A los 64 años murió este martes el destacado director de televisión Eduardo Domínguez Vial, recordado por programas como "Más música", "Venga conmigo" y "Rojo, fama/contrafama", además de transmisiones de la Teletón.

Desde 2007 Domínguez estaba batallando contra una atrofia multisistémica generalizada, un mal neurológico degenerativo que implica la pérdida de movilidad y el habla, y que complicó sus últimos años. Tras ello, Domínguez se comunicaba a través de una pantalla y un teclado.

Eduardo Domínguez trabajó por largos años en el mundo de la televisión, por ello su muerte ha impactado a gran parte de la industria local, desde rostros hasta productores y directores.

Desde Don Francisco a Tonka Tomicic: el mundo de la televisión llora la partida de Eduardo Domínguez

En el currículum de Domínguez destacan espacios icónicos y haber trabajado con importantes animadores de la TV local, como Mario Kreutzberger, José Alfredo Fuentes, Rafael Araneda y varios más.

Con Don Francisco trabajó en la última etapa de "Sábados gigantes" en Chile y en el estelar "Noche de gigantes".

Otro de sus proyectos emblemáticos fue "Más música", el programa de Canal 13 en donde los videoclips y entrevistas a artistas vinculados al mundo de la música fueron un gran sello entre la segunda década de los ochenta y la primera mitad de los noventa. Ahí formó un gran lazo de amistad con Andrea Tessa, una de las animadoras del espacio y quien este martes fue una de las primeras en comunicar la muerte del director.

 

En 1993 lanzó uno de sus programas más importantes: "Venga conmigo", conducido por José Alfredo "Pollo" Fuentes. El espacio tenía como objetivo llenar el vacío que había dejado la partida de "Sábados gigantes" a Estados Unidos.

"Venga conmigo" era un proyecto magazine, el cual incluía variadas secciones y números de cara a entretener a la familia chilena los días domingos, previo a "Tele13".

"Corazones service", "La Vicky y la Gaby", "Mi tío y yo", "Generación 2000", "La Elvira", "El Malo" y muchos otros recordados segmentos hicieron de "Venga conmigo" un gran éxito, estando en la pantalla durante diez años. De hecho, su existencia se prolongó más allá de su director, ya que en su último tiempo, él no lo dirigió (había emigrado a TVN).

Eduardo Domínguez no se cansaba por hacer una mejor TV y es así como en 1995 volvió a trabajar con Don Francisco en el programa de conversación "Gigante y usted" (duró hasta 1998), a la vez que en 1997 saca al aire un espacio de humor que también marcó a una generación: "Na´que ver con Chile". Ahí volvió a reunir a figuras clásicas de "De chincol a jote", como Cristián García-Huidobro, Roberto Poblete y Gonzalo Robles, además de tener en su staff a Esperanza Silva, Tatiana Molina y Claudio Valenzuela, entre otros.

Con el cambio de siglo, el director se unió a las filas de la red estatal, en donde empieza a trabajar con Rafael Araneda. Junto a él hizo dos programas muy memorables, como "Noche de juegos" y "Rojo, fama/contrafama". El primero era un estelar de conversación y juegos con seis invitados famosos en cada capítulo. Ahí debutó en TV Stefan Kramer como comediante y Julián Elfenbein se lució con su personaje "Ponce candidato".

En diciembre de 2002, lanzó el que sería el programa por el que más lo identificarían, "Rojo", en el que un grupo de jóvenes (cantantes y bailarines) competían por demostrar sus talentos. Salió en pantalla para competir al fenómeno que era en ese entonces "Mekano", por las pantallas de Mega. De lunes a viernes, a las 18 horas, tenía una meta casi imposible: derribar al espacio de José Miguel Viñuela... y lo logró. A un mes de su estreno, el programa de talentos había conquistado a los televidentes y había pasado a ser el favorito del horario vespertino de la TV chilena.

"Rojo, fama/contrafama" estuvo hasta el año 2008 en pantalla, y de él se desprendieron un sinnúmero de nuevas figuras de la pantalla chica, como Daniela Castillo, Rodrigo Díaz, María Jimena Pereyra, Mario Guerrero, Maura Rivera y muchos más.

La permanencia de Eduardo Domínguez en TVN se dio hasta 2011, año en que terminó su contrato y este no fue renovado. Ya a esa alturas, la enfermedad degenerativa que le habían descubierto avanzaba a pasos agigantados. En los últimos años, incluso, tuvo que ser atendido en un hogar de ancianos.

 

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