Alison Mandel está viviendo un intenso mes de marzo. Es que desde este viernes debutará como animadora en el programa "Amores perros", de Canal 13; pero, más allá de eso, viene saliendo de la participación de su marido, Pedro Ruminot, en el último Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
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A lo anterior, agrega que "no es fácil lo que él hizo, él tiene un humor negro, transgresor, y yo pensé en un momento que quizás se iba a subir al escenario e iba a intentar empatizar con todo el mundo y mostrar otro humor, y no, él fue con su humor".
Mandel destaca que Ruminot "se fue por un camino difícil, y en un momento como que hubo una pifia y lo dio vuelta, y ahí yo sentí que no podía más de amor. De hecho, ahora le digo que es la raja lo que hizo, porque pararse ahí y hacer lo que él hizo, no es fácil".
Pero, ¿qué pasó al final de su presentación? Alison responde que "la parte del bis no funcionó, y eso es así, pero hay cincuenta minutos de rutina que funcionaron y yo me quedo con esos cincuenta minutos que fueron bacanes y que se llevó su Gaviota", añadiendo que "todo lo que viene después es parte del show y de lo que genera trabajos y dinero, y a lo que en el fondo no hay que prestar atención".
En ese sentido, la actriz cuenta que Pedro está muy contento actualmente y quedó con una "sensación positiva" tras haber estado en Viña 2016, sintetizando que "ha habido mucho cariño de la gente y todo lo que ha venido después ha sido muy agradable. El pre-Viña era un caos y ahora llego a la casa y hay almuerzo, porque cocina (ríe)".
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