La niebla que cubrió de dudas las razones de la muerte de Prince en su mansión en Paisley Park, Minnesota, comienza a disiparse de a poco, después de que este jueves se conociera que una sobredosis de opioides lo mató a los 57 años. Eso sí, con esa revelación, la investigación detrás del fallecimiento del hombre de "Purple rain" recién está comenzando.

Porque el fentanilo, un analgésico entre 25 y 50 veces más poderoso que la heroína —y hasta 100 veces más fuerte que la morfina—, de alguna forma llegó a las manos del artista. Y no se sabe si el fármaco le fue o no recetado ni si fue fabricado de forma legal.

Si así fuera, existe la posibilidad de que se presenten cargos penales contra los que resulten responsables. Años y hasta décadas en la cárcel podría pasar el culpable.

Su muerte fue declarada de manera oficial como un accidente, pero no impide que exista una investigación referente al caso. Solo se confirmó que su deceso no fue intencional.

En cuanto a la droga, el fentanilo, es un opioide sintético que se receta —y solo en ocasiones— a los pacientes que han desarrollado tolerancia a los analgésicos.

En algunos lugares de Estados Unidos, se le responsabiliza por aumentar el porcentaje de muertes por sobredosis.

Incluso, debido al control que ejerce la Agencia de Fármacos y Alimentos de aquel país por sus riesgos, se ha comenzado a fabricar de manera ilegal.

En el año 2014, se prescribió 6,6 millones de veces y las emergencias relacionadas con este fármaco aumentaron en 4.000 en solo cuatro años. Quizás, por la mezcla de euforia y analgesia que provoca al consumirlo, y que en dosis muy bajas puede ser fatal.

"Estén tranquilos, seremos rigurosos", dijo Kent Bailey, responsable de la delegación de la DEA en Minneapolis. Con esto, aseguran la extensión de la investigación que se centrará en si las fuentes de la droga eran o no legales.

No se descarta que las autoridades citen a las personas cercanas a Prince.

La distribución del fentanilo de forma ilegal a una persona que muere después de consumirlo se pena con una condena mínima de 20 años. En la ley de Minnesota, en tanto, enfrenta cargos por asesinato en tercer grado y hasta 25 años de cárcel.

Publicidad