El batería de AC/DC, Phil Rudd, apartado de los escenarios por sus problemas con la justicia, se declaró culpable de realizar amenazas de muerte y de posesión de drogas este martes durante el inicio de su juicio en Nueva Zelanda.

El legendario rockero nacido en Australia había defendido hasta el momento su inocencia, pero finalmente decidió cambiar su línea de defensa reconociendo igualmente las acusaciones de posesión de estupefacientes.

Tras esta declaración, el juez Robert Wolff aplazó la audiencia, que se había iniciado 10 minutos antes, y puso en libertad bajo fianza a Rudd hasta que se fije la pena, prevista el 26 de junio.

Aunque el músico se enfrenta a una pena de siete años de prisión por proferir amenazas de muerte, su abogado, Craig Tuck, considera que la debilidad del caso podría conllevar una pena menor.

"Es simplemente una llamada telefónica efectuada furioso", aseguró Tuck al salir del tribunal. Su defendido, vestido con un traje azul, no quiso realizar ninguna declaración a los medios de comunicación.

Phil Rudd, acusado de amenazar de muerte a un empresario y a la hija de este, fue detenido en septiembre en su vivienda de Tauranga, ciudad situada en la isla norte de Nueva Zelanda. Durante su arresto, la policía descubrió 0,5 gramos de metanfetamina y 91 gramos de cannabis.

El batería de AC/DC, condenado en el pasado por encargar un doble asesinato, vio como esta acusación se abandonaba por falta de pruebas.

A pesar de sus problemas con la justicia, Rudd expresó en diciembre su deseo de volver a los escenarios con este grupo mítico, que para la próxima gira mundial cuenta con el batería Chris Slade, a quien reemplazó a principios de los años 1990.

AFP

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