hombres

El beneficio de una educación universitaria es muy diferente para hombres y mujeres, según el estudio.

Las graduadas universitarias en Brasil ganan en promedio sólo el 64% de sus pares hombres con un mismo nivel educativo. Los porcentajes son 63% en Chile, 68% en México, y 75% en Colombia.

La gran excepción es Costa Rica, que tiene el mejor porcentaje promedio de todos los países incluidos en el estudio, 92%.

Cinco veces más

En la región, Brasil es "uno de los pocos ejemplos realmente positivos de países que han venido mejorando el acceso y la calidad de la educación a nivel de base", según Schleicher.

"Crear ese talento es la base para un mayor acceso a la universidad", por lo que el experto de la OCDE estima que Brasil superará en el futuro el porcentaje de 14%.

"Cuando comparamos Latinoamérica con China o el este de Asia, vemos que en estos países las familias gastan hasta lo último en la educación de sus hijos".

Pero uno de los grandes problemas para Schleicher es que Brasil gasta cinco veces más por estudiante universitario que por estudiante de primaria o secundaria. La proporción en otros países de la OCDE es muy diferente.

"En la mayoría de los otros países si se gastan unos US$7.000 por alumno en primaria se invierten cerca de US$13.000 por estudiante universitario", le dijo Schleicher a BBC Mundo.

Los sistemas educativos de América Latina "en general favorecen a los estudiantes de familias más acomodadas".

Para Schleicher, aquellos que "sobreviven el sistema escolar" son típicamente alumnos de familias con recursos, en los que, "al llegar al universidad, se invierten grandes cantidades de dinero público".

"Mientras los que reciben menos, son aquellos que más necesitan esa inversión".

El valor de la educación en Asia

En un mundo que cada vez valora más la educación y las habilidades, el impacto es cada vez mayor en quienes quedan fuera del sistema, un grupo que es muy difícil reintegrar.

"Algo que vemos en América Latina es que muchos dejan la educación y el empleo para siempre, no acceden a educación o empleo como un camino de oportunidad en la vida, y eso es muy preocupante, porque son el grupo más vulnerable", afirmó Schleicher.

Si tuviera que elegir un factor que los países de América Latina deberían tener en mente para mejorar el acceso a la educación superior, ¿cuál sería?

"Algo que observamos cuando comparamos Latinoamérica con China o el este de Asia, es que en estos países las familias gastarán hasta lo último que tengan en la educación de sus hijos".

"En países latinoamericanos vemos a menudo que más dinero se gasta en el consumo para hoy día. El valor que se da la educación en Asia es el motor que impulsa sus resultados sociales y económicos", dijo el experto de la OCDE.

"En América Latina la educación se ve a menudo como privilegio de unos pocos, no como la fundación para la movilidad económica y social".

"Y el acceso a la universidad es espejo de esto".

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